Daniel Aquillué en el programa Antecessor de Aragón TV.
7 de noviembre de 2022. Nacho Navarro, invitó a su programa Antecessor en Aragón TV a Daniel Aquillué, profesor del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I. Este espacio está dedicado a las ciencias forenses y la antropología, trata de acercar a los aragoneses a grandes personajes de su historia. En esta ocasión, el viaje fue hasta el Panteón de las Heroínas de Zaragoza, donde descansan sus restos, para abordar la incógnita de porqué Agustina Zaragoza y Domenech, conocida popularmente como Agustina de Aragón, una de las heroínas más famosas de España, está enterrada con los huesos de un niño. En el programa se dilucida “porqué antropológica y genéticamente de quién se trata”, explicó el presentador.
Desde 1908, los restos de Agustina Zaragoza Casta Álvarez, que falleció el 1 de junio de 1870 a los 71 años en Ceuta, se encuentran en el Panteón de las Heroínas. Recordada como “la artillera de los sitios”, sus restos se trasladaron hasta Zaragoza como reconocimiento a su fama internacional de Agustina de Aragón en la Guerra de la Independencia (1808-1814). Un equipo de investigadores, coordinados por Antonio Mostalac Carrillo, abre la urna de sus restos para descubrir un misterio: hay huesos que no corresponden a la heroína maña y son de un niño de menos de 10 años.
Como historiador zaragozano, Daniel Aquillué, es uno de los expertos consultados para resolver este misterio. El profesor recuerda que Agustina de Aragón llega a Zaragoza poco antes de comenzar el primer sitio de Zaragoza en la Guerra de la Independencia, en torno al 10 de junio de 1808. El primer Sitio comienza el día 15 de junio. “No se saben muy bien las circunstancias en las que llega a la ciudad, pero hay constancia de que se aloja cerca del lugar que le da la fama, la Puerta del Portillo”, explica el profesor. La heroína está acompañada de su hijo Juan, que es prácticamente un bebé. El profesor definió el contexto histórico de la figura de Agustina de Aragón o la descripción que hizo de ella José de Palafox, el capitán general español en los Sitios de Zaragoza. La joven de 22 años “no era guapa, pero era atractiva. Era alta, de gran vivacidad. Estaba bien hecha”, señala el historiador de la Universidad Isabel I.
Restos óseos encontrados en la urna de Agustina de Aragón. Captura de un fotograma del programa Antecessor.
Los dos Sitios de Zaragoza
En el Primer Sitio de Zaragoza, un grupo de hombres y mujeres resistieron 61 días frente a las tropas napoleónicas que les superaban en número. Los franceses fueron expulsados, pero la presión continuó y se produjo el segundo y definitivo asedio. El capitán general Palafox y 8.000 hombres y mujeres se enfrentaban a 14.000 soldados franceses de infantería y más de 1000 de caballería, así como 20 cañones del ejército mejor organizado del mundo. Este Segundo asalto comenzó con 27 horas ininterrumpidas de cañonazos. Agustina llevaba municiones y comida a los defensores de Zaragoza. El 2 de julio, en la empalizada que defendía el grupo de hombres en el que estaba Agustina cayó y la entrada a Zaragoza estaba abierta para los franceses. En ese momento, Agustina prendió la mecha de un cañón y la metralla hizo que las tropas francesas abandonaran su asalto a la ciudad. Y este hecho la encumbra hacia la leyenda y la inmortalidad como heroína a nivel internacional.
Tras la derrota zaragozana, Agustina es detenida y conducida a Francia, pero logra escapar y llega a Ólvega (Soria), donde su hijo fallece. Se dirige entonces a Teruel y el 30 de agosto de 1809 es condecorada por Fernando VII como subteniente de infantería. En 1810 vuelve al combate en el Sitio de Tortosa y en 1813 lucha en el Sitio de Vitoria y sigue combatiendo hasta el final de la guerra. En 1814 se reencuentra con su marido enfermo de tuberculosis y nace su segundo hijo. Se queda viuda en Valencia en 1923 y a los pocos meses se vuelva a casar. Vivió en Sevilla y tuvo una larga vida para la época.
Recreación en 3D del rostro de Agustina de Aragón.
El análisis de los restos
En el programa se contrastan los datos históricos con los científicos y se descubre, por ejemplo, que los restos de la mandíbula tienen unas lesiones que podrían haberse causado por un golpe muy potente. Daniel Aquillué indica que no le consta, según los registros oficiales, que fuera herida. “Pero sí que sufrió muchísimo durante el asedio. En el Segundo Sitio encabezó un ataque para recuperar el Convento de Trinitarios, cerca de la Puerta del Carmen, en enero de 1809”, explicó el docente. A lo largo del programa se descubre que esta lesión en la mandíbula era una característica de nacimiento, descubierta por los médicos forenses gracias al tac (tomografía computarizada) y rayos X de los restos. El programa recoge cómo se realizó un escaneo 3D del cráneo de la heroína para poder recrear su rostro.
Respecto a los restos del niño, los archivos oficiales ofrecen un nombre y un parentesco, pero fue la genética la ciencia que ofreció los resultados definitivos. Estos restos revelan que el niño murió de raquitismo y podría ser el nieto de la heroína zaragozana.