Aplicar tecnología en el trabajo diario del criminólogo optimiza su eficacia
26 de febrero de 2021. Víctor Rodríguez, decano de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I ha analizado en el espacio semanal del programa Magazine de la 8 Burgos el uso de las nuevas tecnologías como medio para reducir al mínimo los riesgos que se pueden generar en el entrenamiento de un estudiante de criminología antes de actuar en casos reales. Aplicar tecnología en las aulas de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I hace posible que el alumno pueda entrenar, por ejemplo, el procedimiento a la hora de recoger los indicios o pistas en el escenario de un crimen, sin que se despiste sobre los pasos que debe seguir para realizar su trabajo correctamente. Otro supuesto se puede aplicar a la limitación de sufrir una agresión, en el caso del entrenamiento en el campo de tiro.
Víctor Rodríguez ha querido realizar un detallado repaso hacia dos tecnologías que se aplican habitualmente en los estudios de Criminología. Es el caso de la realidad virtual y la realidad aumentada.
La realidad aumentada hace referencia a un espacio real hacia el que se enfoca, por ejemplo, la cámara de un teléfono móvil, y aparecen en la pantalla elementos que no existen en la realidad, como un GPS o la recreación de un edificio antiguo. Se definiría como el conjunto de técnicas que permiten la aplicación de elementos virtuales sobre una representación de la realidad física. Y la realidad virtual o artificial, es aquella que se origina en un entorno con escenas y objetos de apariencia real pero que se generan mediante tecnología informática. En este segundo caso, es necesario contar con un casco o gafas de realidad virtual para recrear el lugar y puede ir acompañado de otros elementos como guantes o trajes especiales que permiten una mayor interacción con el entorno y una percepción mayor de los estímulos de ese escenario virtual, para identificar esa sensación de realidad.
En el supuesto de la realidad virtual, Víctor Rodríguez puso el ejemplo de poder sentirse en el Polo Norte, en el salón de casa, al colocarse las gafas que activan esa realidad paralela.
El simulador diseña la escena de un crimen
Desde la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I se ofrece a los alumnos los simuladores de realidad virtual o realidad aumentada que permiten diseñar escenas de un crimen para entrenar los procedimientos en la escena de un crimen, ‘para saber el orden de los pasos que debe seguir el criminólogo sin dudar, para convertirse en el mejor criminólogo posible. Es como un videojuego que entrena al alumno en escenarios reales’, destaca Víctor Rodríguez.
El decano de la Facultad de Criminología también indicó que se usa en la formación y perfeccionamiento de los protocolos de actuación, no sólo para mejorar la eficacia del criminólogo sino como método de reciclaje para quienes, después de muchos años de trabajo, necesitan recordar cómo utilizar las herramientas más punteras para obtener los resultados que permitan esclarecer un delito.
Otra de las utilidades de las nuevas tecnologías en criminología hace referencia a los entrenamientos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, por ejemplo, en el campo de tiro. ‘El agente puede adquirir la destreza necesaria en el tiro sin necesidad de utilizar el arma oficial o gastar munición, en un entorno controlado en el que, además, tampoco va a sufrir un accidente’, explicó Víctor Rodríguez.
El traje sensitivo finge una agresión
Los trajes sensitivos y trajes biomecánicos tienen sensores de calor o descarga eléctrica, que simula un efecto similar a cuando se recibe un golpe. Gracias a las nuevas tecnologías se puede llegar a fingir, por ejemplo, la sensación que puede tener un policía cuando recibe una piedra por parte de un manifestante. De esta manera, el policía puede estar preparado en un estado preventivo continuado, sabiendo cuales son los niveles óptimos de estrés para no trabajar de forma negativa y resolver el conflicto con eficacia, empleando la menor violencia posible.
La realidad virtual y la realidad aumentada permiten al criminólogo enfrentarse a situaciones reales en un entorno controlado, para saber cómo puede llegar a complicarse una situación. Su labor es preventiva por lo que se pueden llegar a diseñar los modelos más complejos para saber cómo reaccionar en cualquier momento, porque ya existe un entrenamiento previo. Por tanto, la tecnología se convierte en una herramienta al servicio de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, que reducen el riesgo de accidente y preparan a los agentes para el trabajo en la vida real.