Mapa de los países que componen el Sahel.
13 de marzo de 2024. Los historiadores, Javier López Otero y Reinaldo Batista Córdova, profesores del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte de la Universidad Isabel I acaban de publicar un artículo en el diario ABC titulado ‘Presión Geopolítica y Migración: el Desafío del Sahel en Europa’, en el que analizan los cambios geopolíticos ocurridos en el Sahel y las tensiones que han provocado en la Unión Europea, limitando su acceso a recursos estratégicos y reduciendo su influencia en al región. Los autores del artículo matizan que el desafío para Europa está en encontrar un equilibrio entre responsabilidades humanitarias y seguridad interna, repensando las políticas migratorias y abordando las causas fundamentales que generan inestabilidad en el Sahel.
Históricamente, el desierto del Sahara, un espacio gigantesco de extensión similar a la de países como China o EE.UU., ha sido una barrera natural infranqueable durante siglos por sus condiciones extremas. Hasta hace poco, el Sahara se consideraba un obstáculo insuperable, atravesado solo por tribus nómadas locales. Sin embargo, los avances tecnológicos han transformado esta narrativa, haciendo que la gigantesca barrera natural del Sahara sea más permeable que nunca. El flujo de mercancías, capitales y personas, incluidos los migrantes, ha aumentado significativamente.
La regulación migratoria de la Unión Europea (UE) en 2015 reconoció este cambio, instigando la colaboración con países en rutas transaharianas. La cooperación en tareas de inteligencia y control fronterizo mostró cierta eficacia inicial. No obstante, en los últimos dos años, Europa se enfrenta a una creciente marea de migrantes, impulsada por conflictos, desesperación económica y estrategias geopolíticas de terceros países. Esta situación ha puesto a prueba seriamente las regulaciones europeas.
La participación indirecta de Rusia, a través del Grupo Wagner, en golpes de estado en Mali (2022) y Níger (2023), ha cambiado el escenario. Estos eventos han llevado a una mayor reticencia de estos países para colaborar en los términos establecidos por la UE.
Los profesores de la Universidad Isabel I han destacado algunas consecuencias geopolíticas de estos cambios en el Sahel. Este territorio genera disensiones internas en la UE, limita el acceso a recursos estratégicos y reduce la influencia europea en la región.
El desafío para Europa implica equilibrar responsabilidades humanitarias con seguridad interna, requerirá repensar políticas migratorias y abordar las causas fundamentales de la inestabilidad en el Sahel. Para los países africanos, se necesitará una cooperación regional más fuerte, reformas de gobernanza y apoyo geopolítico. La situación exige un enfoque integral para abordar dinámicas geopolíticas, económicas y sociales. “De no ser así, las presiones sobre el Sahel y los desafíos migratorios en Europa persistirán, poniendo en riesgo la estabilidad regional y los valores de la UE", concluyen ambos expertos.