16 de noviembre de 2020. El confinamiento ha tenido un impacto negativo en los hábitos de vida saludables como la actividad física y el descanso, así como en el bienestar percibido. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado un equipo de investigadores de cuatro universidades españolas entre las que se encuentra el profesor de la Universidad Isabel I, Marcos López-Flores, junto con investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad de León y la Universidad de Vigo.
En el estudio se aplicaron cuestionarios con el objetivo de conocer los efectos del confinamiento sobre los distintos indicadores de la calidad de vida. La muestra de participantes fue principalmente de adultos activos (86%), del los cuales la mayoría eran estudiantes universitarios (74%). Los participantes respondieron a dos cuestionarios que permitían definir su estilo de vida, el primero de ellos en el mes de marzo para definir la dinámica anterior al confinamiento, y el segundo al finalizarlo (48 días después), facilitando así la información sobre el estilo de vida durante la restricción.
Los resultados obtenidos han determinado diferencias significativas en cuanto al porcentaje de personas inactivas, que pasó del 13,8% a un 26,6%, y en los trastornos relacionados con el sueño, que se incrementaron de un 63,4% a un 75,2%. Finalmente, el análisis de los resultados ha permitido concluir que las personas físicamente activas han sido más propensas a padecer estos cambios en el estilo de vida que en el caso de los ciudadanos sedentarios.
Según los autores, estas conclusiones deberían tenerse en cuenta a la hora de diseñar las políticas relacionadas con restricciones y confinamientos domiciliarios futuros, siendo conscientes de los cambios que pueden provocar las restricciones en la salud y la calidad de vida de la ciudadanía.