Boxeador entrenando en el Gimnasio Logroñés. Circa 1920. Revista de Arte y Deporte.
8 de febrero de 2021. David Mota Zurdo, coordinador del Grado en Historia y Geografía de la Universidad Isabel I ha publicado un artículo en el nuevo número de la revista ‘Brocar: cuadernos de investigación histórica’. El docente de la Universidad Isabel I analiza ‘La educación física, los gimnasios y la práctica deportiva’ en La Rioja entre 1890 y 1920, atendiendo especialmente a la implantación de la Educación Física en los centros escolares y la proliferación de espacios privados y públicos dedicados a la actividad física. Mota Zurdo evalúa la evolución de la práctica higiénico-deportiva de Logroño a través del diario ‘La Rioja’. Destaca la incorporación de la asignatura de Gimnasia en los planes de estudio e incide en el análisis de varios artículos divulgativos y propagandísticos sobre los beneficios de la práctica deportiva publicados en ese periodo histórico.
El artículo pone especial atención en la progresiva proliferación de la Educación Física en los centros escolares y la aparición de los primeros Gimnasios, además de la aparición de clubes deportivos de diferentes disciplinas. En La Rioja, explica David Mota Zurdo, durante los años de la modernidad no se limitaron al ejercicio de los deportes de masas como el fútbol o el ciclismo. ‘En el marco del regeneracionismo, el higienismo y las nuevas corrientes pedagógicas en boga, se fomentó el impulso de la actividad física como una alternativa para vigorizar y regenerar la raza y/o simplemente para fomentar la salud corporal’. Practicar la denominada ‘gimnasia higiénica’ era una práctica al alcance de un mayor número de clases sociales, sobre todo las clases medias, por su bajo coste. Además, preservaba de sufrir enfermedades y consistía en un juego de poleas, denominadas las ‘Sublimes’, que cualquiera podía instalar en su casa, según se recoge en los periódicos del último tercio del siglo XIX.
Periódicos de provincias como ‘La Rioja’ insistían también en la importancia de la instrucción gimnástico-deportiva como factor clave para la formación de tropas. Y progresivamente, la actividad gimnástica fue permeando las instituciones educativas y los espacios de ocio riojanos. Por ejemplo, en 1894, la dirección general de Instrucción Pública indicó cómo debían llevarse a cabo los ejercicios gimnásticos en las escuelas, ‘eligiéndose los que reportaran mayor utilidad física, moral e intelectual; prohibiéndose todo juego que entrañara peligro moral o físico; adaptándose los juegos a la edad de los educandos y las condiciones del aula y a la estación del año; señalándose que los ejercicios musculares debían realizarse al aire libre; priorizándose los ejercicios corporales, marchas, carreras y flexiones; registrándose los avances por el profesor; y limitándose su enseñanza a los ejercicios higiénicos recomendados por la Ciencia’, explica David Mota Zurdo.
El 23 de marzo de 1897 se crea el Sport Club Logroñés, una sociedad deportiva dedicada a la velocipedia, la gimnasia, esgrima y otros deportes. ’Los socios debían abonar una cuota de diez pesetas para impulsar la sociedad, además de un pago de cuota mensual de dos pesetas y cincuenta céntimos en concepto de membresía’, según señalan los documentos consultados por David Mota Zurdo. Así, se van formando sociedades y gimnasios en La Rioja como los fundados por la familia Mayoral.
Asignatura obligatoria
En este contexto, las iniciativas privadas se vieron beneficiadas por el contexto institucional y educativo del momento. En otoño de 1896, la reina María Cristina decretó que la Gimnasia pasaba a ser una asignatura obligatoria en los cursos superiores. Y el colegio de Nuestra Señora de Valvanera, fue uno de los primeros en aplicar esta nueva orden. Las reformas implementadas por el ministro de Fomento, Germán Gamazo, trajeron consigo cambios en el contenido y objetivos de la asignatura de educación física, impartiéndose en primer y tercer curso de Bachillerato. ‘Pronto los ejercicios gimnásticos reglados de pesas, poleas y paralelas se sumaron a los de trapecios, potros y anilla, junto a los de gimnasia libre, centrados en la pelota, el salto o la marcha’, recoge la investigación publicada en la revista de la Universidad de La Rioja.
Sin embargo, esta iniciativa que empezó siendo obligatoria fue efímera ya que, en 1899, una nueva ley convirtió tanto la Gimnasia como el Dibujo en clases voluntarias, ‘no pudiendo superar los profesores encargados a las mismas, las 9 horas semanales de docencia’.
La gimnasia infantil también tuvo repercusión en la prensa riojana del momento, asociada a diferentes actos realizados durante la festividad de San Mateo; en septiembre de 1906 se celebró un festival infantil en el que se organizaron carreas de aros, salto de comba, carrera de pies atados, corrida de zancos, carreras de obstáculos y gimnasia, una mezcla de actividades que mezclaban la educación recibida en las aulas, el deporte gimnástico y los juegos populares.
La aparición de sociedades como La Deportiva, la Agrupación Deportiva del Gran Casino o el Logroño Recreation Club, entre otras, fueron el origen de que la gimnasia no concitara tanto interés como las nuevas prácticas de ocio, más profesionalizadas como el fútbol, el ciclismo o la pelota, especialmente a partir de 1910.
Escuela de Artes y oficios de Logroño donde hubo un gimnasio en la parte baja. 1903.