25 de mayo de 2023. Eduardo Téllez es biotecnólogo, profesor del Grado en Nutrición Humana y Dietética, y responsable de los laboratorios de la Universidad Isabel I. Actualmente está realizando su tesis doctoral sobre el estudio de los microARN como biomarcadores en anorexia nerviosa.
El docente de la Universidad Isabel I participa en el proyecto titulado ‘Desenmascarando el perfil de microRNA y riesgo poligénico en anorexia nerviosa’ (miR-AN); que está realizando La Fundación de la Universidad Isabel I gracias a la financiación de la Fundación La Caixa y la Fundación Caja de Burgos en el ámbito de las ciencias de la salud. Es un proyecto multidisciplinar en el que participan investigadores de cinco instituciones.
Este proyecto tiene como objeto identificar por primera vez los microRNAs asociados con anorexia nerviosa y analizar los perfiles de salud en relación con el riesgo poligénico.
¿Qué aspectos del proyecto te han atraído para basar en él tu tesis?
Como biotecnólogo, me atraen los mecanismos genéticos de la biología. Además, siempre me ha interesado la vertiente clínica de la genética, es decir, el estudio y las posibles aplicaciones de los procesos genéticos en la biomedicina.
¿Qué aprendizajes suponen un mayor reto?
Además de los retos técnicos de este estudio, el mayor desafío tiene que ver con la patología especifica en la cual estamos investigando; no sólo por la naturaleza de la patología, sino por las propias pacientes y la edad de las mismas. Sabemos que la adolescencia es un periodo complicado. Por tanto, debemos ser extremadamente delicados en el trato a las pacientes.
¿Cómo es el trato con las participantes?
El trato con las pacientes es bueno y agradable. Como en cualquier otro aspecto, nos encontramos con personas más abiertas o extrovertidas, y a veces, no tanto. En cualquier caso, siempre es una experiencia positiva.
¿Tienen todas la misma predisposición?
Como se ha comentado, nos encontramos con diferentes predisposiciones. Sin embargo, se debe más a una actitud expectante y a las dudas frente a lo que vienen a hacer, así como a las pruebas que realizamos. Una vez que les explicamos los procedimientos se relajan y esa posible inquietud, desaparece. Entienden los beneficios de lo que hacemos y tienen ánimo de colaborar, y al finalizar, se sienten satisfechas.
¿Qué conclusiones estáis obteniendo con la investigación?
Creo que todavía es pronto para sacar conclusiones. Aún estamos reclutando pacientes, recogiendo y procesando los datos, pero lo que nos vamos dando cuenta, a nivel de investigación, es de la necesidad de apoyar proyectos de salud mental, y anorexia nerviosa en especial, ya que hay pocas investigaciones y son muchos los interrogantes. A pesar del estigma social, son personas con las que se trabaja muy bien y hay una necesidad real de ampliar el conocimiento de la patología. Por ello, estamos muy agradecidos a la Fundación La Caixa y a la Fundación Caja Burgos por el apoyo que nos brindan, y la oportunidad que supone abrir una línea de investigación fuerte y novedosa en este campo, que esperamos que siga creciendo y fortaleciéndose gracias a esta financiación.
Sabemos que el proyecto está compuesto por un equipo multidisciplinar, ¿Cómo describirías esta experiencia?
Multidisciplinar y multicéntrico. Por mi parte, es fantástico ser parte de un equipo como este. En este estudio participan profesionales en las Ciencias de la Actividad Física, Psiquiatría, Psicología, Biología Molecular, … Cada uno tiene su campo de dominio, lo que permite aprender mucho sobre diferentes aspectos de una misma patología, además de poder contrastar diferentes enfoques, metodologías y flujos de trabajo. Digamos que me ha permitido estudiar también cómo trabajan otros investigadores, lo cual enriquece enormemente mi propio trabajo.
Como doctorando soy afortunado, porque no es fácil participar en un proyecto multicéntrico. Me da oportunidad de aprender de diferentes profesionales, y la gestión y coordinación de un gran equipo. No sólo en estancias, para aprender técnicas que perfeccionemos más adelante, sino también la experiencia de aprender de los diferentes niveles de una misma investigación, cosa que no es común en programas de doctorado.
¿Habías tenido oportunidad de trabajar con pacientes de salud mental anteriormente?
En mi caso es la primera vez y supone todo un reto del que creo que voy a salir más consciente sobre el magnífico trabajo que realizan los profesionales, cuyo día a día, es el trato con pacientes. Su trabajo debe valorarse adecuadamente.
¿Crees que el estudio que estáis haciendo puede beneficiar a la patología? ¿Cómo?
Creo que arrojar luz sobre ciertos aspectos de una patología, como en este caso, siempre va a ser beneficioso. Recabar datos y convertirlos en información es fundamental para generar posteriormente el conocimiento. Y el conocimiento es lo que permite el avance de la comprensión en una patología, y, por tanto, del posterior desarrollo de las aplicaciones clínicas.
Esperamos desarrollar de una herramienta de detección temprana, lo que permitirá mejorar y adelantar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento. Es una línea novedosa que está arrancando, pero el objetivo es el desarrollo de biomarcadores mediante el estudio de los mecanismos subyacentes de la enfermedad.
A pesar del esfuerzo, es necesario dar un paso más allá y avanzar, dado el pronóstico actual; y esperamos que nuestra investigación mejore las tasas de recuperación de esta patología.