8 de enero de 2021. No todo lo que se ve en las películas relacionado con el trabajo de los criminólogos está fundamentado en hechos reales. Víctor Rodríguez, decano de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I, ha desmontado algunos estos faltos mitos en el programa semanal Magazine de la 8 Burgos. El máximo responsable de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I ha explicado a la periodista Eneka Moreno algunos de los principales mitos relacionados con labores preventivas o de colaboración, tras el parón del espacio semanal debido a las vacaciones navideñas.
Víctor Rodríguez ha comenzado explicando cómo cuando un criminólogo llega a la escena de un crimen debe elaborar un ‘perímetro amplio en el que ya no entra nadie para evitar contaminar el escenario y poder recabar todas las pruebas’. El criminólogo realiza entonces un trabajo de análisis sobre la posición de los objetos y comienza a realizar una serie de hipótesis para dilucidar cómo se han producido los hechos. ‘Un criminólogo debe diferenciar por los indicios que hay en la escena de un crimen si se trata de un suicidio o un asesinato, ya que su formación le permite recabar las pruebas necesarias para esclarecer los hechos’, explica Víctor Rodríguez.
Recogida y custodia de pruebas
Una de las labores del criminólogo es la búsqueda de pruebas según los indicios que encuentre en el lugar de investigación. Cada una de ellas debe fecharse con día y hora, además de añadir el nombre de la persona que ha recogido cada elemento. A partir de ese momento, cada persona que analice las muestras debe añadir su nombre para preservar la cadena de custodia hasta que llega a un juicio, para garantizar que no se ha alterado o contaminado la prueba.
El criminólogo sigue una metodología de trabajo y ‘existe un orden tanto para entrar como para salir de una escena de un crimen’. Eneka Moreno indicó que, en ocasiones, en las películas, un policía guarda una prueba en una bolsa. Ante este mito, Víctor Rodríguez explico que es imposible en la realidad ya que ‘no todas las pruebas se guardan de la misma manera y son necesarias bolsas diferentes. Algunas bolsas previenen, por ejemplo, las pruebas de la luz del sol para preservar en perfecto estado cada indicio y para que, en el laboratorio se realicen las pruebas pertinentes’. La labor del criminólogo es, por tanto, muy minuciosa.
Labor preventiva
Otra de las funciones que realiza el criminólogo es la preventiva. La figura del criminólogo actúa ante carencias que se puedan producir en la sociedad relacionadas con la seguridad. Cada vez es más frecuente que los ayuntamientos o las concejalías acudan a profesionales de la criminología para asesorar, por ejemplo, en la iluminación que deben tener parques y jardines, con el fin de prevenir situaciones peligrosas. Víctor Rodríguez ha explicado que ‘cada vez más, los criminólogos forman parte de las plantillas municipales en las grandes ciudades, aunque, también se solicita la colaboración externa de asesoramiento’. La labor del criminólogo en materia de prevención es muy amplia y se enfoca a evitar el vandalismo y la prevención de los destrozos de material urbano o edificios públicos y privados. Los criminólogos trabajan en constante colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
Víctor Rodríguez ha destacado que, dentro de los falsos mitos, la novela negra está mejor fundamentada en la realidad que las películas. ‘Aunque una muestra de ADN tarda en ser analizada en la realidad unas 72 horas, en la novela negra el lector se imagina el tiempo transcurrido. Sin embargo, en una película se obtiene la cadena de ADN casi inmediatamente y también se extrae al sospechoso… Esto también forma parte de los mitos’, matiza el decano de la Facultad de Criminología de la Universidad Isabel I.
La sección de criminología del programa Magazine de la 8 Burgos analizará en las próximas semanas otros falsos mitos realizados con esta ciencia ya que, según Víctor Rodríguez, ‘existen muchos mitos; cuando se disfruta de una serie en la que interviene un criminólogo, hay que saber que sólo hay que creerse lo que se ve en las películas, hasta cierto punto’.