Los docentes Sheila López Pérez y Reinaldo Batista Cordova en la Universidad Isabel I.
9 de enero de 2025. En un contexto educativo en constante evolución, los profesores Sheila López Pérez y Reinaldo Batista Cordova, directores respectivamente del Grado en Filosofía, Política y Economía y el Máster en Seguridad, Defensa y Liderazgo de la Universidad Isabel I, han explorado en profundidad el concepto de originalidad en la producción académica, destacando la importancia de una aproximación crítica y reflexiva en la generación de conocimiento. Su reciente artículo, "Apuntes sobre el uso de la IA en los trabajos académicos", ofrece una visión renovada sobre lo que significa ser original en un entorno donde las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) están cada vez más presentes.
La originalidad: más que novedad
Según Sheila López Pérez, la originalidad no radica únicamente en la creación de algo completamente nuevo, sino en el proceso único de pensamiento que cada autor aporta. "La originalidad es la base desde la cual partimos para crear algo único mediante un pensamiento o una acción independiente y crítica", señala. Esto implica que lo verdaderamente original no es el producto final, sino el camino intransferible que cada académico recorre para llegar a su conclusión.
Reinaldo Batista Cordova añade que, aunque las definiciones tradicionales asocian la originalidad con la novedad absoluta, en el ámbito académico esta tiene más que ver con la singularidad del enfoque del autor. "Un autor está realizando una obra original cuando es él mismo el que encuentra, imagina o crea su obra, independientemente de que otros hayan encontrado, imaginado o creado algo muy similar", subraya Batista, enfatizando la importancia del proceso creativo personal.
La influencia de la IA en la educación
La irrupción de la IA generativa ha planteado nuevos requisitos y oportunidades en el ámbito educativo. Herramientas que facilitan la revisión gramatical, la generación de referencias bibliográficas o la creación de contenidos visuales, entre otras, han transformado la manera en que estudiantes y docentes abordan los trabajos académicos.
Sin embargo, como advierte la profesora López Pérez, el uso de la IA debe ser cuidadoso para no comprometer la originalidad del aprendizaje. "Las preguntas que debemos hacernos a la hora de elaborar un trabajo académico son: si permitimos que la 'máquina' realice todo el trabajo intelectual en mi lugar, ¿qué conocimiento he generado? ¿He logrado alguna habilidad o destreza nueva?", plantea incitando a una reflexión profunda sobre el papel de la IA en la educación.
Batista complementa esta visión con una crítica a la posible dependencia excesiva de estas herramientas: "Si los docentes evalúan trabajos generados mayoritariamente por IA, ¿qué estamos realmente calificando? La educación debe centrarse en desarrollar habilidades críticas y creativas que vayan más allá de la mera recopilación de información".
Reflexión y buenas prácticas
Ambos profesores coinciden en señalar que la clave para mantener la originalidad en la era de la IA radica en la reflexión constante y el esfuerzo por generar pensamiento propio. "El objetivo de ser estudiante no es aprobar las asignaturas, sino adquirir habilidades que nos permitan utilizarlas posteriormente en el ámbito profesional", recuerda Sheila López, subrayando la importancia de una educación orientada al desarrollo integral del individuo.
El artículo concluye proponiendo un enfoque equilibrado que permita aprovechar las ventajas de la IA sin perder de vista el objetivo fundamental de la educación: formar individuos capaces de pensar críticamente y contribuir de manera original al conocimiento colectivo.