Cabecera de los webinar.

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15 de noviembre de 2023. Ricardo Gómez, director del Grado en Ciencias de la Seguridad, y María Hernández, coordinadora de investigación del Grado en Criminología, inauguraron el primer webinar de Análisis de Delitos en la Semana de la Ciencia en la Universidad Isabel I.

María Hernández, docente y experta criminalista, llevó a cabo un análisis detallado del caso de Michel Fourniret, conocido como ‘El ogro de las Ardenas’, debido a que su residencia estaba en esta región francesa. Desde una perspectiva criminalística, el análisis se enfocó en aspectos y disciplinas esenciales para resolver el caso, destacando la relevancia actual de la ciencia en este contexto.

La profesora Hernández presentó el caso, evaluando la lista de víctimas, la ubicación de los crímenes y las condenas asociadas. Enfatizó la importancia de la criminalística y las ciencias forenses, que exploran las escenas del crimen, la investigación y las evidencias principales, así como la complejidad de la localización de los cuerpos.

Asesinos en serie

El caso, protagonizado por el matrimonio formado por Michel Fourniret y Monique Olivier, involucra el asesinato de ocho jóvenes, algunas menores de edad, entre 1987 y 2002. La estrategia criminal se basó en la participación activa de la esposa para atraer a las víctimas, a quienes engañaba y guiaba hasta su marido, el perpetrador de las violaciones y asesinatos.

Asesinos

Michel Fourniret y Monique Olivier durante el juicio. Fuente: Republican-lorrain.fr

La captura de los asesinos a principios de los 2000 se debió al coraje de una víctima que logró escapar. Desde entonces, el caso de la muerte de ocho jóvenes fue desentrañado, con Fourniret condenado a cadena perpetua y su cómplice, Monique Olivier, a 28 años.

Muchos de los cuerpos no se localizaron hasta una década después de su muerte, lo que agravó la complejidad del caso debido a la identificación tardía de los cadáveres.  En 1987 mataron a Isabelle Laville (17 años); en 1988 a Fabienne Leroy y Farida Hellegouarch. En 1989, a Jeanne-Marie Desramault y Elisabeth Brichet; en 1990, a Natacha Danis; y una década después, en el año 2000, a Cèline Sanson, y en 2001 a Mananya Thumpong. Las autoridades consideran que al menos, hay tres posibles víctimas más no identificadas, aunque algunos sugieren hasta 10 víctimas adicionales, relacionadas con la desaparición de varias au piars que cuidaron al hijo de la familia.

Estudio criminalístico

María Hernández indicó que, desde el punto de la criminalística, se exploran las escenas del crimen, mayormente abiertas y secundarias, afectadas por factores climáticos y el paso del tiempo. La investigación criminal se aborda detalladamente, subrayando la necesidad de preservar la cadena de custodia y la importancia de una investigación ordenada y precisa.

En la criminalística de campo, la escena del crimen se clasifica por su naturaleza o por la actividad criminal, diferenciando escenas abiertas, cerradas, acuáticas de vehículo o mixtas, y primarias y secundarias. La mayoría de las escenas en este caso son abiertas y secundarias, sometidas a inclemencias meteorológicas, y al paso del tiempo, reduciéndose sustancialmente el éxito de localizar vestigios biológicos.

María Hernández subraya la importancia crucial de la actualización constante y la colaboración entre expertos para determinar los resultados de los informes. Destacó la relevancia del análisis genético de piezas dentales y huesos largos en la identificación de víctimas, subrayando que cada escena de crimen presenta características únicas. Complicaciones como la contaminación y degradación de restos, afectados por el paso del tiempo, pueden surgir en cada caso.

En el ámbito de la policía científica y judicial, los miembros deben adherirse a principios fundamentales de inmediatez, meticulosidad y orden en el desarrollo de sus de pericias en la inspección ocular técnico policial, que se rige por fases específicas, desde la información previa hasta el abandono del lugar.

Estudio del caso

En el caso analizado, se examinó la furgoneta blanca vinculada a una de las víctimas, se inspeccionó el domicilio y el entorno del château de los criminales, encontrándose numerosos objetos como armas, ropa infantil, máscaras de inhalación y ampollas de éter, entre otros. Otros escenarios relevantes incluyen lugares donde encontraron a las víctimas, con la posibilidad de obtener pisadas, rodaduras de vehículos o muestras epiteliales.

La investigación criminal efectiva requiere orden y precisión, donde, el estado del cuerpo influirá en la información recuperable sobre la muerte, incluyendo la causa, momento, modo. María Hernández enfatiza la necesidad de actualizar los métodos en función de los avances científicos y sociales, resaltando la importancia de contar siempre con personal bien formado y especializado, tanto en la escena del crimen como en los laboratorios. La cooperación y puesta en común son esenciales para determinar los resultados de los informes.

El perfil del criminalista requiere una formación multidisciplinar y debe especializarse en algunos de los campos de investigación.  “Yo me he especializado en escena y manchas de sangre. Pero la formación del criminalista se centrará igualmente en protocolos de actuación en el escenario y en cómo se debe tratar cada uno de los elementos para que los resultados en laboratorio sean lo más eficaces posibles, y ayuden en la resolución y reconstrucción de los hechos, que es el objetivo final”, explicó la profesora Hernández.

Sigue la primera sesión del webinar.

Segunda jornada. Estudio criminológico

La doctora Ana Fuentes, directora del Grado en Criminología, encabezó la exposición del caso desde el punto de vista criminológico. Sandra Suárez Castro, docente de este grado, abordó las técnicas de investigación centradas en el análisis de la conducta criminal. Estas técnicas proporcionan información específica sobre el individuo detrás del crimen, incluyen la delimitación de líneas de investigación, la filtración y priorización de sospechosos, el apoyo en incidentes con rehenes, la asistencia en tomas de declaración, el asesoramiento en interrogatorios y la gestión de comunicaciones relacionadas con el crimen.

La profesora Suárez Castro detalló los criterios que definen a un asesino en serie, señalando que, en este caso, se cumplen la mayoría de los requisitos. Analizando la tipología criminal, clasificó a los individuos como agresores de tipo mixto, con una mayor tendencia a ser asesinos de tipo organizado atendiendo a las características del caso.  Esto se debe a la presencia de factores como la planificación de cada crimen, el acecho a las víctimas, el uso de kits para secuestros y asesinatos, así como el posible robo de objetos personales que se convierten en fetiches. Destacó la agresión sexual mientras las víctimas están con vida y la cuidadosa ocultación de los cadáveres para evitar ser descubiertos.

Los delincuentes, clasificados como asesinos seriales, presentan un modus operandi cuyo método de aproximación se realiza mediante engaño, su método de ataque es acosador y sorpresivo, así como su método de ejecución falible. La docente clasificó a los individuos como agresores de tipo desconocido y furtivos, siendo Michelle un agresor reincidente especializado. En cuanto a Monique Olivier, la cómplice, su motivación radica en beneficios sexuales o de otra índole, facilitando las fantasías sexuales de su pareja.

Mirada crítica y penas

Myriam Rodríguez, también docente del Grado en Criminología en la Universidad Isabel I, resaltó la gravedad de los delitos, señalando al menos 8 asesinatos. La profesora Rodríguez explicó que en este tipo de casos suele aflorar “la empatía con las víctimas o la interpretación moral, la cultura y la educación, así como los propios límites de la comprensión sobre el alcance del comportamiento humano”.

En relación con el derecho penal, la docente destacó su naturaleza histórica, ideológica e interpretativa, cuestionando su objetividad en casos como el mencionado. “En España hay casos como el del Marta del Castillo, Sandra Palo, las niñas de Alcàsser o Diana Quer, que han propiciado la injerencia de los medios de comunicación y la opinión pública en las investigaciones”, explicó la docente.

En España, prisión permanente revisable

La doctora Rodríguez menciona las implicaciones de la cadena perpetua en Francia y su equiparación a la prisión permanente revisable en España, señalando que, en casos notorios como este, la pena puede parecer insuficiente a las víctimas y la opinión pública para resarcir el daño. El condenado debe cumplir en España, al menos, 25 años de prisión, aunque hay excepciones, como sería el caso, y el tiempo mínimo para pedir la revisión de la condena sería de 30 años y 22 años para pedir el tercer grado. En el caso de Monique Olivier, podría solicitar su salida de prisión en 2032, aunque tiene algunos procesos todavía abiertos. “En casos tan mediáticos y escabrosos como este no hay una pena suficiente como para resarcir el daño”, indicó, en referencia a la cada vez más creciente demanda social punitivista.

Para concluir, la doctora Myriam Rodríguez subrayó que es necesario analizar cada caso con una mirada crítica, ajustándose al estado social y democrático de derecho, dejando a un lado el componente emocional que va asociado a casos de tal magnitud. “No hay mejor política criminal que una política social”, concluyó.

Sigue la segunda sesión del webinar.

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