Vehículo eléctrico recargando la batería.
18 de julio de 2024. El profesor Álvaro Bayón, docente del Máster en Divulgación Científica de la Universidad Isabel I, ha publicado un artículo sobre el uso de los coches eléctricos y las medidas de seguridad en el sitio web Patreon. En su artículo hace referencia a un estudio reciente publicado en la Journal of Epidemiology and Community Health, en el que los investigadores Phil Edwards, Siobhan Moore y Craig Higgins han descubierto una llamativa correlación: la tasa de víctimas por cada 100,000 habitantes debido a colisiones de vehículos en el Reino Unido es más del doble para los coches eléctricos en comparación con los vehículos de combustión. Esta diferencia se acentúa en entornos urbanos, donde el riesgo parece multiplicarse casi por tres, mientras que en zonas rurales no hay diferencias significativas.
Un peligro silencioso
La naturaleza silenciosa de los coches eléctricos, una de sus características más destacadas, podría estar detrás de esta estadística alarmante. Al cruzar la calle, los peatones pueden no escuchar la aproximación de un coche eléctrico, aumentando la probabilidad de accidentes.
El profesor Bayón considera que es crucial no adoptar conclusiones precipitadas. “Aunque la falta de ruido es una hipótesis plausible, asumir que esta es la única causa sería irresponsable. El estudio en cuestión no profundiza en las causas detrás de la correlación observada, limitándose a presentar los hechos”, explicó. Como siempre se dice en el ámbito científico, "correlación no implica causalidad".
En su artículo, Bayón cita también al profesor Kevin McConway, de la Open University, sugiere que podrían existir otras explicaciones. Por ejemplo, los coches eléctricos podrían ser más comunes en áreas urbanas densamente pobladas, lo que naturalmente resultaría en más incidentes. Además, la falta de experiencia de los conductores con vehículos eléctricos, en comparación con los vehículos de combustión, podría ser otro factor contribuyente.
El estudio, aunque relevante, se basa en datos recopilados entre 2013 y 2017. “Dado el rápido avance y adopción de los coches eléctricos, estos datos pueden no representar la situación actual. Es posible que tanto peatones como conductores se hayan adaptado mejor a la presencia de vehículos eléctricos en los últimos años, reduciendo así el riesgo de accidentes”, matiza el divulgador científico.
Reflexión final
Mientras los coches eléctricos continúan ganando popularidad por su contribución a un entorno más silencioso y limpio, es fundamental abordar los desafíos de seguridad que presentan. La tecnología y las prácticas deben evolucionar para asegurar que estos vehículos no solo sean eficientes y ecológicos, sino también seguros para todos.