3 de diciembre de 2024. La teoría que combina elementos de las ideas de Sigmund Freud y Karl Marx, conocida como freudomarxismo, busca aportar una perspectiva integral para entender cómo la sociedad y la psique humana interactúan y moldean la realidad. Este enfoque sigue generando debates dentro de los círculos de filosofía, sociología y psicología. En sus críticas respectivas al capitalismo, Freud y Marx apuntaron hacia la alienación y el malestar que el sistema socioeconómico produce en el individuo, aunque desde perspectivas diferentes. Así, Freud enfatizó el conflicto psíquico y la represión, mientras que Marx abundó la alienación y la lucha de clases. Estas son algunas de las preguntas que se plantea Sheila López Pérez, directora del Grado en Filosofía, Política y Economía, en un artículo publicado en la obra colectiva ‘La función emancipadora de la crítica. Diálogos filosóficos ante la crisis civilizatoria actual’, publicada por la Editorial Teseo.
A pesar de las divergencias teóricas, algunos autores defienden que esta unión conceptual tiene vigencia en el análisis de la actualidad, tal y como recoge la profesora López Pérez. Freud, quien llegó a referirse al marxismo como un "residuo de aquella oscura filosofía hegeliana", no creía en la capacidad del ser humano para liberarse completamente de sus instintos; en cambio, su visión del psicoanálisis era una herramienta para ayudar a la conciencia individual a convivir con una sociedad opresiva. Marx, por su parte, sostenía una creencia optimista en la posibilidad de transformación social, afirmando que la liberación colectiva podría erradicar las causas de dicha alienación.
La vigencia de la teoría freudomarxista en la actualidad surge, pues, de su capacidad para explicar fenómenos como la regresión del "yo" en la era del consumo, en la que, como señala Erich Fromm, "la satisfacción inmediata de cualquier deseo" se convierte en un imperativo que destruye la autonomía individual. El yo, afirman los freudomarxistas, “pierde así su poder de negación y crítica, convirtiéndose en un agente dócil al servicio de la estructura capitalista”, subraya la filósofa de la Universidad Isabel I.
Desde esta perspectiva, el freudomarxismo no se limita a una crítica económica ni psíquica aislada, sino que explora cómo la subordinación de los individuos a la lógica consumista debilita sus facultades críticas y los convierte en entes alienados. Los teóricos freudomarxistas concluyen que el sujeto contemporáneo ha perdido su autonomía, no solo por el capitalismo, como sostuvo Marx, sino también debido a la compleja relación entre deseos y realidad impuesta, un concepto que Freud exploró en su análisis de la psique individual.
Diálogos filosóficos
El editor Dante Ramaglia enmarca el libro en las profundas transformaciones globales recientes, señalando una crisis civilizatoria que en la actualidad está marcada por desigualdad, crisis ecológicas y un debilitamiento de la democracia: todos ellos, factores que cuestionan las posibilidades de una vida en común. Ante este panorama, Ramaglia resalta la importancia de la crítica filosófica, que busca entender las raíces de estos problemas en la modernidad capitalista y proporcionar un marco teórico que ofrezca alternativas emancipatorias. La crítica resulta esencial para replantear conceptos como justicia, igualdad y dignidad, cuestionados por una estructura de poder concentrada y sostenida por el capitalismo financiero.
El libro se organiza en torno a dos vertientes de pensamiento crítico: la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, con figuras como Horkheimer, Adorno, y Marcuse, y la filosofía latinoamericana, especialmente la filosofía de la liberación, que aporta una perspectiva única al abordar temas como el colonialismo y la dependencia. Este diálogo permite una mirada profunda a los problemas contemporáneos, desde una crítica inmanente que explora tanto la teoría crítica tradicional como el pensamiento crítico latinoamericano. Así, esta obra colectiva, surgida de un proyecto de investigación en la Universidad Nacional de Cuyo, busca rescatar el potencial emancipatorio de la filosofía, ofreciendo herramientas para imaginar y construir alternativas democráticas en un mundo cada vez más desigual e individualista.
Portada de la obra colectiva.