
10 de febrero de 2025. La directora del Grado en Filosofía, Política y Economía de la Universidad Isabel I, Sheila López Pérez, reflexiona en el blog Studia XXI de Universidadsí sobre la excesiva especialización de los Grupos de Investigación Reconocidos (GIR) y cómo éstos pueden limitar la capacidad de las universidades para abordar problemas complejos de manera integral. La filósofa de la Universidad Isabel I realiza un análisis desde la perspectiva de la Escuela de Frankfurt. Considera que la hiperespecialización de los estudios refleja un fenómeno más amplio dentro de las instituciones académicas que se conoce como la compartimentalización del conocimiento.
Los GIR son "equipos compuestos por docentes e investigadores que comparten objetivos, infraestructuras y recursos, organizados para realizar tareas de investigación de manera estructurada", explica la profesora López Pérez. Su función es clave para la generación de conocimiento, la obtención de fondos y la proyección de las universidades en rankings internacionales. Sin embargo, según la autora, estos grupos suelen estar integrados por profesionales de la misma área académica, lo que genera enfoques limitados.
"¿Puede un taller mecánico componerse únicamente de destornilladores?", pregunta López Pérez, haciendo una analogía para ilustrar que un grupo centrado en una única disciplina no puede abordar fenómenos multidimensionales con la profundidad necesaria. Por ejemplo, un GIR de Historia Contemporánea, al analizar los conflictos sobre Memoria Democrática, requeriría el apoyo de disciplinas como el Derecho, la Psicología, la Economía y la Filosofía para ofrecer soluciones más completas y efectivas.
La crítica de la Escuela de Frankfurt
La profesora López Pérez rescata las ideas de Max Horkheimer, director del Instituto de Investigación Social de la Universidad Goethe de Frankfurt, quien en el siglo pasado advirtió sobre los riesgos de la especialización excesiva en las universidades. Según Horkheimer, esta fragmentación del conocimiento se asemeja al modelo propuesto por Henry Ford de la industria, donde los trabajadores solo realizan una labor específica, limitando así su perspectiva global.
“La realidad social no se puede reducir a un único eje de análisis sino que debe comprenderse en su multidimensionalidad”, señala la autora, citando a Horkheimer para insistir en la importancia de integrar diferentes disciplinas en los análisis académicos. En esta línea de razonamiento, el conocimiento se convierte en un mero "procurador del statu quo", incapaz de generar cambios significativos en la sociedad.
Propuestas para fomentar la transdisciplinariedad
Como solución, la profesora López Pérez propone fomentar la colaboración entre diferentes GIR dentro de las universidades y promover espacios de formación donde los investigadores puedan adquirir herramientas para trabajar con otras disciplinas. Además, destaca la importancia de orientar el conocimiento hacia la transformación social y no únicamente hacia la acumulación de datos.
"El conocimiento que no sirve para mejorar la vida de los humanos pierde su objetivo fundamental", afirma la autora, retomando la propuesta de Horkheimer de enfocar la investigación hacia el bonum (el bien común) en lugar de limitarse a la búsqueda de verdades objetivas.
La reflexión de López Pérez plantea a realizar una reflexión en los grupos de investigación de las universidades para que superen las barreras de la hiperespecialización. "Los fenómenos sociales complejos requieren herramientas múltiples y diversas", concluye, enfatizando que solo mediante la transdisciplinariedad será posible generar un conocimiento que no solo comprende la realidad, sino que también la transforma para mejorarla.