Yacimiento del Alto de las Picarazas en Valencia. Imagen cedida por el Ivcri. Institut Valenciá de Conservació, Restauració i Investigació, dirigido por Gemma Mª Contreras Zamorano.
8 de agosto de 2024. Situado a más de 1100 metros de altitud en la comarca valenciana de Los Serranos, el yacimiento arqueológico del Alto de las Picarazas muestra hallazgos del poblamiento humano más antiguo en Europa Occidental, con restos fechados hace 1.5 millones de años. El profesor Francesc Gascó, docente del Máster en Divulgación Científica de la Universidad Isabel I, nos revela los detalles de este yacimiento en un nuevo vídeo de la Fundación Palarq.
Vídeo de Francesc Gascó.
Se han encontrado herramientas de piedra tallada, restos óseos de animales con marcas de carnicería, además de especies de micromamíferos y macromamíferos. Hasta un total de 24 especies de micromamíferos se han encontrado en este yacimiento entre insectívoros, roedores y quirópteros, además de los macromamíferos entre los que destacan bisontes, caballos o cabras alba. Los estudios interdisciplinarios realizados han proporcionado valiosa información sobre la evolución del clima y el paisaje durante el Pleistoceno Inferior.
Descubierto en el año 2007 está situado entre las localidades de Chelva y Andilla de manera fortuita en las prospecciones y seguimientos ligados a la construcción de un parque eólico en las lomas en la Sierra de Alcotas. Se trata de una cavidad kárstica que conserva un depósito sedimentario de diversas épocas. Desde 2013, este yacimiento cuenta con un equipo de arqueólogos que realiza excavaciones anualmente, formado por M. Vicente Gabarda, M. Guillem Calatayud, R. Martínez Valle, P. Garay, E. Pueyo y J. Casabó, entre otros.
Entrada superior al yacimiento desde Los Serranos. Imagen cedida por el Ivcri. Institut Valenciá de Conservació, Restauració i Investigació.
Los restos encontrados en este yacimiento cercano a la cuenta del río Turia, están fechados entre 1.3 y 1.5 millones de años, y los equipara a los de Orce o la sierra de Atapuerca. El yacimiento tiene su origen en una serie de placas tectónicas que fueron posteriormente colmatadas por rellenos detríticos del Pleistoceno. La mayoría de los restos se encuentran en la zona 2, donde se han realizado ya estudios tafonómicos, es decir, de la formación del yacimiento, pero también de la flora y la fauna en cada etapa en la que se estratifica el yacimiento. Igualmente se han realizado estudios geofísicos, sedimentológicos, paleomagnéticos e incluso de datación absoluta por ESR (datación por resonancia de espín de electrones o datación por radiocarbono).
Los hallazgos encontrados en este yacimiento han arrojado luz sobre los ecosistemas de esta zona de la Península Ibérica durante el Pleistoceno, con el análisis de la fauna y los primeros pobladores. La presencia humana se ha corroborado con el hallazgo de herramientas líticas hechas a partir de sílex y cuarcita. Muchos de los restos fósiles de animales tienen marcas realizadas por el ser humano para descarnar las piezas cazadas e incluso algún hueso aparece con superficies quemadas, lo que demostraría el uso del fuego.