Webinar de la Universidad Isabel I sobre la evaluación del psicólogo forense del riesgo de violencia en una familia.
7 de junio de 2022. Con el webinar titulado ‘Evaluación psicológico-forense del riesgo de violencia en una familia: Durmiendo con el enemigo’ ha puesto el broche de oro al ciclo de las ‘Jornadas sobre análisis de casos prácticos desde la psicología forense por la igualdad de género’. A lo largo de cuatro semanas, Víctor Rodríguez, Milagros del Campo y Raquel Domínguez, docentes del Máster en Psicología Forense de la Universidad Isabel I, han ofrecido diversas caras del prisma de la psicología forense como una herramienta muy útil en los casos que debe valorar un juzgado relacionados con la violencia de género.
Cada petición judicial es única para cada familia. De ahí, la importancia de la formación. El psicólogo forense debe conocer temas de otras disciplinas para poder enfrentarse de manera profesional a cada caso. “Lo importante es estar muy formado y con información lo más novedosa y actualizada posible”, indicaron Milagros del Campo y Raquel Domínguez, porque la legislación es cambiante y “los protocolos de este año pueden no servirnos para el siguiente”.
Y como ejemplo de la importancia de la formación y la complejidad de muchas situaciones en la vida real para el trabajo del psicólogo forense, las docentes del Máster en Psicología Forense, Raquel Domínguez Segura y Milagros del Campo, analizaron conjuntamente un caso práctico en el que se mezclaban dos campos: una denuncia por malos tratos y la interrupción (o no) de las visitas paternas en un caso de custodia compartida.
Análisis de un caso práctico
A este respecto, el juez solicitó a la psicóloga forense analizar la situación familiar y definir si era adecuado el régimen de visitas paternofilial, con el objetivo de mantener el bienestar de dos niñas de 12 y 6 años. La labor del psicólogo forense consiste en evaluar la contextualización y dinámica de la relación de pareja, el sistema de organización familiar, las habilidades parentales, las expectativas de custodia o la evaluación psicológica de los menores, pero su trabajo también debe identificar la violencia en el entorno familiar.
Milagros del Campo explicó en el caso práctico que, psicológicamente, se estudia el ajuste psicológico de los progenitores y el ajuste psicológico de los hijos para determinar, entre otras cuestiones, si existen o no patologías o trastornos psicológicos severos. “A través de entrevistas a cada miembro de la familia y gracias a otras pruebas complementarias, como el estudio de la personalidad del progenitor o el déficit emocional de la niña mayor, se elaboran una serie de informes, contrastados con otros expertos, para señalar cuales son las necesidades de las niñas y si debe seguirse con el régimen de visitas”, matizó la psicóloga forense.
Raquel Domínguez y Milagros del Campo durante el webinar.
En este procedimiento de entrecruzan dos disciplinas: la violencia de género y un problema de custodia parental. El profesional de la psicología forense debe tener en cuenta todos los elementos del caso para ofrecer al juez las conclusiones que permitan conocer cuál es la línea a seguir, sugerida por el psicólogo forense, para mantener el bienestar de las menores.
Raquel Domínguez Segura destacó que es importante realizar la confirmación y descarte de las hipótesis iniciales de trabajo, “viendo si lo que ocurre es fruto de una instrumentalización de la madre hacia las niñas. Pero en este caso, no se produce, sino que la madre actúa como un filtro restrictivo parental justificado, tratando de proteger a las menores de futuras agresiones y malestar emocional”, destacó la docente de la Universidad Isabel I.
Evaluación de los riesgos
En un caso como este, señalan las expertas, “es importante proceder a la evaluación de los riesgos que puedan sufrir las menores y la madre (que ya ha interpuesto una denuncia), y se debe analizar el ajuste emocional de las niñas. La valoración del riesgo es una estimación de probabilidad de posible reincidencia de conducta violencia grave o letal por parte del denunciado (padre) y debido al consumo reiterado de sustancias estupefacientes, aumenta su agresividad”, explicaron. Los expertos deben tener en cuenta factores como la reincidencia, el riesgo de retomar la relación con el denunciante o las señales de advertencia contra los descendientes, para elaborar las conclusiones de su informe final, en el que se detallará si existe un riesgo de violencia hacia las niñas o hacia la madre.
“En este caso, entre los factores de riesgo se observan en el denunciado: amenazas de muerte, agresión grave contra el denunciante o alguien de su entorno, daños materiales, escala de violencia, celos exagerados, conductas de control y acoso, quebrantamiento de las órdenes de alejamiento, consumo de sustancias, déficits psicológicos graves, o ruptura de una relación con denuncia y repercusiones legales”, destacó Raquel Domínguez.
En la denunciante, con una nueva pareja, “se comprueba que proviene de una relación muy tóxica, con muchas rupturas y reconciliaciones, intentos previos de romper la relación, con dependencia emocional y miedo. También hay señales de riesgo contra los descendientes”, matizó la profesora Domínguez al analizar el caso práctico.
Milagros del Campo, Víctor Rodríguez y Raquel Domínguez conversando sobre el caso práctico.
Conclusión del psicólogo forense
Los expertos en psicología forense valoran esos factores de riesgo y definen cual puede ser conducta en el futuro, informando de todo ello al juez, y ofreciéndole en un informe cuál puede ser la estrategia de gestión judicial del riesgo (monitorización de las visitas, elaboración de un plan de protección a la denunciante y descendientes o derivar a los servicios de apoyo psicosocial para proteger a las niñas).
Raquel Domínguez añadió que, desde el punto de vista de la competencia parental y de familia, se valoran qué visitas son beneficiosas para las niñas y si procede la suspensión de las mismas. Y ocurre lo mismo con la evaluación del psicólogo forense.
“Hoy en día las menores se encuentran en una situación de riesgo emocional, derivado de la situación parental. Es necesaria una intervención con el padre y las niñas, supeditando las visitas a un cambio por parte de todos. La valoración de riesgo es algo transversal, y la suspensión de visitas podría llevar a algo peor, aumentando la agresividad del progenitor. El juez debe velar por la madre y las niñas”, determinó Milagros del Campo.
El Máster en Psicología Forense de la Universidad Isabel I recoge todas las áreas que pretende esa especialización. Víctor Rodríguez, coordinador de las jornadas, subrayó que "intentamos que los alumnos salgan lo mejor formado posibles ya que en muchas ocasiones, la realidad supera a la ciencia ficción. Lo importante es que los alumnos puedan tener una formación lo más amplia posible ya que las disciplinas se entremezclan en el trabajo diario", concluyó el docente.
Sigue las noticias de todas las jornadas: Víctor Rodríguez, Milagros del Campo, Raquel Domínguez.