David Mota Zurdo en el IX Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores del Presente.
17 de febrero de 2022. ‘Estados Unidos y el programa de ayuda antiterrorista en España durante la Transición’ es el título de la comunicación que ha presentado David Mota Zurdo, coordinador del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I, en el IX Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores del Presente. Sevilla es la sede en la que se celebra este año el congreso, entre el 17 y el 19 de febrero.
David Mota Zurdo expone en la mesa 5 de debate una conferencia en la que destaca el interés de Estados Unidos en la década de 1970 por la banda terrorista ETA, coincidiendo con la fase de tensionamiento de las relaciones internacionales de la Guerra Fría. El historiador subraya el temor que suscitó una posible influencia soviética que pudiera llegar a dar cobertura a organizaciones terroristas en occidente, ya que las reivindicaciones de ETA se orientaban hacia una Euskadi socialista.
Evolución histórica del fenómeno presentado en la conferencia
La conferencia del historiador de la Universidad Isabel I analiza cómo EE. UU. interpretó las acciones de ETA durante la Transición y cómo impulsó un programa de ayuda antiterrorista a España. Tras la muerte de Franco se produjo un recrudecimiento de la violencia de ETA durante la presidencia de Arias Navarro, lo que hizo que los estadounidenses mostraran sus dudas sobre la capacidad de la monarquía de Juan Carlos para lidiar con el terrorismo. Franco había nombrado sucesor a Juan Carlos de Borbón en su testamento, siendo proclamado monarca por las Cortes franquistas el 22 de noviembre de 1975.
En julio de 1978 se celebra en Bonn la cumbre económica del G-7 que paralelamente condena el terrorismo y firma un acuerdo para la lucha antiterrorista entre los dirigentes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Para el gobierno de Adolfo Suárez este acuerdo se ve como una oportunidad y el ministro de Defensa, Manuel Gutiérrez Mellado, solicita la colaboración norteamericana en la lucha antiterrorista. Pero Estados Unidos consideró que la amenaza de ETA se circunscribía al territorio español y no suponía una amenaza internacional, por lo que declinaron la petición, a pesar de que los terroristas vascos utilizaran el territorio francés como un santuario y se formaran paramilitarmente en diversos países árabes.
No obstante, Estados Unidos decidió reforzar los edificios de las embajadas de Estados Unidos en España. “Santiago Carrillo, el líder comunista, manifiesta la conexión entre ETA y el KGB era un bulo elaborado por la CIA: una estrategia de EE. UU. para presionar a España y conseguir una respuesta positiva e inmediata a su propuesta de integración de la OTAN y su alineación definitiva en el bloque occidental”, explica David Mota. Sin embargo, “los vínculos de ETA no eran con el KGB sino con la CIA”, matiza el historiador. Según Carrillo, “las estrechas relaciones que habían mantenido los nacionalistas vascos y el Servicio Vasco de Información (SVI) con las agencias de Inteligencia norteamericanas durante la II Guerra Mundial no se habían interrumpido después del conflicto. La CIA habría apoyado a diferentes grupos vascos de acción antifranquista y habría contribuido (in) directamente a la creación de ETA”. Pero estas declaraciones de Carrillo fueron tomadas con incredulidad por la sociedad y resultaba más creíble que los soviéticos estuvieran detrás de la organización terrorista, matiza el historiador.
Ya en 1981, bajo la administración de Reagan, la vinculación de ETA con los soviéticos vuelve a ponerse en primer plano. Estados Unidos vuelve a temer que España no entre en la OTAN, hecho que se produjo en mayo de 1982 en un momento en el que ETA y GRAPO cometieron atentados terroristas y se produce la intentona golpista de Tejero en 1981. Sin embargo, “salvo algunas amenazas como colocar una bomba en la base militar de Torrejón en 1981, ETA no atentó contra intereses o ciudadanos norteamericanos de manera premeditada”, explica David Mota Zurdo.
Imagen de la web del congreso.
La conferencia se enclava en la Mesa 5
La presentación de David Mota se integra en la Mesa 5: De la defensa del Régimen franquista a la Seguridad Nacional: una mirada plural a la evolución del Ejército español y sus conexiones con el exterior en los últimos cincuenta años. En esta mesa se analiza cómo el ejercito fue una constante en la vida política del país, con casi medio siglo en el que el principal regidor de los designios de una nación fue el general Franco. En este periodo de la historia, aquellas voces disonantes fueron domeñadas ante cualquier clase de insubordinación. A la muerte de Francisco Franco, el Ejército se convierte en le principal bastión de los sectores inmovilistas para evitar que se abra el proceso democrático, aunque poco a poco se sumaron cambios operados en el seno de las Fuerzas Armadas a partir de 1975 como la inserción de España en la OTAN, los nuevos retos de la Posguerra Fría y del terrorismo internacional.
El IX Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores del Presente se convierte en un foro de discusión que da cabida a cuestiones de Seguridad y Defensa, desde la perspectiva desde la historia y la técnica, con la modernización del Ejército que se convierte en un actor de gran relevancia social.