13 de febrero de 2017. Los más de dos mil comedores escolares españoles que han decidido dejar de servir el pescado conocido como panga pueden encontrar en otros peces, como el gallo, el bacalao o la pescadilla de Burela, una alternativa de precio similar y con mejor perfil nutricional, con la que saciar el apetito de los colegiales.
Así lo asegura Marián García, profesora del Grado en Nutrición de la Universidad Isabel I y reconocida experta, autora del popular blog Boticaria García, que cree que el pescado de nuestras costas es siempre una mejor opción y que su bajo precio era el principal motivo de que la panga tuviese un elevado consumo en España.
«No hay motivos, más allá del precio, para importar este pescado. En mi opinión, en España disponemos de alternativas de mayor calidad. Además, es importante favorecer el consumo local», asegura.
En cualquier caso, la experta advierte de que tampoco hay motivos para que se genere una alarma social en torno a la seguridad alimentaria de la panga.
«Todos los pescados que se importan en España están sometidos a controles por parte de la AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición). La panga también y, por tanto, no es un pescado “peligroso” desde el punto de vista de la seguridad alimentaria. No hay motivo para generar una alarma social, ya que los residuos de metales pesados y pesticidas que se encuentran en este pescado están dentro de los límites aconsejados como seguros por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria)», comenta.
Marián García, profesora del Grado en Nutrición de la Universidad Isabel I
Ahora bien, al margen de la seguridad, hay otros aspectos que también son relevantes para el consumidor y por los que la panga no es un pescado «sobresaliente», según Marián García.
«Por un lado, nutricionalmente, es más pobre en proteínas y ácidos grasos omega 3 que otros pescados como, por ejemplo, la merluza. Por otro, las condiciones de su cría en el sudeste asiático tienen un impacto ambiental que debería ser revisado», subraya.«El gallo, el bacalao o la pescadilla de Burela, que además se pesca en nuestras costas, son alternativas muy económicas y con mejor perfil nutricional que la panga», concluye.
Una vez tomada la decisión de dejar de servir panga, es importante que los comedores sustituyan este pescado por otro, ya que todos los expertos coinciden en que el consumo de pescado es fundamental para la salud de los niños.
«Es importante introducir a los niños en el consumo de pescado desde edades muy tempranas. Las actuales guías de alimentación infantil indican que es adecuado su consumo desde los seis meses de edad», asegura Marián García.
«El pescado es una fuente de proteínas de gran calidad. Una de sus ventajas con respecto a otras fuentes de proteínas que provienen de la carne, como la ternera o el cerdo, radica en que el pescado contiende grasas con un perfil más cardiosaludable. Además, el pescado es una fuente importante de micronutrientes, entre los que podemos destacar minerales, como el calcio y el fósforo, cuyo consumo adecuado es fundamental en esta etapa», concluye.
Además del pescado blanco, Marián García recomienda fomentar el consumo semanal de pescados azules, ya que son más ricos en ácidos grasos omega 3. En este tipo de peces, opciones como la caballa, el jurel o las sardinas son, en general y según la experta, aptos para todos los bolsillos y públicos.
Por último, la profesora de la Universidad Isabel I aprovecha también para advertir de que el consumo de pescado azul de gran tamaño, como el tiburón, el cazón, el atún rojo o el lucio, debe ser evitado por los menores de 3 años y las embarazadas.