Comunicación no verbal

Práctica de comunicación no verbal.

24 de noviembre de 2022. Beatriz García Saez es una psicóloga sanitaria, experta en coaching, con conocimientos en recursos humanos, traumas y mediación familiar, que trabaja como psicoterapeuta y que ayer ofreció ayer un taller online en la Universidad Isabel I titulado ‘Aumenta tu éxito a través de tu postura y movimientos’. Esta charla se enmarca en las sinergias establecidas entre la Red Española de Universidades Promotoras de la Salud (REUPS) a la que pertenece la Universidad Isabel I y la Fundación Mapfre. Fruto de este trabajo conjunto, se han publicado recientemente los resultados de un estudio sobre el "Uso del teléfono móvil, estilo de vida y bienestar psicológico en estudiantes universitarios".

Beatriz García hizo un repaso por muchos conceptos relacionados con el éxito y la comunicación no verbal. Habló de la importancia de nuestra actitud, sobre la relación entre nuestros estados de ánimo, su neuroquímica, y lo que transmitimos, así como la importancia de crear una buena impresión. 

Se destacó la importancia que tienen los 7 primeros segundos al conocer a alguien y generar una primera impresión. Por eso es tan importante la comunicación no verbal. "Los estudios indican que el 55% de la comprensión de lo que se transmite en el lenguaje tiene que ver con el cuerpo, el 38% con el tono de voz y solamente un 7% con las palabras", matizaba la ponente.

 

Cabecera del taller

Cabecera del taller.

Las claves para que nuestras posturas y movimientos delaten una actividad en positivo son: el gesto, la mirada, la expresión facial, el tono de voz y la postura corporal. Y en función de la personalidad hay tres estilos de comunicación: el agresivo (con tensión e imposiciones), el sumiso (se pliega a los deseos y necesidades de los demás) y el asertivo (donde se definen derechos y necesidades tanto propios como de los otros).

Los gestos y movimientos de pueden entrenar

La ponente explicó en el taller que "perder la confianza en el cuerpo es perder la confianza en uno mismo", citando a Simone de Bouvard, porque el cerebro presta 12.5 veces más importancia a nuestros gestos que a nuestras palabras. La psicóloga desveló que los gestos y movimientos se pueden entrenar para que actúen en la comunicación a nuestro favor. “Hay ciertas posturas que se identifican con la transmisión de confianza y seguridad, en los que la persona ocupa su espacio y proyecta seguridad, mientras que en otros casos, hay posturas y gestos que denotan inseguridad y nerviosismo”, concretó.

La Universidad de Harvard realizó un estudio dirigido por Amy Cuddy  sobre la relación que expresan las posturas con sustancias que segrega el cerebro humano como la testosterona o el cortisol. En sus conclusiones definieron la relación clara que puede definir, por ejemplo, el estrés o la ansiedad de una persona con algunas posturas y con sus emociones. “Cuando la persona se siente bien, la neuroquímica del cerebro combina oxitocina, dopamina, serotonina y endorfinas.

También se habló de las neuronas espejo, su funcionamiento y cómo nos facilitan despertar empatía hacia los demás. 

La importancia de la sonrisa, los gestos y la mirada

Utilizar gestos aumenta nuestro mensaje hablado hasta en un 60%. La sonrisa, por ejemplo, activa la serotonina, es contagiosa y hace sentir un ambiente positivo alrededor. 

Otro elemento a tener en cuenta es la mirada.  Las pupilas se dilatan cuando estamos ante una máxima concentración o tenemos interés por lo que sucede alrededor; cuando se despierta el deseo sexual o estoy de acuerdo con la ideología de otra persona. En cambio, la pupila se contrae cuando estamos incómodos o nos sentimos amenazados. Igualmente, la dirección de la mirada también nos puede indicar si la persona está recordando (hacia arriba a la derecha) o construyendo e inventando una nueva realidad (cuando miramos hacia abajo y hacia la izquierda).

En sus conclusiones, la ponente resumió que en cualquier comunicación pública el contacto visual, la sonrisa, un apretón de manos, caminar tranquilo, tener una postura dueña del espacio, los movimientos de las manos, el contacto visual, la conversación y el lenguaje positivo y proactivo ayudan a proyectar una imagen positiva de la persona. Y todo ello se consigue con la práctica.