Perro lazarillo acompañando a su dueño por una calle.
13 de mayo de 2021. Marta Sepúlveda Palomo, coordinadora del Máster en Neurociencia y Educación, y profesora en los Grados Infantil y Primaria de la Universidad Isabel I, ha publicado un artículo en la Revista Ecuatoriana de Neurología. El artículo corresponde al último número de la publicación científica de la Sociedad Ecuatoriana de Neurología.
El artículo, que lleva por título Diferencias en la Corteza Visual Primaria Entre la Ceguera Congénita, Temprana y Tardía. Una Revisión Sistemática, tiene como objetivo profundizar en la estructura y funciones cerebrales de la corteza visual en personas ciegas, en función del momento en el que perdieron la vista. La pérdida de la visión puede producirse de forma temprana, tardía o por enfermedad congénita.
La coordinadora del Máster en Neurociencia y Educación de la Universidad Isabel I ha desarrollado su investigación a través de una revisión sistemática sobre aquellos artículos que investigaron el córtex visual en estado de reposo, es decir, sin realizar ninguna tarea, mientras se ‘observaba’ el cerebro de los participantes en el estudio.
Marta Sepúlveda explicó que ‘el objetivo de este estudio no fue compararlo únicamente con el área visual de individuos sin problemas de visión, sino poder analizar cuál era la diferencia del córtex en función del momento en el que los participantes hubieran perdido la vista’.
A juicio de la investigadora de la Universidad Isabel I, la etapa en la que se pierde la vista es cardinal, tal y como ocurre con otros aspectos funcionales o sensoriales, debido a la plasticidad. ‘En el momento en el que se pierde este sentido el cerebro comienza a reorganizarse, por lo que, si esta pérdida se experimenta de forma temprana, mayor habrá sido el margen de tiempo otorgado al cerebro para consolidar o volver a reconducir sus funciones que si lo hace de forma tardía o progresiva’, subrayó la docente.
La investigadora especialista en Neurociencia ha determinado en su trabajo de investigación que los estudios que existen sobre la materia muestran ‘la diferencia entre varios momentos de la pérdida de la vista y otras funciones asociadas a la corteza visual primaria, como el lenguaje y la atención, siendo más intensa esta conexión en personas con ceguera temprana y congénita’, puntualiza Marta Sepúlveda.
Los resultados obtenidos en esta revisión ponen de manifiesto las diferencias funcionales y anatómicas entre las personas con ceguera temprana, congénita y tardía, consolidando la importancia de la plasticidad y la reorganización en función del momento en el que se pierda la vista.