Los ponentes de la jornada junto a Olaia Abadía García de Vicuña, vicerrectora de Ordenación Académica y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Isabel I, en el centro de la imagen, junto a los asistentes.
18 de octubre de 2017. La jornada ‘Nutrición y estilo de vida del deportista’ se ha celebrado en el Auditorio de la Universidad Isabel I, con una gran afluencia de público motivada por la calidad de los expertos en la materia que han expuesto sus ponencias centradas en la alimentación deportiva, los beneficios del entrenamiento invisible y la importancia de la hidratación para rendir a un nivel óptimo.
La presentación del acto ha corrido a cargo del rector de la institución educativa, Alberto Gómez Barahona, y la vicerrectora de Ordenación Académica y decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, Olaia Abadía García de Vicuña. Tras ellos, Jesús Bernardo García, médico nutriólogo especialista en nutrición deportiva y miembro de la Comisión de Nutrición y Hábitos del Comité Olímpico Español (COE), ha centrado su intervención en su experiencia “en nutrición deportiva” e “hidratación en el deporte”. Como encargado de la alimentación de las selecciones nacionales de hockey patines masculina y femenina, esta última recientemente coronada campeona mundial en China, también ha incidido en cómo “divulgar la buena, adecuada y sana alimentación entre los deportistas no sólo de élite”.
Juan Antonio Corbalán, médico y coordinador del Servicio de Medicina y Ciencias de la Actividad Física (MyCAF) y director de la Unidad de Fisiología del Ejercicio de Vithas Internacional, además de exjugador de baloncesto profesional, ha expuesto los resultados del estudio que ha elaborado en relación a “las diferencias en el patrón de consumo de las bebidas fermentadas en el mundo del deporte tanto profesional como aficionado, comparándolo con la población normal”. Las conclusiones de esta investigación, ha apuntado, son “evidentísimas: cualquier bebida alcohólica, aunque sea de baja graduación, tiene que ser de consumo postejercicio. Y, normalmente, se asocia a que suelen consumirse en las siguientes tres horas al entrenamiento”.
Por último, el profesor Manuel Castillo Garzón, catedrático de Fisiología Médica en la Universidad de Granada especializado en fisiología del ejercicio y la nutrición deportiva, y presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Anti-Envejecimiento, explicó la conveniencia de “tomarse una cerveza después de hacer ejercicio” ya que, “aunque la cerveza es agua básicamente también contiene una cantidad de alcohol, que tiene un efecto diurético”. Es estudio concluyó, tras una prueba física a un grupo de sujetos, que “la cerveza no repercutía negativamente” en ninguno de los más de 150 parámetros analizados, todos ellos susceptibles de verse influenciados por el alcohol de 660 mililitros de cerveza.
La actual concienciación que cada vez es más evidente en la sociedad española respecto al cuidado de la alimentación y los beneficios de llevar una vida activa y saludable, también ha hecho reflexionar a los ponentes, indicando en el caso de Jesús Bernardo que “el deportista, sobre todo de élite, tiene el conocimiento de que si no tiene una buena alimentación nunca podría llegar a conseguir ganar” porque “es una parte muy importante del rendimiento”. Por su parte, Juan Antonio Corbalán ha subrayado que “la evolución social nos lleva siempre a patrones de excelencia”, es decir, “la gente quiere vivir mejor, disfrutar de su tiempo libre y de todo aquello que lo acompaña: el deporte suele ser uno de los elementos fundamentales, y la alimentación otro. Eso es lo que pone tan de moda el mundo del bienestar, la salud y la felicidad”.