Mesa redonda sobre las Implicaciones de la Neurociencia en contextos educativos.
21 de septiembre de 2021. ‘Implicaciones de la Neurociencia en contextos educativos’ es el título de la mesa redonda que han presentado los responsables del Máster en Neurociencia y Educación que se ha celebrado en streaming por el canal de YouTube de la Universidad Isabel I. La jornada ha sido el altavoz para que cuatro docentes de la Universidad Isabel I ofrecieran el resultado de sus investigaciones en los últimos meses. Vanesa Martínez y Marta Sepúlveda han presentado la jornada en la que han destacado cómo la neurociencia educativa, neuroeducación o neurodidáctica es una disciplina científica que trata de explicar el funcionamiento interno del cerebro y como las redes neurales, estructuras y procesos cognitivos intervienen en el proceso de aprendizaje. La mesa redonda abordó cómo se puede mejorar el rendimiento tanto por parte del alumno como del profesor, siempre que la neurociencia actúe y se pueda adaptar a las necesidades de aprendizaje de cada estudiante. En esta jornada se puso sobre la mesa la falta de preparación de algunos docentes, maestros y formadores en una disciplina joven como es la neurociencia educativa.
Marta Martínez Vicente, docente del Máster en Neurociencia y Educación, destacó en su presentación titulada ‘Intervenciones educativas basadas en la neurociencia’ donde abordó el aprendizaje como un proceso global y complejo en el que intervienen diferentes fases del cerebro y entender cómo funciona el cerebro puede servir para desarrollar cómo se puede actualizar el sistema educativo. Para la profesora existen dificultades para que los profesores apliquen la neurociencia en sus clases por lo que es necesaria la formación de esta disciplina en el actual sistema educativo, especialmente en la escuela inclusiva. Algunos autores proponen si las diferencias de los estudiantes deben adaptarse al sistema o debe actuarse de manera totalmente contraria.
Marta Martínez Vicente.
La experta en educación de la Universidad Isabel I ha realizado un estudio para entender cómo funciona el cerebro y contribuye a la creación de la mente, con un trabajo que entremezcla neurociencia, educación y psicología. A través del análisis de 5 estudios ha podido definir variables de investigación en dos categorías: sustantivas y metodológicas. Las primeras le permitieron conocer el efecto de la neurociencia en estudios cuasiexperimentales siguiendo técnicas de neuroimagen, observación directa y estudios de caso en alumnos entre 9 y 16 años. Como conclusión de su trabajo destaca que deben realizarse un mayor número de estudios que permitan tener una base sólida que determine cómo las intervenciones en el aula deben estar avaladas empíricamente, ya que cualquier cambio en el aula debe estar justificado y no ser producto de las modas.
Ildefonso Álvarez Marín.
Por su parte, Ildefonso Álvarez Marín, destacó en su presentación ‘El proceso emocional desde la óptica de la neurociencia’ la relevancia de la neurociencia en las funciones ejecutivas (inhibición conductual, flexibilidad cognitiva, …) y cómo se complementa con las emociones que experimentan las personas al recibir estímulos y cumplir con los resultados en el aprendizaje. Las emociones tienen un efecto indirecto en el aprendizaje que será mayor o menor en función del estado emocional del alumno. También hay una correlación entre experimentar emociones y el rendimiento académico.
Para la neurociencia la reacción emocional surge ante a aparición de un estímulo que es percibido por el alumno de manera no consciente, con cambios en el ritmo cardíaco o pulmonar, etcétera. El objetivo del trabajo es presentar la relación que se establece entre el estado emocional y el grado de aprendizaje, destaca Ildefonso Álvarez.
Entre sus conclusiones, el profesor Álvarez destacó que las calificaciones positivas en asignaturas de ciencias tienen relación con las experimentación de las emociones agradables y aumento de su rendimiento académico. Las emociones tienen un papel mediador entre las funciones ejecutivas del cerebro y el aprendizaje. Si se han explicado de forma clara y atractiva puede conseguir que aumente la motivación, ya que el estudiante disfruta del trabajo.
Ildefonso Álvarez añadió que los estímulos son aprendidos, no innatos y se pueden modificar. Y cada persona percibe el estímulo emocional en función de sus experiencias previas. Potenciar las funciones ejecutivas a partir de la inteligencia emocional, son claves para el funcionamiento de las redes neuronales y que éstas favorezcan el aprendizaje.
María de los Ángeles Casares.
María de los Ángeles Casares analizó ‘la memoria de trabajo como variable de medición del aprendizaje’ y cómo el sistema educativo se ve afectado por cambios emergentes y sociales. La memoria de trabajo es clave para el aprendizaje escolar como fuente de almacenamiento de conocimiento y gracias a las funciones ejecutivas, que no son automáticas, se puede dirigir la actividad cognitiva y conductual del alumno.
Para la profesora Casares, es importante establecer la relación entre el rendimiento en el aula del alumnado y las funciones ejecutivas y profundizar en las distintas áreas del rendimiento académico (lector y matemático), para conocer cómo se consiguen los logros académicos de los alumnos.
La investigación de María de los Ángeles Casares se ha orientado hacia la población infantil de 2 a 6 años, momento en el que se puede discernir claramente en los resultados de memoria de trabajo y madurez intelectual del niño. Las diferencias, a su juicio, aumentan en educación primaria donde aumenta el trabajo memorístico y se va adaptando a las necesidades académicas de cada curso.
Sonia Alguacil.
La profesora Sonia Alguacil Sánchez argumentó en su ponencia ‘Funciones ejecutivas y aprendizaje ¿realidad o ficción? ‘cómo el control cognitivo puede mejorar las dificultades específicas de aprendizaje en aquellos alumnos con dislexia o TDA. Hay una relación entre la atención con el desempeño académico, matiza Alguacil Sánchez, y la mayor parte de los entrenamientos en neurociencia evalúan las funciones ejecutivas y el control cognitivo de manera secundaria, porque no se aplican a tareas específicas con una metodología clara.
El trabajo de investigación analizó, por ejemplo, los entrenamientos tradicionales para los alumnos que tienen estas dificultades en las funciones ejecutivas y las nuevas técnicas para reforzar el proceso de lectura, la atención, la memoria de trabajo o la velocidad de procesamiento en un texto leído. Para Sonia Alguacil, el entrenamiento de las habilidades está vinculado al control cognitivo o la memoria de trabajo. A su juicio, ‘ha habido una moda educativa y se han ido introduciendo constructos que se ejemplifican en aplicaciones y proyectos que no cumplen con el rigor científico de base. Se consigue llevar conceptos que se han usado en laboratorios y ahora deben desplegarse en las aulas, ya que las funciones ejecutivas son importantes, para el conjunto de procesos y habilidades para el desarrollo académico. Para eso, es necesaria la formación en neurociencia’, concluye la ponente.
Puedes seguir toda la ponencia a través de este vídeo.