Día Mundial de la Seguridad y la Salud Laboral

Seguridad en el trabajo.

Blog: 'Cultura Preventiva' (XLI)

Hoy, 28 de abril, es el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. La celebración de este día no tiene una larga trayectoria. De hecho, debemos retroceder al año 1996, cuando se celebró el denominado «Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos». Con independencia de los orígenes, lo más relevante de esta fecha es concienciar a la sociedad de la existencia de víctimas que sufrieron algún tipo de accidente de trabajo y/o enfermedad profesional.

En 2003, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se implicó en esta campaña, no solo recordando a los trabajadores fallecidos y heridos, sino también celebrando que todos los accidentes, lesiones y muertes sufridas por los trabajadores podían llegar a prevenirse y, por tanto, a reducirse. Desde este momento la OIT constituyó el 28 de abril como el «Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo». Un día que pretende recordar, a nivel mundial que, desde la prevención se puede concienciar tanto a trabajadores como a empleadores y, por tanto, a la sociedad, de la enorme importancia de mantener unas condiciones seguras en el trabajo. En definitiva, crear cultura preventiva que permita reducir el número de accidentes, lesiones, enfermedades e incluso muertes laborales.

Desde el Máster de Prevención de Riesgos Laborales de la Universidad Isabel I, comprometidos con esta actividad preventiva, y considerando que la cultura constituye una herramienta primordial para mejorar las condiciones existentes de seguridad y salud laboral, queremos conmemorar este día uniéndonos a las diferentes celebraciones realizadas a nivel mundial.

Es evidente que las condiciones de seguridad laboral han cambiado desde la época de la construcción del Empire State. Una época en la que los trabajadores confiaban en su instinto como herramienta básica de protección frente a cualquier lesión corporal y, desde luego, no existían las medidas preventivas con las que contamos actualmente. Tanto es así que, al hablar de la construcción de este icónico edificio, más que de prevención tendríamos que hablar de supervivencia. Pero, a pesar de los grandes avances todavía queda mucho por mejorar. Así lo demuestran los datos aportados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social (2022), en los que se observa un aumento en el número de accidentes laborales.

Diferentes problemáticas en la Seguridad Laboral

Cuando hablamos de seguridad laboral y de prevención debemos tener presente que convergen diferentes problemáticas. De hecho, no es lo mismo hablar de un accidente laboral que de una enfermedad profesional. Los accidentes laborales son los más sencillos de reconocer y registrar, algo que ayuda conocer su origen y determinar cómo se producen. Esto permite establecer medidas adecuadas para que puedan ser prevenidos. No sucede lo mismo cuando hablamos de las enfermedades profesionales. En este sentido, es difícil llegar a establecer la existencia de una relación directa entre la causa y el efecto que genera dicha enfermedad. Uno de sus mayores enemigos es la falta de reconocimiento y, por tanto, la falta de registros. Este hecho impide que se puedan diseñar acciones preventivas con mayor nivel de eficacia, así como, favorecer el diagnóstico precoz. Algo que permitiría iniciar el tratamiento en una fase temprana de la enfermedad y, por tanto, aumentar la eficacia del mismo. De hecho, la OIT ya expuso que, «en el caso de las enfermedades profesionales el reconocimiento y el registro son marginales, incluso en los países más desarrollados» (Nieto, 2014).

Avanzando

Por suerte, como comentamos antes, es evidente que se ha producido un gran avance social. Hablar de prevención no resulta extraño y el concepto de «cultura nacional de prevención en materia de seguridad y salud» incluso ha sido desarrollado en el Convenio nº 187 de la OIT (2006). Tal y como se indica en el artículo 1 de dicho documento, se quiere que el gobierno, los empleadores y los trabajadores participen activamente en iniciativas destinadas a asegurar estas condiciones mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien definidos, y en la que se conceda la máxima prioridad al principio de prevención.

Más recientemente, en concreto en junio de 2022, la Conferencia Internacional del Trabajo, decidió incluir en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales del trabajo de 1998, la categoría «un entorno de trabajo seguro y saludable» como un derecho fundamental de los trabajadores. Un punto de partida sólido y elemental para continuar actuando en materia de Seguridad y Salud Laboral. Todos conocemos el empeño de la OIT por desarrollar lo que dicha entidad ha denominado como «trabajo decente». En dicho término los aspectos relacionados con la seguridad y la salud son fundamentales.

Plan de Prevención de Riesgos Laborales.

A nivel nacional, en marzo del presente año, se aprobó la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo (EESST) 2023-2027. Uno de sus objetivos es el establecimiento de un novedoso marco de referencia normativo que permita dirigir las futuras políticas en este sentido. Con esta intención, pretende anticiparse a los potenciales riesgos que traigan consigo los cambios que se esperan en un futuro cercano: digitalización, medio ambiente y, por supuesto, la consabida crisis demográfica. A su vez, esta estrategia también es consciente de la existencia de otras problemáticas que se han agudización en los últimos tiempos: los problemas de salud mental, de equidad, el cambio climático, etc.

Algo más que cumplir normas

Con todo ello, la promulgación de reglamentación es algo, evidentemente, fundamental y primordial que constituye un primer paso. Sin embargo, no debemos quedarnos aquí. Cumplir las normas es el mínimo imprescindible, pero, es necesario ir un poco más allá y promover una verdadera concienciación colectiva de la prevención. Quizás podríamos plantearnos incluso, la necesidad de empezar desde la escuela, lo que permitiría a los niños crecer en un entorno familiarizado con la prevención de riesgos. Por otro lado, niños que serán adultos y que, por tanto, contribuirán a la sociedad, entre otros aspectos, con una actividad laboral. Y que mejor que una actividad laboral segura y saludable.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que el ámbito de la seguridad laboral es un campo en continuo desarrollo que genera la necesidad de estar en constante alerta. Los cambios que se van originando en los puestos de trabajos, así como, la generación de otros nuevos hace necesario, por ejemplo, que se preste atención a riesgos emergentes generados por la innovación técnica o por los cambios organizativos. La aparición de nuevas tecnologías, como la biotecnología y la nanotecnología; el aumento del uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) o el teletrabajo, son muestras de ello. Y de nuevo, en estos avances laborales nos encontramos con la problemática en la detección de enfermedades profesionales. Los avances científicos y/o médicos evolucionan más rápidamente que las normativas y sistemas elaborados para poder declarar nuevas lesiones como nuevas enfermedades profesionales.

Póster de la OIT del Día Mundial de la seguridad y Salud en el Trabajo.

En definitiva, para conseguir llegar a reducir los daños laborales, todos somos conscientes que los requisitos legales en materia de Seguridad y Salud Laboral no son suficientes por sí solos, sino que es necesario introducir la cultura de la seguridad y salud en toda la organización y en todos los niveles de la empresa implicados, ya sea de forma directa o de forma indirecta. Por tanto, es necesario el compromiso conjunto de las organizaciones y de los individuos; en definitiva, de toda la sociedad.

Bibliografía

Nieto, J. (2014). Enfermedades laborales, una pandemia que requiere prevención. Medicina y Seguridad del Trabajo, 60(234), 1-3

Ministerio de Trabajo y Economía Social (2022). Estadísticas de accidentes de trabajo. 

​Editor: Universidad Isabel I

Burgos, España

ISSN 2695-284​X