Mujer agobiada con problemas.
2 de diciembre de 2022.Pensamiento e intento suicida en mujeres y su relación con la violencia de género es el título del artículo publicado por Antonio Sanz Fuentes, Coordinador de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I, y Valeria Ruiz-Lorenzo, que acaba de publicarse en el último número de la Revista Española de Investigaciones Sociológicas (REIS). El artículo analiza los factores que infieren en conductas relacionadas con el suicidio femenino, tanto en la ideación como en el intento, relacionado con la violencia de género.
El trabajo observa la influencia de diferentes indicadores sociodemográficos, las violencias de género sufridas y el miedo a la pareja actual o las redes de apoyo con las que cuenta la mujer, y todo ello, a través de los datos de la ‘Macroencuesta de Violencia contra la Mujer’ elaborada por el CIS en 2019. Entre sus resultados destaca que la violencia psicológica y de control, así como el miedo a la pareja, influyen en el pensamiento e intento suicida de las mujeres.
Según los datos del INE en 2019, el suicidio es la primera causa de defunción por causas externas en España, con 3671 personas fallecidas, lo que supone el 1% de las muertes en 2019 (418.703). Según los datos de la OMS en 2018, cada 40 segundos una persona en el mundo se suicida, lo que eleva la cifra a 800.000 personas en el planeta. Es además, la segunda causa de mortalidad en la población joven, destacando que las mayores tasas de suicidio se encuentran en países con altos ingresos. La OMS estima que por cada muerte por suicidio se ha realizado una media de 20 intentos por lo que “es necesario comprender cuáles son los factores de riesgo en el pensamiento y el intento suicida con el objetivo de plantear estrategias efectivas para prevenir esta evitable causa de mortalidad”, indica el profesor Sanz Fuentes.
Antonio Sanz indica en su artículo que existen ciertos factores de riesgo que pueden ser de utilidad para prevenir la ideación y los intentos de suicidio de las mujeres, “haciendo especial énfasis sobre aquellas que han sido o son victimizadas por violencia de género”. Las medidas preventivas se centrarían en atender de modo específico a ciertos perfiles de mujeres ante su proclividad al suicidio, incidiendo en los factores que actúan como agente potenciador.
“Deben plantearse posibles mecanismos de actuación y la creación de protocolos específicos que valoren dichos ítems para prevenir la ideación o intento de quitarse la vida en las mujeres”, destaca el profesor Sanz, ahondando en la idea de optimizar la red de apoyo, incidiendo en la relevancia de la evitación en las redes sociales o aumentando los recursos públicos para garantizar la adecuada gestión de la prevención del suicidio. Los autores del artículo proponen la creación y disfrute de espacios de seguridad.
En la investigación destacan que algunas variables que presentan mayor capacidad predictiva son la discapacidad, la edad, las creencias religiosas o el miedo a la pareja, y estos factores deben ser tenidos en cuenta para llevar a cabo los protocolos de prevención. Otros elementos a tener en cuenta son el consumo de drogas, la ansiedad o la depresión.