Aitor Navarro - Jue, 19/09/2019 - 10:40
Atendiendo al estudio de campo que se llevó a cabo en la ciudad de Tudela (Navarra), la respuesta es que no todos los centros en esta localidad -nueve centros diferentes, entre los que se incluyen institutos y colegios- cumplen la normativa que regula los planes de autoprotección.
El Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección (NBA), establece los requisitos que deben seguir aquellos establecimientos y dependencias en donde se realicen actividades que puedan originar situaciones de emergencia. Dado que los centros educativos están incluidos en esta clasificación, deben adecuar la estructura del plan de autoprotección a lo que indica la normativa.
Volviendo a la pregunta inicial, el hecho de que algunos centros educativos de esta localidad no cumplan estrictamente con lo que la ley indica, se debe a la existencia de una doble titularidad en ellos, pública y privada. Así, los públicos, dado que dependen de autoridades como el Ayuntamiento de la localidad o el Gobierno de Navarra, adecúan la estructura de sus planes de autoprotección a lo que la normativa exige. Por el contrario, los privados-concertados, recurren a empresas especialistas en el sector que, en determinados casos, no incluyen todos los apartados del plan, solapan unas partes con otras, entre otras deficiencias.
Respecto a la formación e información adquirida de aquellas personas con funciones específicas de autoprotección en estos centros, por lo general, el nivel de formación e información en situaciones de emergencia y evacuación es correcto, pero en determinados aspectos existe un gran desconocimiento, especialmente en puntos obligatorios por ley. Relacionado con ello, los programas de reciclaje y formación que se realizan para estas personas son muy escasos, basándose principalmente en una charla o curso teórico a modo de recordatorio, impartido por una persona especialista en el sector totalmente ajena al centro.
En cuanto a la existencia de un mínimo de cultura preventiva y de protección en los centros educativos, dicho nivel de prevención se limita a lo que la normativa exige. No se trabaja ni se trata de forma complementaria en ninguno de los centros. Se realiza un único simulacro de emergencia y evacuación durante el curso académico, normalmente en el primer trimestre, en donde se dan unas breves instrucciones al alumnado sobre cómo actuar (en ocasiones el mismo día de su celebración).
En conclusión, dada la inexistencia de trabajos similares con los que poder comparar los resultados obtenidos en el estudio de campo, se hace completamente necesaria la existencia de nuevos estudios en torno a si los planes de autoprotección se encuentran debidamente implantados en los centros educativos, pero no únicamente a nivel de localidades específicas, sino, por ejemplo, en toda la Comunidad Foral de Navarra, e incluso, diferenciando entre comunidades autónomas; comprobando así cuáles son las que dedican mayores recursos a una cultura preventiva y de protección.
Editor: 19/09/2019 Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN 2695-284
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