Presentación del webinar sobre Gregorio Prieto
2 de marzo de 2021. La Universidad Isabel I organizó ayer un webinar sobre la trayectoria profesional del pintor Gregorio Prieto, vinculado a la Generación del 27, que ahondó en corrientes como el impresionismo, el cubismo y el surrealismo. Javier García-Luengo, profesor del Grado en Historia y Geografía de la Universidad Isabel I ofreció este webinar en abierto y gratuito, con la finalidad de estudiar la trayectoria de este pintor del siglo XX.
Gregorio Prieto trabajó diferentes vanguardias y ‘es difícil canalizar su obra y su arte’, matiza García-Luengo. Buena parte de su trayectoria histórica pilota en torno a su tierra, La Mancha. ‘De La Mancha recoge el sentido de la luz, el volumen o el color. Su tierra es una referencia a la renovación y hacia la modernidad’, destaca García-Luengo.
Gregorio Prieto, autorretrato y paisaje en La Mancha
Cuando Gregorio Prieto cumplió 15 años, preparó, ocultándoselo a su padre, la entrada en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1915 ganó la plaza en esta escuela. Para Javier García-Luengo, Prieto utiliza el color de manera excepcional, cercano a la progenie impresionista, y siguiendo a Muñoz Degrain, con el toque rápido del pincel o el efecto abocetado y aéreo del impresionismo. Los premios no tardan en llegar, y obtiene en 1918 y 1919 la Beca de la Escuela de Paisaje de El Paular, lo que le permitió pintar en contacto con la naturaleza e imitar a los impresionistas.
En la década de los años 20, su obra adquiere un gran cambio. ‘La pincelada esponjosa y vibrante se torna en una pintura más sólida y geométrica, donde el dibujo tiene un peso específico’, explica García-Luengo. Las razones de este cambio se encuentran en las dos invitaciones para exponer en el País Vasco. Contacta con un paisaje más plomizo al que no está acostumbrado. Por otra parte, se deja influir por la Exposición en el Palacio de Exposiciones de Vázquez Diaz, vinculado al cubismo, que le permite desarrollar una figuración de carácter geométrico, también muy densa.
‘Gregorio Prieto se inserta en la España de aquel momento como paradigma de la vanguardia o paradigma de la modernidad, con el poscubismo o posmodernismo’, explica el profesor de la Universidad Isabel I. Entre 1925 y 1926 es becado en París, que es un bullir de vanguardias. Fue otro de esos jóvenes pintores en la capital del Sena que no se dejó seducir por el movimiento de André Bretón. Trabajó por su influencia de Daniel Vázquez Díaz, hacia la geometrización.
Vinculación con la Generación del 27
Es en ese momento en el que se vincula con la Generación del 27. Se relaciona con Federico García Lorca, Rafael Alberti o Luis Cernuda, porque comparte las mismas concepciones estéticas y artísticas con ellos: considera importante encontrar la modernidad en la tradición. Por ejemplo, el Romancero Gitano de Lorca utiliza el romance que es tradicional, pero lo combina con las metáforas más vanguardistas. Prieto encuentra en la esencialización de las formas, los colores sólidos o los dibujos marcados esa referencia a la modernidad y la renovación y lo identifica en el ámbito popular de La Mancha.
Una de las especialidades de Gregorio Prieto fue el retrato. Junto a Picasso se puede definir ‘como uno de los mejores dibujantes españoles del siglo XX’, indica el profesor García-Prieto. Fue además probablemente el último en pintar a Lorca antes de su asesinato, indicando que era el poeta de la eterna juventud.
Retrato de Federico García Lorca
Sigue la línea que perfila, o la línea mórbida, como la calificó Vicente Aleixandre. Se definió con el Ingrismo (inspirado por Jean Auguste Dominique Ingres, basada en el dibujo que es a la vez clásico, romántico y realista, con trazo abstracto y tintas planas de intenso colorido). Gregorio Prieto realiza un discurso personal, lleno de poesía que pone el acento en la sensualidad de la línea, explicó el profesor en el webinar.
Tras ganar el premio de la Academia de España en Roma con una obra impresionista en la primavera de 1928, el pintor encontró unas nuevas vías de realidad en su etapa italiana. La tradición clásica vista con otros ojos y la homoerótica de su pintura le llevan a evolucionar. Prieto enlaza la tradición clásica y el fenómeno de las ruinas (aquello que fue y ya no es, el inexorable paso del tiempo). Su visita a Pompeya le marcó y la homoerótica será parte de la proyección de sus sueños. ‘El lupanar de Pompeya’, el sirve para ahondar en esa homoerótica. ‘Aparecen dos figuras en su pintura onírica: el marinero en su obra es libertad y el maniquí es su propia identidad. Y da rienda suelta a sus deseos, especialmente en Sicilia, donde bajo el pretexto de lo onírico, plasma la homoerótica’, destaca García-Luengo.
Arte homoerótico de Gregorio Prieto
En la exposición de Paris Universal de 1937 Gregorio Prieto también estará presente en el Pabellón de la República Española, donde también se pudo ver el Guernica de Picasso. El autor puede llegar a interpretar el mundo clásico con un discurso rupturista de absoluta modernidad, especialmente en su viaje a Sicilia, siguiendo los pasos de Plüschow o W. Von Gloeden.
Obras de una gran innovación sexual
Estas obras son de una gran innovación sexual muy avanzada para su tiempo, como otros autores de la Generación del 27. ‘El surrealismo de Gregorio Prieto, va incluso por delante de la del propio Dalí, al avanzar hacia la temática homoerótica’, subraya el profesor García-Luengo. Gregorio Prieto quería ser estatua viviente, anhelaba ese afán de eternidad, porque las estatuas supieron superar los embistes del tiempo. Sus representaciones oníricas tienen un elemento inquietante porque la frustración a veces es mayor que la realización. En estas metáforas se ejemplifican en otros autores de la generación del 27.
García-Luengo habla de desdoblamiento en su obra. Es la lucha entre la realidad y el deseo; especialmente la experimentación fotográfica. Crea el Postismo, una nueva posvanguardia, imitando poses de estatua, vestido de marinero… con su experimentación con la doble exposición. Se vislumbra en la ilustración que también trabajó Gregorio Prieto, donde abordó la poética de la línea aplicada a la exaltación del desnudo.
Fotografías oníricas de Gregorio Prieto
En 1937 se establece en Inglaterra huyendo de la Guerra Civil Española, lo que genera una nueva evolución en su obra. Pasada la contienda, en 1950 se instala en Madrid y su reencuentro con España le lleva a viajar por toda la península, recreando con sus pinceles, pluma y grafito, algunos de los monumentos más representativos de España. Se adapta a la España de los 50 y se convierte en un dibujante con un trabajo incansable hasta su muerte en 1992. Parte de su trabajo está en plasmar el trabajo de Don Quijote de la Mancha, referencia a su obra y sus raíces. En torno a 1965 crea el popar, una visión castiza y personal del pop art en España, que se dedica jugar con el pop art identificándolo con cupletistas o personajes del mundo del toreo.
En 1968 crea la Fundación Gregorio Prieto, legataria de su trabajo y obra. En Valdepeñas, su tierra natal, está su museo, donde se puede ver buena parte de su trayectoria profesional.
Dibujos en España de Gregorio Prieto