21 de junio de 2021. La Universidad Isabel I ha participado a lo largo de esta semana en el X Congreso Internacional de Psicología y Educación (CIPE) que tiene lugar del 14 al 18 de junio. Bajo la coordinación de la profesora de la Universidad e investigadora Marta Martínez Vicente, invitada para presentar este evento, los docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Vanesa Martínez Valderrey, directora del Grado en Educación Infantil y del Máster en Neurociencia y Educación; Sonia Alguacil, docente en estos dos mismos títulos y en el Máster en Formación del Profesorado; Ildefonso Álvarez, director de los Cursos de Formación Permanente y Formación Continua del Profesorado, y María de los Ángeles Casares, coordinadora de los TFG de los Grados en Educación Infantil y Educación Primaria; han presentado el simposio Neurociencia y educación: funciones ejecutivas y aprendizaje escolar dentro del área temática ‘Neuropsicología. Cognición y Sociabilidad’ y en la línea de ‘Neuropsicología del Aprendizaje’.
El grupo de docentes de la Universidad Isabel I desarrollan su labor investigadora en el grupo Humanidades y Ciencias Sociales en la Era Digital y Tecnológica, y sus ponencias, junto al resto de trabajos presentados al CIPE, se justifican desde el nuevo paradigma de la neuroeducación, que fusiona los conocimientos de la neuropsicología y de la educación, y que proporciona una nueva línea de pensamiento y de acción desde la que se aplican los conocimientos y las técnicas de la neurociencia en el ámbito educativo.
En la actualidad, se enfatizan todas las investigaciones llevadas a cabo sobre el funcionamiento del cerebro y de los beneficios que aporta su conocimiento en la mejora del proceso de aprendizaje, y que sustentan el diseño de intervenciones potenciadoras de la motivación, la autorregulación emocional, el desarrollo de las funciones ejecutivas y el aprendizaje significativo.
En base a todo ello, en este simposio se aborda el estudio de las implicaciones de la neurociencia en el aprendizaje desde diferentes vertientes: el de la intervención y el de atención a la diversidad en los centros educativos; el entrenamiento de los mecanismos de control cognitivo en la primera y segunda infancia, en las que las funciones ejecutivas contribuyen en la optimización del aprendizaje; las implicaciones de las emociones, así como los efectos de la memoria de trabajo en el proceso de autorregulación del aprendizaje.
A través de las revisiones bibliográficas realizadas, se demuestra la relación entre las competencias emocionales, las funciones ejecutivas y rendimiento académico. Algunos componentes ejecutivos como la flexibilidad cognitiva, el control inhibitorio y la memoria de trabajo desempeñan un papel muy importante en el proceso de aprendizaje del alumnado en general, y de aquellos con dificultades de aprendizaje en particular, explicando que aparezcan en alumnos y en alumnas que no presentan ningún trastorno cognitivo.
Se concluye que desde la neuroeducación se inicia un camino innovador en el ámbito educativo, en el que es necesario que se lleven a cabo intervenciones basadas en el desarrollo emocional y la funcionalidad ejecutiva como base del aprendizaje autorregulado.