Entrevista con el capitán de navío Abel Romero Junquera.
23 de octubre de 2024. En el II Congreso de Seguridad y Defensa de la Universidad Isabel I, el capitán de navío Abel Romero Junquera, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos, reflexionó en una entrevista sobre la evolución de la seguridad marítima en la UE desde su participación en la Estrategia Europea de Seguridad Marítima. A pesar de algunos avances, advirtió que la participación limitada de los países y sus intereses nacionales siguen siendo un obstáculo significativo para el desarrollo efectivo de operación.
¿Cómo ha cambiado el enfoque de la seguridad marítima en la Unión Europea desde tu participación en la elaboración de la Estrategia Europea de Seguridad Marítima?
Yo diría que relativamente poco. Se han hecho cosas, pero el problema que tiene la seguridad marítima, como muchos otros problemas de seguridad en la Unión Europea, es el compromiso de los países. Para hacer seguridad marítima hacen falta medios, hacen falta patrulleros, guardacostas, un montón de cosas. Los países contribuyen de una forma limitada a la estrategia europea y atendiendo normalmente a intereses nacionales. Con lo cual, al final, la Unión Europea como entidad, está limitada en temas de seguridad marítima. Por ejemplo, ahora mismo hay una operación en Política Común de Seguridad y Defensa de seguridad marítima en el Mar Rojo contra los ataques hutíes; somos 27 estados miembros y hay muchos países importantes que no participan. ¿Se puede hacer mucho más? Sí, pero los estados miembros tienen que querer.
Durante tu experiencia en la operación EUNAFOR, Sophia, ¿cuáles fueron los principales desafíos en el tema de la lucha de las redes de traficantes de seres humanos en el Mediterráneo?
Yo definiría la operación Sophia como un fracaso político y un éxito humanitario. Estuvimos, los primeros seis meses a bordo del portaaviones italiano. Recogimos, en nuestro periodo, alrededor de 10.000 inmigrantes del agua. Había varias operaciones en zona, y entre todos, nos coordinamos muy bien y salvamos, a muchísima gente, lo cual creo que, desde el punto de vista humanitario, fue un gran éxito.
Desde el punto de vista del mandato de la operación que trataba de desmantelar las redes de traficantes de seres humanos fue un fracaso, porque no fuimos capaces de desmantelar nada, porque no podíamos entrar en Libia. No podíamos entrar ni en las 12 millas de aguas territoriales de Libia porque no había mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y estábamos con las manos atadas en este sentido.
Te queda la satisfacción de la parte humanitaria, que creo que es importante; sobre todo cuando los ves en primera persona.
Como piloto naval, ¿cómo cree que ha evolucionado el papel de la aviación en la defensa marítima y qué relevancia tiene en la actualidad?
Contesto con una respuesta casi emocional. La aviación naval es una capacidad del poder de una nación en el mundo. Siempre se dice la famosa frase, yo creo que la dijo Kissinger, que ¿cuál es la primera pregunta que hace un presidente de Estados Unidos cuando hay una crisis? ¿Dónde está el portaaviones más cercano? O sea, un portaaviones es poderío, y sobre todo, su gran capacidad estratégica es la aviación naval, que la puedo desplazar donde quiera.
Como enamorado de la aviación naval creo que su papel es muy relevante. Se está viendo ahora mismo: hay dos portaaviones americanos en la crisis del Oriente Medio intentando proteger o ayudar a Israel contra los ataques iraníes; y la aviación naval ofrece la capacidad de entrar en territorio yemení para tratar de desmantelar los sistemas de mando y control, los lanzadores de misiles que están atacando el tráfico mercante. Eso se hace con misiles Tomahawk, pero también con aviación naval, que es una maravilla.
¿Qué diferencias ha observado entre su experiencia en la OTAN y en la Unión Europea en términos de cooperación de seguridad y defensa?
En términos de cooperación yo diría que es mejorable. La Unión Europea y la OTAN tiene un mandato relativamente claro: la OTAN tiene un aliado, un hermano mayor, que es Estados Unidos, que pone orden en el equipo; la Unión Europea tiene unas ambiciones muy idealistas, que muchas son irrealizables. De hecho, hay gente que habla que la Unión Europea del pensamiento Alicia, que es más un pensamiento de materialismo filosófico propuesto por Julián Marías, que propone más lo que nos gustaría que lo que realmente podríamos hacer. Bajar los pies un poco al mundo no es complicado.
Una de las cosas que más me llama la atención es lo que algunos analistas denominan la “esquizofrenia” que existe en los países de la Unión Europea, que son de la OTAN. Estos países tienen sus posturas en seguridad y defensa un poco diferentes, dependiendo de qué papel juegan en los dos clubes de los que son socios (OTAN o UE). Con lo cual dices… no tiene mucho sentido, porque estamos un poco en lo mismo.
Hay un celo originado sobre todo promovido por Francia, de que queremos una autonomía y queremos ser Europa. La dicotomía entre autonomía e independencia es clara: a veces queremos ser autónomos de la OTAN - Estados Unidos y queremos hacer lo que nosotros queramos; pero hoy por hoy, no podemos porque no tenemos capacidades. No obstante, en Europa hay muchos países que no quieren eso, se sienten muy cómodos a la sombra de la OTAN, cómodos y más protegidos, con lo cual las relaciones entre nosotros mismos a veces son paradójicamente muy complicadas.
Para España, uno de los talones de Aquiles es Mediterráneo ¿Cuál es el principal reto al que se enfrentan actualmente las fuerzas navales en el Mediterráneo?
El gran desafío de la seguridad es el Mediterráneo y la operación Sophia era un ejemplo de eso. Y las operaciones de países que tienen frontera, como que tiene en España también. Indalo, una operación de frontera que está en la zona del Mediterráneo occidental, es la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos.
Es un reto no a la defensa per se pero sí a la seguridad. Es un reto a la seguridad grave que puede tener repercusiones muy grandes. Los estados miembros son los que, al final, se tienen que involucrar o ponerse de acuerdo en Bruselas para trabajar más en equipo. Cuando mis intereses nacionales convergen con los de los demás es muy fácil, cuando no convergen no es tan fácil.
¿Cómo afecta la tecnología a las estrategias de seguridad marítima y qué avances recientes han sido un poco los más relevantes?
La tecnología, la capacidad de vigilancia, de observación, con satélites, drones… sabemos mucho más lo que pasa en la mar, con lo cual, lo podemos abordar de una forma mucho más temprana antes de que la cosa vaya más y de una forma mucho más eficaz.
El problema también es que toda esa información que nosotros definimos normalmente como inteligencia, hay que compartirla. Si yo tengo mucha información en el Mediterráneo Occidental pero no la comparto con nadie, hacemos cosas pero no todo lo bien que podríamos hacerla.
Uno de los paradigmas de la Unión Europea en temas de seguridad marítima, y se ha escrito mucho sobre el tema, era acabar con la famosa frase relativa a “información y conocimiento, con la necesidad de conocer”. O sea, yo te doy esta información si tú necesitas conocerla.
Habiendo participado en operaciones tanto a nivel nacional como internacional, ¿cuál considera que es el papel de España en la seguridad marítima global?
Siendo, como ha sido siempre, una potencia marítima mundial. Somos una nación que, geográficamente, estamos en un cruce entre América, África y Europa. Estamos rodeados de agua, (aunque a veces tener la capital en Madrid nos hace olvidar cosas), pero somos una nación con vocación marítima.
¿Qué papel tenemos que tener? Yo creo que a nivel europeo, un papel casi de liderazgo en temas de seguridad marítima; y somos bastante activos. De hecho, la operación Atalanta, que seguridad marítima es en el Índico, y España, además de tener el mando actualmente del cuartel general donde se manda la operación, es el único país que ha tenido un barco permanentemente en zona durante 16 años, desde 2008. Tenemos un avión de patrulla marítima vigilando todas las zonas. O sea, somos relativamente activos.
Sin embargo, creo que tendríamos que mejorar la cooperación y la coordinación, que sin ser mala, es mejorable, de todos los medios nacionales. En España tenemos muchas agencias competentes en seguridad marítima, aparte de la Armada, la Guardia Civil, la DAVA, etc. Tenemos que mejorar esa cooperación, coordinación entre actores estatales, y luego ya, con Europa y con el resto de los países, pero tenemos que poner un poco de orden y llevamos años intentándolo en casa.
Presentación del capitán Abel Romero Junquera por parte del profesor Reinaldo Batista Cordova, director del Máster en Seguridad, Defensa y Liderazgo de la Universidad Isabel I.
Currículum del Capitán Romero Junquera
El analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), adscrito al Estado Mayor de la Defensa (CESEDEN), posee una dilatada trayectoria militar que comenzó en julio de 1988, cuando recibió su despacho de Alférez de Navío. Tras dos años de formación como piloto naval de reactores con la US Navy en Estados Unidos, regresó a España para pilotar aviones de caza de la Armada, embarcado en el portaaviones "Príncipe de Asturias", además de desempeñar funciones como oficial de superficie en varios buques de la flota.
A lo largo de su carrera, ha comandado el patrullero "La Graña" y la corbeta "Infanta Cristina". Su participación en operaciones internacionales ha sido notable, como su intervención en la operación Sierra Juliette de apoyo a Irak en 2003 a bordo del buque "Galicia". En 2015, asumió el cargo de Jefe de Estado Mayor de la Fuerza de la Operación EUNAVFOR SOPHIA, liderada por la Unión Europea, para combatir las redes de tráfico de personas en el Mediterráneo Central, operando desde el portaaviones italiano "Cavour".
Con una sólida experiencia en la diplomacia y la defensa internacional, ha pasado cinco años en Bruselas, desempeñándose como consejero en la REPER UE, donde trabajó en temas clave de seguridad y defensa, especialmente en el ámbito marítimo. Durante su estancia en el Servicio Europeo de Acción Exterior, contribuyó a la elaboración de la Estrategia Europea de Seguridad Marítima, y también colaboró en el Centro de Operaciones de la UE en la seguridad del Cuerno de África. Además, pasó tres años en el Cuartel General de la OTAN, trabajando en iniciativas similares de seguridad marítima.