Científica en los laboratorios de la Universidad Isabel I.
11 de febrero de 2021. La incorporación de la mujer a la ciencia aporta una nueva perspectiva, más talento y una nueva creatividad. El derecho a la igualdad de oportunidades es uno de los derechos fundamentales definidos por la ONU como esenciales de la dignidad de la persona, y el empoderamiento de la mujer y la niña, son claves para estimular la productividad y el crecimiento económico.
La Universidad Isabel I suscribe los ODS de Naciones Unidas como un compromiso de la institución académica para hacer frente a los retos derivados de la globalización. Desde todas las titulaciones se trabaja para alcanzar una educación de calidad en el siglo XXI y presentar las conclusiones del trabajo de la institución universitaria al Alto Comisionado para la Agenda 2030. Entre esas actividades está su participación como partner educativo digital en el programa STEM Talent Girl, que orienta y forma a niñas y jóvenes para que encaminen su formación y vida profesional hacia las carreras STEM.
Nuestras docentes e investigadoras
Patricia Cabrero, Vicerrectora de Investigación de la Universidad Isabel I, explica que ‘la actual pandemia ha puesto de manifiesto la relevancia de la ciencia y de la investigación, tanto básica como aplicada, en ámbitos que hasta ahora no gozaban del reconocimiento que se merecen en la sociedad’.
Para Patricia Cabrero esta situación ha supuesto un punto de inflexión en nuestras vidas y ha recalcado la necesidad de invertir en formación e investigación para asegurar el avance del progreso y el bienestar de los individuos. ‘En esta controvertida época que nos está tocando vivir, el papel de la mujer ha quedado patente gracias a científicas de alto nivel como Margarita del Val, que a través de sus apariciones públicas han visibilizado a la mujer en la ciencia, marcado un antes y un después en la sociedad española y logrando ser sin duda un referente para futuras generaciones’, detalla la Vicerrectora de Investigación de la Universidad Isabel I.
Por su parte Aurora Sáez, coordinadora del Grado en Ingeniería Informática de la Universidad Isabel I, recuerda sus pasos para romper el techo de cristal cuando empezó sus estudios universitarios. ‘Recuerdo cuando comencé a estudiar Ingeniería Técnica Industrial y aparecieron las listas de admitidos. De las 100 personas de la lista, sólo eran 10 mujeres. Posteriormente al estudiar Ingeniería de Telecomunicación, ese porcentaje aumentó, aun siendo mayoritario el de hombres. Lamentablemente, en la actualidad esos porcentajes se mantienen o incluso han bajado’, recuerda Sáez.
Para la coordinadora del Grado en Ingeniería Informática de la Universidad Isabel I, hoy en día, estudiar una carrera STEM puede generar la sensación de que es ‘muy difícil y requiere mucho esfuerzo’, Sáez destaca que la futura conciliación familiar, los estereotipos con los que nos bombardean sutilmente desde la infancia son otros motivos de rechazo. `No sé cuál es el principal motivo, pero por mi propia experiencia puedo decir que la mayoría son tópicos y que debemos potenciar y apoyar a las niñas de secundaria y bachillerato, tanto desde el ámbito educativo como desde el familiar, para que no se pierda tanto talento femenino en las ingenierías’, detalla Aurora Sáez.
Por su parte, Nuria Antón, coordinadora del Grado en Nutrición Humana y Dietética, señala que ‘teniendo claro desde pequeña que mi vocación era la investigación, por mi interés en experimentar con lo que me rodeaba y conocer todo lo relacionado con las Ciencias de la Vida, estudié Biología y me doctoré en Biología Molecular y Biotecnología, realizando dos postdoctorales en este ámbito, en proyectos que intentaban comprender, desde la manipulación genética en microorganismos y células humanas, fascinantes mecanismos que acontecen en la vida y que pueden ser de utilidad en campos tan básicos y esenciales como la Salud Pública’.
Para Nuria Antón, el área científica, sigue siendo hoy en día un problema. ‘Creo necesaria la incorporación en el área educativa desde que somos niñas de estrategias pedagógicas que incentiven en un futuro la participación e incorporación de las mujeres en aquellas áreas de la ciencia que precisen de alta especialización, dado que la vocación científica es algo que se despierta cuando eres niña/o y no entiende de géneros’, subraya la docente de la Universidad Isabel I.
Las carreras STEM en España
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia se celebra cada 11 de febrero, con la mirada puesta en lograr el acceso y la participación plena y equitativa de las mujeres y las niñas dentro de las llamadas categorías STEM, (acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics). La brecha de género en las categorías STEM persiste en todo el mundo y queda todavía mucho recorrido para alcanzar la plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. Según el informe ‘Datos y Cifras del Sistema Universitario Español. 2019-2020’ del Ministerio de Universidades, el número de alumnas en este curso era de un 59%. Y por ramas del conocimiento las Ciencias de la Salud ocupan el 70.3%, las Artes y Humanidades el 61.1%, las Ciencias Sociales y Jurídicas el 59.8%, en Ciencias se alcanza el 59% pero en Ingeniería y Arquitectura, la presencia femenina se reduce el 24.8%.
La igualdad es una prioridad
La igualdad de género es una prioridad global para la UNESCO en los últimos 15 años. ONU Mujeres considera primordial acabar con las múltiples formas de violencia de género, facilitar el acceso a la educación y a la salud de calidad o aumentar los recursos económicos. También son factores clave la participación en la vida política para lograr tanto la igualdad de oportunidades como el acceso al empleo en posiciones de liderazgo o la toma de decisiones a todos los niveles. La ONU considera fundamental que ‘el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de miles de mujeres que son víctimas de desigualdades o prejuicios arraigados’, explica Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO.
El potencial femenino
Las mujeres constituyen la mitad de la población mundial, por consiguiente, suponen la mitad de su potencial. Sin embargo, siguen encontrándose hoy en día con obstáculos en el campo de la ciencia, ya que menos del 30% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres, según el Instituto de Estadística de la UNESCO, pero cada vez más niñas escogen carreras STEM en sus estudios, ejemplo de que algo está cambiando.
Otro estudio de la ONU demuestra que las niñas y las mujeres tienen hoy cuatro veces menos probabilidades que los hombres de adquirir competencias digitales básicas, esenciales para la evolución en el presente y el futuro. Sólo un 3% de las niñas en el mundo están matriculadas en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), apenas un 5% se matriculan en ciencias o matemáticas y un 8% en ingeniería.
La ciencia es necesaria para hacer frente a los desafíos del siglo XXI, desde el cambio climático a los trastornos tecnológicos, y las mujeres deben formar parte de las posibles soluciones, aportando su punto de vista a la ciencia. Por esta razón, el organismo internacional promueve las carreras de las mujeres científicas e investigadoras, al tiempo que ayuda a los sistemas educativos nacionales a deconstruir los estereotipos de género que existen en algunos materiales educativos y apoya a los sistemas educativos para que impartan una educación científica y tecnológica orientada hacia la igualdad.
Campaña de ONU 2021 para el Dia de la Niña y la Mujer en la Ciencia.