Alicia Landete con su tutora de prácticas en el Hospital General de Almansa (Albacete).
29 de agosto de 2024. Alicia Landete, psicóloga en formación al estudiar el Máster en Psicología General Sanitaria en la Universidad Isabel I, ha realizado sus prácticas en el Hospital General de Almansa, en Albacete, muy próximo a su lugar de residencia. En la siguiente entrevista comparte su enriquecedora experiencia realizando prácticas en un entorno hospitalario. A pesar de los desafíos de equilibrar la vida familiar y laboral, destaca la diversidad de casos que ha tratado y la importancia de la humanidad en la atención psicológica. Su paso por el Hospital de Almansa ha sido clave para su desarrollo profesional, consolidando su vocación por la psicología clínica, especialmente en oncología y educación emocional. Ahora, Alicia se prepara para aportar su granito de arena a su comunidad, consciente de la relevancia de la salud mental en la post-pandemia.
Cuéntanos, Alicia, ¿Cómo ha sido tu experiencia general a la hora de realizar las prácticas en un entorno hospitalario?
La verdad es que estupendísima y bastante completa porque, al estar en un entorno hospitalario es cierto que tenemos acceso a una tipología variadísima de problemas psicológicos a los que se enfrentan los pacientes. La verdad es que se pone en práctica todo lo que se estudia en el máster porque te da a ver supuestos muy variados.
¿Qué fue lo que te motivó elegir el hospital para hacer tus prácticas?
Una serie de factores. En primer lugar, cuando tocó elegir las prácticas acababa de tener una bebé, mi hija tenía cuatro meses. Además, vivimos en una zona de interior bastante aislada, lejos de las capitales. Y mi deseo era no alejarme demasiado. El hospital de Almansa está a 20 kilómetros de mi pueblo, que es Ayora. Se planteó la oportunidad y la universidad me lo facilitó. Inmaculada Santos, la administrativa de Gerencia y Formación del hospital, también puso todas las facilidades del mundo. Pilar, mi tutora, enseguida me acogió... Y la verdad es que fue un cúmulo de circunstancias. Ha sido una experiencia gratísima porque un entorno hospitalario es un entorno privilegiado para hacer unas prácticas.
¿Cuál ha sido tu mayor desafío al que te has enfrentado durante las prácticas?
El mayor desafío es que ha sido un poco, sobre todo, el encaje de bolillos, por la gran cantidad de recursos que tiene el hospital y el alto número de pacientes que acuden. Por las características del sistema sanitario, en general, se dedica poco tiempo a cada paciente; pero en este hospital son unos privilegiados y las agendas de psicología se pueden gestionar muy bien. No hay demasiada lista de espera. Creo que es el reto principal, pero también, la tipología de pacientes, la gran variedad que hay, el buscar de qué forma le podemos ofrecer ayuda de la mejor forma posible.
Hablando de esa experiencia de trabajar directamente con los pacientes en un entorno clínico, cuéntame un poco cuál ha sido tu experiencia ¿cómo ha sido ese contacto con los pacientes?
He tenido la enorme suerte de que la tutora de prácticas, la doctora Pilar Soria, desde el primer momento, me integró en la consulta como una compañera más. Entonces la experiencia ha sido de primerísima mano. Me ha incluido siempre en las sesiones, en las decisiones, en las valoraciones… Entonces el contacto ha sido desde el primer momento muy próximo, claro como yo realicé las curriculares y luego hicimos también un periodo de extracurriculares, pues he estado un periodo de octubre hasta julio.
Al principio, mi contacto era un poco más esporádico; siempre desde la observación, aprendiendo. Conforme he adquirido más experiencia he ido interviniendo más en ese proceso. Ha sido muy completa y de muchísimo aprendizaje.
Me imagino que el tema de manejar las emociones y el estrés al trabajar con pacientes que están en situaciones críticas o terminales quizás es lo que más difícil se gestiona. Cuéntanos tu experiencia.
Claro, piensa que es lo que te he dicho, estamos en un entorno hospitalario en el que vemos de todo. Estamos tratando desde personas que nos derivan desde cuidados paliativos y oncología a personas que vienen con problemas laborales. Y ante todo, somos humanos y la psicología se tiene que entender siempre desde la humanidad. Siempre se empatiza con los pacientes. Hay casos que, por circunstancias personales, te llegan más a la fibra y te emocionas más.
Por un lado, hay ocasiones en las que los pacientes, con tu ayuda, van saliendo adelante y sientes un orgullo espectacular y te alegras mucho por haber compartido ese camino de crecimiento con ellos. Y hay otros casos en los que no puedes evitar que el paciente salga por la puerta y tú acabes con lágrimas. Pero al final, yo creo que eso lo que demuestra que en el contexto clínico de la psicología, incluso en un entorno hospitalario con tantísimos pacientes, lo que prima es la humanidad.
Alicia Landete con su tutora.
Has hablado de esa colaboración entre distintos departamentos, ¿qué has aprendido de la importancia de la colaboración interdisciplinaria en el tratamiento de los pacientes en estos meses?
Que es fundamental para tener una buena coordinación. Partimos de un hospital que es pequeño, lo que ofrece muchísimas ventajas en la atención a los pacientes. Los inconvenientes vienen más por problemas de desplazamiento. Y lo mejor son los recursos con los que cuenta y los profesionales. Todos se conocen, se coordinan muy bien. La comunicación institucional es muy fluida. La más próxima es siempre con el equipo de Salud Mental, al que pertenecemos. Las doctoras Paloma Cano y María Teresa Tolosa facilitan el trabajo con los pacientes a los que debe hacerse un abordaje más intensivo. Además, el hospital de Almanza cuenta con un departamento de humanización, con el que colaboramos desde Psicología Clínica y hay muy buena comunicación. Eso, al final, siempre repercute en beneficio de los pacientes.
En tu desarrollo profesional ¿cómo crees que las prácticas te han preparado para tu futura carrera en Psicología?
Mejor imposible. Me han preparado en modo todoterreno porque en un hospital público ves de todo: desde problemas más comunes en los que se hacen montañas y se necesita ayuda externa, hasta patologías más graves con momentos duros como procesos degenerativos o dolor crónico.
Al final, aprendes a manejarte en ese amplísimo abanico de situaciones y yo creo que es lo que mejor te prepara para para tu día a día, para tu trabajo futuro, porque de una forma u otra has visto tal variedad de situaciones que sabes manejarlas todas.
La doctora Soria es para mí un referente, como los distintos profesionales de todos los departamentos de los que vas aprendiendo, de cómo manejan las diferentes situaciones. Creo que mejor preparación para mi futuro laboral no he podido tener.
¿Crees que hay alguna especialización dentro de la psicología clínica que después de estas prácticas tan extensas, que prácticamente te han ocupado todo el curso, te interese más?
Pues hay como dos vertientes: trabajo clínico y educación emocional.
Por un lado, me interesa mucho el trabajo que realiza mi tutora, la doctora Soria (ella se especializa en oncología y en sexualidad). Son dos temas que en la carrera se ven de pasada. He descubierto que me ha encantado la psicooncología. Lo veo ahora mismo, muy importante.
A nivel de experiencia, me interesa muchísimo todo el apartado de educación emocional. Hemos trabajado muchísimo este tema durante todo el año. El manejo de emociones, el querer sentir, deber sentir y al final, las emociones, no sabemos muy bien cómo funcionan y para qué están ahí y creo que eso es fundamental profundizar en este tema.
Quizá debería ser una asignatura en el colegio, ¿no? La gestión de las emociones.
Sí, totalmente. Creo que debería vertebrar todo el proceso terapéutico en psicología a través de las emociones, bajo mi punto de vista.
¿Ha cambiado un poco de alguna manera tu perspectiva sobre la salud mental y el rol psicológico que existe en un entorno hospitalario después de tu experiencia práctica?
Sí, porque como pacientes siempre vemos mucha distancia entre lo que es el paciente y el profesional. El hospital de Almansa ofrece un entorno muy acogedor y me he dado cuenta es que no existe esa distancia sino que la implicación de los profesionales sanitarios con los pacientes es real. Esa preocupación por los pacientes existe. A veces, te llevas sus problemas a casa porque no puedes evitarlo, porque somos humanos. En las consultas te das cuenta del nivel de humanidad que tienen los profesionales sanitarios.
¿Cuáles son tus expectativas de futuro?
En principio, como el máster en Psicología General Sanitaria te habilita para el ejercicio profesional, tengo pensado abrir una consulta privada, buscando la conciliación familiar. Vivo en un entorno bastante alejado, con población mayoritariamente envejecida, riesgo de despoblación… me gustaría hacer la vida más fácil a mis vecinos.
Y después de la pandemia, que se ha puesto muy de relevancia la importancia de la salud mental, lo veo fundamental. Sobre todo entre la gente mayor, que habrá mucha gente que sufra soledad, situaciones de abandono, de inseguridad… Si no pasa nada, pronto abriré mi consulta.
Hospital General de Almansa
El Hospital General de Almansa, ubicado en la provincia de Albacete, es una institución sanitaria de referencia en la comarca, ofreciendo una amplia gama de servicios médicos y quirúrgicos a la población de la región. Este centro hospitalario destaca por su moderna infraestructura, que cuenta con tecnología avanzada y un equipo de profesionales altamente capacitados, comprometidos con brindar atención de calidad. El hospital no solo se enfoca en la atención inmediata de pacientes, sino que también participa activamente en programas de prevención y promoción de la salud, convirtiéndose en un pilar fundamental para el bienestar de la comunidad local.