Ricardo Ortega analizando los restos óseos con su equipo en la Catedral de Túnez.
2 de junio de 2022. Ricardo Ortega Ruiz, profesor de Antropología Forense en la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I, ha viajado hasta Túnez para estudiar los restos óseos de santos y mártires que se encuentran custodiados en la Catedral de Túnez. El docente de la Universidad Isabel I y director del laboratorio de Antropología Forense del IFPCF, ha podido analizar las reliquias de santos y mártires de la Iglesia Católica de este país desde la época Romana hasta la Época Contemporánea con la colonia francesa en la región norafricana.
Uno de los restos estudiados es un cráneo de una mártir decapitada que tuvo una vida compleja. “Sabemos que huyó de un matrimonio concertado y se refugió en un convento vestida de hombre hasta que fue descubierta y tuvo que someterse a un “juicio” en el que se la condenó a muerte, sobreviviendo a varios martirios previos”, explicó el experto en antropología forense.
El profesor ha estudiado también otros restos óseos de una mártir condenada a ser decapitada y huesos de otros santos y mártires que se custodian en la seo de la capital tunecina, algunos de ellos procedentes de la región de Cartago.
Cráneo de una mártir analizada por el equipo del profesor Ortega Ruiz.
Tras el análisis antropológico de los huesos se realizarán dos vías de investigación: por un lado, "el cráneo será reconstruido mediante arte forense para poner rostro a la mártir, mientras que se buscarán medios de datación absoluta, como el Carbono 14, para poder para certificar la antigüedad correctamente de los restos analizados", ha explicado Ricardo Ortega.
El método de datación por radiocarbono es una técnica basada en isótopos muy fiable para conocer la antigüedad de muestras orgánicas de menos de 50.000 años. El isótopo carbono-14 se produce de forma continuada en la atmósfera como consecuencia del bombardeo de átomos de hidrógeno por rayos cósmicos. A través de una serie de procesos químicos se puede datar el momento de la muerte de un organismo vivo, ya que no se incorporan nuevos átomos de carbono-14 a los tejidos y la concentración de isótopo va decreciendo.
Huesos de santos y mártires.
Por otro lado, la aplicación del arte forense abarca una gran variedad de habilidades artísticas que se utiliza para prestar asistencia a las fuerzas de seguridad o en estudios de patrimonio histórico. Se basa en los aspectos visuales de un caso y se considera una herramienta eficaz para la antropología forense. Esta disciplina se enfoca en el rostro humano con propósitos de identificación o reconstrucción. Para ello se utiliza la tecnología informática que permite crear una aproximación facial con imágenes 2D, en dibujos o 3D en esculturas.
Cuando se crea un modelo de rostro, el artista forense se ha basado previamente en el análisis antropológico para conocer si la persona es hombre o mujer, su edad en el momento de la muerte o su ascendencia, mientras que se busca corroborar mediante estudios de ADN, particularidades como su tono de piel, color de ojos o color de cabello.