Metáfora de la cognición social.
9 de marzo de 2022. Guillermo Benito Ruiz, docente del Máster en Psicología General Sanitaria de la Universidad Isabel I, acaba de publicar un artículo en colaboración con los investigadores Cristina Luzón Collado y Javier Arrillaga González del Centro de Psicología Ohana; y Guillermo Lahera, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares y el Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental (CIBERSAM).
Los investigadores han publicado su artículo en la revista Behavioral Sciences. Se titula ‘Desarrollo de una Evaluación Ecológicamente Válida para la Cognición Social Basada en la Interacción Real: Resultados Preliminares’. Los autores del estudio consideran que muchas medidas de evaluación de la cognición social son apropiadas para el uso clínico pero “existe una preocupación general sobre su validez ecológica”, matizan los autores.
La cognición social es la capacidad básica del sujeto para adaptarse al entorno social; permite el procesamiento de la información social y todos los actos cognitivos que pueden anticipar o responder a los estímulos sociales que percibe cada persona, como es el caso de las emociones, los dobles sentidos, las intenciones, las indirectas o la ironía. Las personas que tienen su cognición social alterada tienen dificultad para percibir y procesar estímulos y por tanto para orientar sus interacciones.
Los investigadores desarrollaron una prueba para valorar la cognición social en la que el evaluado se expone a una interacción real entre personas (no a su representación en texto o vídeo). Los resultados se compararon con otras dos pruebas para la cognición social: Mayer-Salovey-Caruso (MSCEIT), test en formato lápiz y papel, que cuenta con alta fiabilidad y validez discriminante y Movie for the Assessment of Social Cognition (MASC), en formato video, con una alta validez ecológica.
En las conclusiones de su trabajo, los investigadores demostraron que en la prueba de interacción social se mostró una asociación más fuerte con MASC, dado que es un formato basado en vídeo y más realista, que con MSCEIT, con un formato basado en papel y menos realista. El Test de Interacción Social es, según los autores de artículo “aplicable y fiable para evaluar la cognición social en la población general”.
Los investigadores señalan que este estudio puede considerarse preliminar y será necesario experimentar con otras muestras de diferentes edades, perfiles culturales, educativos y clínicos para mejorar la confiabilidad y consistencia interna, con la finalidad de realizar una comparación.