Piedra Rosetta en el Museo Británico de Londres.
22 de noviembre de 2022. Coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamón por el arqueólogo Howard Carter, el diario El Mundo ha publicado un especial sobre los enigmas que rodearon esta fastuosa tumba en 1922.
La periodista Rebeca Yanke entrevistó, entre otros, a Alberto Romero Molero, Director del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I para analizar las razones por las que algunas piezas emblemáticas del arte egipcio están diseminadas por los museos europeos como es el caso de la Piedra de Rosetta, en el Museo Británico, clave para descifrar los jeroglíficos egipcios o el busto de Nefertiti, en el Neues Museum (Museo Nuevo) de Berlín, piezas que se han demandado durante años desde Egipto.
Alberto Molero señala en el artículo que es determinante en este sentido definir “la importancia que tiene el contexto histórico y la legislación vigente en cada uno de los descubrimientos de las obras de arte reclamadas”. Para el profesor Romero la ubicación actual de muchas de estas obras en los grandes museos europeos tienen una justificación ya que muchos de los estados que hoy reclaman estas obras no existían en el pasado o las piezas fueron vendidas legalmente. Para el experto historiador los grandes museos europeos atesoran una gran parte de estas piezas y “son exponentes de la historia de las grandes potencias del continente durante el siglo XIX”.
Para Alberto Romero “debemos desmitificar el ‘expolio’ de estas piezas y explicar el fenómeno histórico que conduce a que las mismas actualmente se encuentran en un lugar determinado”. En este sentido, el historiador matiza que es necesario diferenciar entre legalidad e ilegalidad en el traslado de las obras a los museos europeos que, en ocasiones, incluyen reconstrucciones integras, como es el Templo de Debod en Madrid.
El profesor Romero Molero añade que “es necesaria una mayor pedagogía en relación con esta cuestión para explicar estos fenómenos históricos”, subrayó en su explicación sobre la diseminación de piezas egipcias por todo el mundo.
Historia de piezas mundialmente conocidas
La Piedra Rosetta es un fragmento de estela egipcia que tiene inscrito un decreto publicado en Menfis en el año 196 a.C. en nombre del faraón Ptolomeo V. En el decreto aparecen tres escrituras distintas: jeroglíficos egipcios, escritura demótica y griego antiguo. Esta piedra, fue la clave para el descifrado moderno de los jeroglíficos egipcios. Fue hallada por el capitán francés Pierre François Bouchard en julio de 1799 durante la campaña francesa en Egipto. Los británicos derrotaron a los franceses en Egipto y la piedra fue transportada a Londres tras la firma de la Capitulación de Alejandría en 1801. Desde 1802 puede visitarse en el Museo Británico.
Busto de Nefertiti en el Neues Museum de Berlín.
El busto de Nefertiti fue encontrado en el yacimiento de Tell el-Amarna en diciembre de 1912 por el equipo alemán dirigido por Ludwig Borchardt. El arqueólogo excavaba en la casa del jefe de escultores de Tutmosis y en la parte trasera se encontraron una serie de cabezas de piedra, máscaras y moldes de yeso de la familia real. El famoso busto fue labrado en un bloque de piedra caliza, retocado con yeso y pintado. En enero de 1913 Borchardt negoció con el Servicio de Antigüedades de Egipto para repartirse los objetos encontrados y el inspector egipcio no se dio cuenta del valor de la imagen y autorizó su salida. El busto llegó al Museo de Berlín donde permaneció en los sótanos hasta 1923, momento en el que fue expuesta al público, lo que provocó el malestar de los egipcios que solicitaron la devolución del famoso busto. Se dice que Hitler se encaprichó de la obra y la convirtió en un icono de Alemania, donde permanece hasta hoy en día.