Pueblo de Medinaceli en Soria.
18 de noviembre de 2022. El último número de la Revista de Información Comercial Española ICE, publicada por la Secretaría de Estado del Comercio dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, recoge un artículo de Virginia Saldaña Ortega, profesora de Derecho de la Unión Europea y Derecho Internacional Público la Universidad Isabel I y Carlos Francisco Molina del Pozo, catedrático de Derecho de la UE en la Universidad de Alcalá. Bajo el título ‘La política de cohesión y la lucha contra el éxodo rural ante la nueva perspectiva federal de la Unión Europea’ los autores desgranan la situación que se produce en el marco de la Unión Europea relacionada con el éxodo masivo de población de los territorios rurales y cómo esta migración puede afectar a la correcta marcha del Mercado Común.
Para los autores, los procesos de despoblación “se ven impulsados por factores económicos clarísimos, ya que las zonas que se encuentran afectadas por estos ciclos de éxodo suelen ser aquellos territorios con una economía más deprimida, atrasada o con menor dinamismo, máxime si realizamos un ejercicio de comparación con otros territorios”. La principal causa de esta mutación geográfica está relacionada con la mejora de oportunidades laborales, una superior calidad de vida y una mayor oferta de servicios en las zonas más pobladas, que suelen coincidir con entornos urbanos.
Como consecuencia de la marcha de las poblaciones más jóvenes hacia otras zonas geográficas se produce el consiguiente envejecimiento de la población y la escasez de recursos en estas zonas, la pérdida de flujo económico y capacidad productiva o la posibilidad de aumentar el movimiento económico en estas zonas rurales que mejoren su futuro.
Datos de Eurostat
Según los últimos datos de Eurostat, en el año 2015, el 40% de la población vivía en ciudades, mientras que el 32% lo hacía en zonas intermedias y solo el 27% vivía en un territorio rural. Estos datos apuntan, según los autores del artículo, a un envejecimiento poblacional y a la desaparición de algunas zonas pobladas actualmente. “No solo aumenta el porcentaje de ancianos en todas las regiones de la Unión Europea, sino que, además, lo hace en mayor medida en aquellas que estaban menos envejecidas hace dos décadas, como es el caso de España en Madrid, País Vasco, Navarra y la costa mediterránea”, indican, con lo que el proceso de envejecimiento se extiende a todo el continente europeo.
Desigualdad entre los ciudadanos de la Unión
Los expertos en Derecho de la Unión Europea recuerdan que la falta de servicios e infraestructuras a esta población incurre en una “desigualdad manifiesta entre los ciudadanos de la Unión, difícilmente salvable o justificable por las instituciones” y centrados en deficiencias en el transporte, los servicios digitales, la vivienda, la educación o la asistencia sanitaria.
Uno de los objetivos que persiguen las instituciones comunitarias se orienta hacia la búsqueda de un mayor desarrollo en digitalización, que, según los datos de la Unión Europea llega ya al 90% de la población. “Asistir a la conexión digital en todos los territorios de Europa favorecerá las comunicaciones y los servicios de los ciudadanos”, matizan los autores. A lo que debería sumarse un cambio en el modo de aprendizaje de las escuelas, especialmente en las zonas rurales, que tienen muchas limitaciones para acceder a los servicios digitales. Y otro elemento a tener en cuenta debería ser la relativa al acceso a la vivienda y mejores redes de comunicación en transporte. A lo que se sumará la rentabilidad de las explotaciones en el ámbito rural gracias a la aplicación de la Política Agraria Común, los Fondos FEDER o los Fondos de Cohesión.
Corregir los desequilibrios regionales
La política de cohesión puede corregir los desequilibrios regionales existentes, no solo desde la perspectiva demográfica exclusivamente, sino que esto mismo afecta también a los ámbitos económicos, sociales y de oportunidad. Los autores rescatan los primeros pensamientos europeístas en los inicios de la creación del proceso de integración, que abogaban por la progresiva construcción de una Federación Europea. “Hoy más que nunca, su cabida es nuestra realidad económica, social y de perfecto andamiaje político para las próximas décadas en Europa”, subrayan. La respuesta de la Unión Europea al cambio demográfico debe pasar por el establecimiento de un cambio en las políticas y temáticas, apostando por la cohesión, la innovación, el transporte, el acceso sanitario o las políticas sociales, el empleo y la inmigración en un contexto que afecte a los niveles local, regional, nacional y supranacional.