Judocas compitiendo.
19 de julio de 2022. Víctor Serrano Huete, profesor del Grado en Educación Primaria y el Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I, en la especialidad de educación física, acaba de publicar un artículo en colaboración con otros docentes en Physical Activity Review (JCR). El artículo titulado ‘Diferencias en el perfil fuerza-velocidad entre judoistas y luchadores de estilo libre’ está rubricado en colaboración con los docentes de la Universidad de Jaén, Juan Antonio Párraga Montilla, José Carlos Cabrera Linares y Emilio D. Lozano Aguilera, así como de Pedro Jiménez Reyes, de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid.
Este artículo recoge el estudio elaborado por Víctor Serrano y su equipo que ha tenido como finalidad obtener nuevos conocimientos sobre el perfil fuerza-velocidad en deportistas que practican la disciplina del judo y luchadores de estilo libre-olímpico, investigando las diferencias entre ambos deportes y las demandas que tienen ambas modalidades de lucha en cuanto a la producción de fuerza en régimen de velocidad.
El estudio realizó el seguimiento de 24 deportistas, 12 de cada modalidad, con una media de edad de 20 años. EL perfil de fuerza – velocidad se determinó mediante un un squat jump sin carga, así como con diferentes condiciones de carga, según la antropometría de cada deportista. La altura de dicho salto fue obtenida mediante el sistema OptoGait®.
El estudio revela que existen diferencias significativas en atletas de judo en comparación con los luchadores, especialmente, en lo relativo a la mayor fuerza máxima teórica (mayor para los judocas) y velocidad máxima teórica (mayor en luchadores). El artículo propone aplicar un método de entrenamiento basado en el perfil de fuerza – velocidad, según las características antropométricas de cada deportista y de la modalidad deportiva específica. De esta forma, podrán optimizar sus objetivos a la hora de incrementar la capacidad de producción de fuerza, tanto en entrenamiento como en situación de competición. “Alcanzar la intensidad adecuada requiere de habilidades complejas para lograr el máximo rendimiento, así como la optimización de la capacidad de fuerza. El judo y la lucha pueden considerarse deportes de adversario, combinando fuerza física, técnica, táctica, variables estratégicas y fisiológicas”, destaca el artículo publicado por los docentes.
Además de un alto nivel técnico y táctico, los judocas requieren de un alto nivel de capacidad de fuerza y resistencia para controlar y desestabilizar a su oponente en el combate. Igualmente, se demanda una gran capacidad de producción de fuerza para la ejecución de técnicas de proyección, ejecutadas a alta intensidad. Cada combate de judo dura cinco minutos de tiempo real, aunque el combate puede finalizar antes si uno de los deportistas recibe un ippon (puntuación máxima). En un campeonato de alto nivel es necesario completar de cinco a siete partidos para optar a una medalla.
Por el contrario, la lucha libre-olímpica tiene tres periodos de duración (dos minutos cada uno) con treinta segundos de descanso entre periodos. Dada la gran demanda de acciones ejecutadas a máxima velocidad, el trabajo físico de alta intensidad resulta determinante.
Los expertos en entrenamiento deportivo concluyen que parece probada la eficacia del perfil de fuerza-velocidad como método fiable y económico de evaluación sobre el estado actual de cada deportista (de manera individual). Como aplicación práctica, se puede señalar que el método del perfil de fuerza-velocidad permite a los entrenadores y preparadores físicos ajustar los objetivos del entrenamiento y sus cargas para conseguir un óptimo rendimiento físico, por lo que es un método muy implementable de manera cotidiana.