Carátula de el webinar de Rubén Herrero Carrasco.
28 de abril de 2022. Rubén Herrero Carrasco, tutor del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y del Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I ofreció ayer el webinar Lesiones en el fútbol sala, prevención y planificación dentro de la semana de entrenamiento. Con esta conferencia online concluyen las jornadas de Preparación Física y Deporte organizadas por la Facultad de Ciencias de la Salud desde el 18 de abril, con la finalidad de realizar un análisis sobre la preparación física como aspecto fundamental del ámbito deportivo, tanto para aumentar el rendimiento como para evitar lesiones o patologías.
El profesor Rubén Herrero Carrasco, además de docente de la Universidad Isabel I, es preparador físico y ha trabajado con varios equipos de fútbol sala en distintas partes del mundo. Su experiencia como técnico y docente le ha permitido elaborar un estudio sobre las lesiones de fútbol sala, poniendo en práctica diversos principios del entrenamiento con el objetivo de planificar la actividad física para optimizar los resultados de cada jugador.
“Respetar los principios del entrenamiento, la individualidad, la progresión de cada jugador y atender a cada una de las necesidades en función del momento en el que esté el deportista, son las claves del trabajo de un preparador físico. Las lesiones son inherentes a la práctica deportiva, y cuando se exige un rendimiento, las lesiones no son culpa de la preparación física, pero sí se trata de minimizar la incidencia de estas”, explicó el profesor Herrero.
Iván González y Rubén Herrero durante el webinar.
Hay 3 indicadores para minimizar los riesgos: la incidencia lesional, la frecuencia de lesiones severas y la disponibilidad para competir. El profesor destacó que el coste de un deportista va en función de su rendimiento personal (de salarios, tratamientos internos y externos…) y, por otro lado, está el rendimiento del equipo, porque hay un reparto de derechos de televisión, de clasificaciones para competiciones europeas… Por tanto, la actividad del jugador en entrenamientos y competiciones lleva a que exista una relación directa entre rendimiento y lesiones.
El profesor Herrero Carrasco señaló que según los estudios, hay una media de 10 lesiones cada 1000 horas de entrenamiento y es necesario conocer la amplitud del problema valorando los mecanismos de lesión y los factores de riesgo, introduciendo medidas para la prevención de las lesiones con el control, la planificación y la evaluación de la eficacia de los entrenamientos.
¿Cuál es la incidencia lesional en futbol sala? Los estudios son muy dispares y los recursos son limitados, por lo que la responsabilidad de cada preparador físico le lleva a adoptar estas medidas para reducir la incidencia lesional para optimizar el rendimiento deportivo. Rubén Herrero habló de su experiencia como profesional e indicó que tras la vuelta del confinamiento por la COVID 19, se dejaron sentir los efectos del confinamiento en los jugadores, “aumentó el estrés físico y psíquico por la muerte social y se produjo una pérdida del factor protector del entrenamiento estructurado, por lo que aumentaron bastante las lesiones”, matizó.
Planificación semanal de los entrenamientos.
“En fútbol sala hay un porcentaje de lesión alta”, explicó. Por su experiencia ha determinado que las principales lesiones son 19,4% de cadera o zona inguinal, 17% de muslo, 21% de tobillo o 19.4% de rodillas. En fútbol sala femenino, la mayoría de las lesiones son el cuádriceps (23.3%) o los músculos isquiosurales (26.7%), por lo que la rotura muscular por desgarro o distensión es la más frecuente en esta variedad.
En el fútbol sala de base, las lesiones se dirigen principalmente a rodilla 26.92%, muslo 15.38% y tobillo el 13.46%. Los cambios de dirección en este deporte y la actividad de las extremidades inferiores son las que sufren la mayor parte de las lesiones.
Pero los datos por sí solos no aportan información en sí, explicó Rubén Herrero, por lo que “es necesario realizar una interpretación de esos datos con el cuerpo técnico”. Otro elemento importante tener en cuenta es el posicionamiento táctico en la incidencia o el tipo de lesión.
El objetivo de este entrenamiento es la prevención, que puede ser primaria o grupal y preventiva secundaria o individual. El preparador físico debe combinar actividades individuales y grupales para alcanzar el mejor rendimiento de cada jugador, en función de su historial, su forma física o las necesidades individuales de su posición en el campo. “Porque las lesiones son multifactoriales, y se suele realizar un análisis para saber las lesiones previas con 5 años de lesiones antes de la temporada”, matiza el profesor. También influyen en el entrenamiento las pautas para cada jugador: la edad, el género, el calendario de competiciones, la fatiga o la composición corporal de cada jugador, así como los déficits de fuerza los rangos de movimiento, las asimetrías o las lesiones previas.
"La preparación anual, mensual y semanal se estructura de manera general, pero también hay una planificación diaria", concluyó el docente.
Sigue el resto de las ponencias en Juan del Coso, Javier Olalla Cuartero y Eduardo Valcarce Merayo.