Representación de la imagen del faraón y su esposa.
7 de noviembre de 2022. En el centenario del descubrimiento por Howard Carter de la tumba del faraón Tutankamón, el diario El Mundo ha querido conmemorar esta efeméride, con un especial sobre los enigmas y hallazgos de la fastuosa tumba del faraón en 1922 y cómo su descubrimiento, con más de 5.000 objetos en su interior, despertó el interés de los arqueólogos de todo el mundo.
La periodista Teresa Guerrero entrevistó, entre otros, a Ricardo Ortega Ruiz, profesor de Antropología Forense y Criminología de la Universidad Isabel I. En su reportaje, el profesor Ortega recuerda que “el estudio de las momias ha sido una gran fuente de información sobre la vida y costumbres en el Antiguo Egipto”. El profesor Ortega es considerado como uno de los especialistas internacionales más reputados en la identificación de restos humanos del Antiguo Egipto, con el análisis forense de momias y la formación de arqueólogos en este país mediterráneo.
El docente de la Universidad Isabel I señala que a partir de la momia o los huesos se puede obtener mucha información: su perfil biológico (edad, género, estatura o ascendencia), su estudio sanitario (patologías, traumas, causa de la muerte) y la identificación positiva (trabajos que realizaba de manera repetitiva que pueden causar desgaste en las articulaciones…).
Ricardo Ortega señala que hoy en día las momias egipcias están más protegidas que durante los siglos XIX y XX. “A principios del siglo pasado eran tan abundantes que se hicieron auténticas barbaridades. Se vendían como souvenirs, se convertían en cosméticos pulverizando sus huesos o se llegaron a usar como combustible”, explicó el experto en antropología forense. No obstante, el profesor Ortega indicó que acabó aprobándose una normativa para preservarlas.
Tumba en el Valle de los Reyes a la que trasladaron parte del tesoro encontrado en la tumba de Tutankamón.
Tutankamón, el faraón
El faraón Tutankamón muere con 19 años en el año 1334 a.C. de una lesión que se le infectó en una pierna tras una caída, apenas 10 años después de su proclamación como faraón de Egipto. Su tumba sin profanar fue descubierta en el Valle de los Reyes. En su ajuar funerario, compuesto por más de 5.000 objetos, destaca la máscara de oro y piedras preciosas, reconocida en el mundo entero y que podrá verse en unos meses, junto a otros restos de valor incalculable, en el futuro Gran Museo Egipcio que se está construyendo en Guiza.
La momia de Tutankamón se sometió a un análisis de escáner y ADN en 2005, momento en el que se descubrió su filiación con el faraón Akenatón, (también conocido como Ajenatón, Amenhotep IV o Amenofis IV). En el análisis se pudo conocer, por ejemplo, que sufrió malaria en dos ocasiones antes de su muerte o que la trepanación en su cráneo fue post mortem, para facilitar la momificación. Su madre pudo ser la famosa Nefertiti (primera esposa de Akenatón) o Kiya (su esposa secundaria).
Dibujo de la máscara de Tutankamón.
En el estudio de ADN, que no fue concluyente, no se puede señalar la paternidad de Akenatón. En el reportaje de El Mundo se subraya que las pruebas arqueológicas indican que en el Templo de Luxor y en un león de un templo de Sudán, que se conserva en el Museo Británico, se explica que Tutankamón era hijo de Amenhotep III. Se sabe que Tutmosis IV era el padre de Amenhotep III, y por tanto, sería el abuelo de Tutankamón, según indica el profesor Martín-Valentín en el reportaje. Sin embargo, la información de este periodo histórico es muy escasa, lo que cubre de misterio una de las tumbas más famosas del mundo.