Médico de atención primaria en una consulta.
22 de septiembre de 2021. Carmen Fernández Aguilar, coordinadora del Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Isabel I, acaba de publicar en la revista Family Practice de la Oxford Academy un artículo que analiza la sobrecarga de trabajo de los médicos de atención primaria en España debido a la aparición de la enfermedad de la COVID-19. El artículo titulado ‘Has COVID-19 changed the workload for primary care physicians? The case of Spain’ está rubricado también por los profesores de la Universidad de Granada: Luis Alberto Casado Aranda, Miguel Farrés Fernández y Sergio Minué Lorenzo.
Para los autores de la publicación, la pandemia de COVID-19 ha multiplicado la intensidad laboral, la sobrecarga y el estrés de los médicos de atención primaria. A su juicio, el objetivo de su investigación ha documentado las dimensiones subjetivas del trabajo de los médicos durante el pico de la pandemia para comparar su actividad con la situación anterior al coronavirus, valorando no solo las características individuales de cada médico sino el porcentaje de teleasistencia.
La muestra utilizada para el análisis correspondió a 102 registros de 6 médicos de un Centro de Atención Primaria de Salud del Distrito Sanitario de Granada-Metropolitano que recogió datos en abril de 2020, durante un periodo de 2 semanas. Los resultados del trabajo reflejan que la carga de trabajo ha sido significativamente superior con un 66.1% cuando antes del COVID-19 era del 48,6%. Carmen Fernández Aguilar ha destacado en su estudio que ‘curiosamente, los resultados reflejan que cuanto mayor es el porcentaje de consultas telemáticas, menor es la carga de trabajo’.
Las principales consecuencias derivadas de la carga de trabajo para los equipos médicos se orientan hacia los altos niveles de estrés, que a su vez provocan insatisfacción, ansiedad, frustración e irritación. A ello hay que sumar los riesgos derivados de la sobrecarga como la ausencia de sensación de logro o repercusiones físicas como el insomnio o la hipertensión arterial. Todas ellas son consecuencias de la sobrecarga laboral que afectan a la salud física y mental o la calidad de vida. Los autores del estudio revelan también que la sobrecarga puede influir en factores físicos y emocionales como la ansiedad o la depresión, así como la falta de apoyo social, formación y tiempo para atender a los pacientes.
Las investigaciones de campo han demostrado que, en el campo de atención de la salud, las TIC son herramientas efectivas para permitir la asistencia remota y personalizada a los pacientes y reducir la carga de trabajo del médico de atención primaria. Además, la preocupación al contagio o la posibilidad de transmitirlo a los familiares y amigos ha sido uno de los mayores temores expresados por los médicos.
El estudio publicado en la revista internacional de Oxford Academy detalla cómo la sobrecarga laboral y el estado emocional de los trabajadores de la salud se puede destacar como una de las múltiples repercusiones de la pandemia de COVID-19, por lo que consideran significativo ‘formular políticas y prácticas para mejorar la fuerza laboral, los flujos de financiación que les permitan prepararse para la próxima ola de infecciones o las futuras emergencias de salud pública’, subrayó Carmen Fernández Aguilar.