Marcos García Díez - Vie, 21/04/2017 - 17:01
Mano de la Cueva de El Castillo
Serie Haciendo historia (V)
Desde que en 1758 el naturalista Linneo definió nuestra especie, Homo sapiens, la historia de la evolución humana ha estado condicionada.
Como nuestro apellido (sapiens) indica, nos hemos reservado solo para nosotros el ser sabios, es decir, tener las capacidades para desarrollar operaciones conceptuales y simbólicas, crear sistemas de lenguaje, tener un razonamiento abstracto y desarrollar la introspección y la especulación.
Este es el lastre de la modernidad. Hoy en día, la ciencia, la evolución humana, va cambiando.
Bisontes policromos de la cueva de Altamira (Museo de Altamira / col. Pedro Saura)
Sabemos que especies anteriores a la nuestra tenían la capacidad de decorar sus cuerpos con colorantes y colgantes realizados con dientes o conchas, sabemos que recolectaban objetos curiosos (como fósiles y piedras de colores destacados), e incluso «cuidaban» a sus muertos depositándolos en lugares reservados, a modo de unas primeras «necrópolis».
Además, también hoy conocemos que el Homo ergaster, el Homo erectus y el Homo neanderthalensis tenían la capacidad de expresarse mediante un lenguaje gráfico muy sencillo. Series de líneas y pequeñas estructuras geométricas reticuladas en huesos, piedras o bloques de colorante.
Tuitéalo: "Como nuestro apellido (sapiens) indica, nos hemos reservado solo para nosotros el ser sabios"
Incluso, y lo que puede ser más transcendente en términos de sociabilidad humana, en los últimos cinco años se ha abierto el debate sobre si los neandertales pudieran haber utilizado las cuevas para pintar. Esto puede parecer baladí, pero su transcendencia es enorme. Aceptar que algunas figuras de cuevas con arte rupestre declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco (como Altamira o El Castillo) fueran anteriores a hace 42 000 años implicaría la ruptura de un paradigma consolidado durante más de 250 años, que propone que la excepcionalidad artística es solo y propia del Homo sapiens.
Sin duda algo está cambiando y los próximos años serán claves para determinar si solo el Homo sapiens es sapiens o, por el contrario, ser sapiens no es algo y solo propio de nuestra especie, sino de nuestro género.
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Entrada publicada el 21/04/2017
Editor: Universidad Isabel I
Burgos, España
ISSN: 2659-398X
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