Sheila López en su discurso al recoger el premio

La directora del Grado en Filosofía, Política y Economía, Sheila López Pérez, en la lectura de su discurso al recoger el premio.

22 de julio de 2024. Este artículo titulado ‘Horkheimer lee a Kurosawa. Dos antropologías demasiado humanas’ analiza la intersección entre dos antropologías que evitan la abstracción y destacan los aspectos más humanos del ser humano: las de Horkheimer y Kurosawa. Sheila López Pérez, directora del Grado en Filosofía, Política y Economía de la Universidad Isabel I, obtuvo con este trabajo el II premio Javier Muguerza de Investigación en Filosofía y ahora acaba de publicarse en la revista ENDOXA de la UNED.

En su disertación, la profesora López Pérez señala que ambos autores critican la instrumentalización de la era contemporánea y la falta de individuación de los sujetos. Tanto Horkheimer como Kurosawa promovieron una ética eudemonista, centrada en la búsqueda de la felicidad individual, lejos de imperativos categóricos o deberes metafísicos. “Este estudio une la denuncia de la instrumentalización contemporánea con la defensa de un individuo que lucha contra su reificación”, matiza la autora.

Para abordar la obra de Horkheimer y Kurosawa, se debe reconocer un hecho ineludible: ninguno de los dos intentó explicar la condición humana, sino mostrarla. Exhibieron aquello que no se podía explicar, señalando lo indeterminado e ilimitado, iluminando las diversas facetas de esta esfera infinita y eterna. Horkheimer y Kurosawa no formularon un discurso explícito sobre el ser humano, lo que hace más enriquecedora su interpretación. “Sus discursos, lejos de agotar los temas que abordan, solo pretenden explorarlos, dejando pistas para quienes los interpretan”, indicó la filósofa Sheila López.

Horkheimer y Kurosawa: denuncia y ética reactiva

Donald Richie, tras su entrevista con Kurosawa, señaló: "A él no le interesaba la teoría. Solo le interesaba la parte práctica: cómo dotar de más calidad a sus películas, hacerlas más realistas, más precisas". Horkheimer, por su parte, afirmaba que cualquier filosofía que culmina en la afirmación o unidad sirve para cimentar la idea del dominio del hombre sobre el hombre. Ambos consideraban que todo discurso cerrado es ideológico y busca ser una herramienta de dominio.

Los pensadores sociales y la diversidad

Los pensadores que apoyan la diversidad son claros y directos, ya que su tema urgente requiere una urgente mostración. “Se alejan del afán de totalidad y unidad, evitando unificar lo que es inunificable, y rechazan el moralismo pedagógico, manteniéndose consecuentes con la autonomía y libertad humana”, subrayó la profesora de la Universidad Isabel I.

Horkheimer y Kurosawa vivieron el tránsito social de mediados del siglo XX y las transformaciones antropológicas resultantes. Este periodo estuvo marcado por el progreso tecnocientífico, la burocratización y la cultura de masas, y ambos pensadores no dejaron pasar las implicaciones de estos cambios para la humanidad.

La universalidad de ambos autores no reside en su contenido, sino en su apelación a una esperanza universal: erradicar la dominación, explotación y humillación del ser humano. Evitaron recurrir a fuerzas metafísicas y pusieron el destino del ser humano en manos humanas, insistiendo en la posibilidad de materializar esta esperanza.

La lucha contra la barbarie

Horkheimer y Kurosawa coinciden en que no se puede redimir a las víctimas del pasado, pero se debe actuar para erradicar la barbarie presente y futura, aunque el sistema parezca inquebrantable. Películas como Los canallas duermen en paz (1960) y Vivir (1952) ejemplifican esta lucha valiente e individual. Horkheimer describe a este tipo de individuo como "el ciudadano que con su esfuerzo establece y pone en movimiento el orden que cree justo".

Ambos autores no buscan una esencia común del ser humano, sino que muestran la diversidad humana sin reducirla a conceptos universales. Las películas de Kurosawa presentan seres humanos condicionados por su contexto, sin invocar una naturaleza humana universal. Kurosawa decía: "Hago películas sobre asuntos que encuentro fascinantes... el estudio de la naturaleza humana es el resultado de describir lo que encuentras interesante".

Conclusiones

Para Sheila López, Horkheimer y Kurosawa presentan una antropología humana que rechaza describir la condición humana de manera abstracta. Sus obras destacan la importancia del individuo que reacciona ante la adversidad, sin principios preestablecidos, actuando en respuesta a su situación concreta. Su ética es reactiva, buscando minimizar el sufrimiento en un mundo injusto. Ambos autores enfatizan la necesidad de enfrentar la barbarie contemporánea con una praxis optimista, buscando mejorar la realidad a pesar de todo.

Horkheimer y Kurosawa muestran a los marginados de la historia y la contemporaneidad, presentando una época instrumentalizada y burocratizada. La esperanza radica en que algunos individuos resistan y luchen por una existencia más digna. La lucha contra la injusticia y el dominio es el motor para transformar el mundo, guiados por la solidaridad y el anhelo de un futuro mejor.