Víctor Rodríguez González - Lun, 08/03/2021 - 10:40
Aunque Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han sido típicamente cuerpos en los que el acceso era principalmente destinado a hombres, ya hace más de 40 años en los que a través del BOE del 14 de marzo de 1978, que se publicaron las primeras plazas reservadas para mujeres en el cuerpo nacional de policía. En 1979, accedieron las primeras 42 mujeres que se incorporaron a un sector mayoritariamente masculino.
Sus comienzos no fueron nada fáciles y vivieron situaciones que nunca se podrían imaginar que sucederían formando parte de un cuerpo de seguridad, pero con esfuerzo y perseverancia, demostraron su capacidad y valía para cualquier tipo de trabajo y puesto del cuerpo.
Desde patrullas de seguridad ciudadana hasta inspectoras jefe, pasando por unidades de policía científica, hoy en día, la mujer representa un 14% del total de la plantilla que vela por nuestra seguridad y normal desarrollo de la sociedad.
Aunque este porcentaje está lejos aún de conseguir una paridad, cada año, el número de mujeres que se postula para intentar obtener alguna de las plazas ofertadas es mayor, con mejor preparación y optando cada vez a puestos de mayor relevancia.
Algunas de estas mujeres eligen desarrollar su trayectoria profesional en las unidades de prevención, asistencia y protección, destinada principalmente a la lucha contra la violencia de género, dando así un ejemplo y el mejor apoyo posible en las situaciones a las que se enfrentan y en las que, en muchas ocasiones, las mujeres agredidas, no quieren formular denuncia contra su atacante. Ellas son las encargadas de dar los primeros auxilios psicológicos que una víctima de violencia de género tanto necesita, de intentar que se den cuenta que la situación por la que han pasado no es ni mucho menos normal y que deben de poner medidas preventivas para evitar tener un peor desenlace.
Dentro de la Guardia Civil, el número de mujeres cae hasta las 6.000, representando tan solo un 8% del total del cuerpo. Aunque las mujeres en este cuerpo también tienen una larga trayectoria de más de 30 años, aún cuenta con una de las tasas femenina más bajas de todos los cuerpos de seguridad.
Aunque también se han ido haciendo hueco en el cuerpo con el paso de los años, aún hay un largo camino que recorrer hasta conseguir la paridad e implementación de una política que asegure la capacidad de conciliación que se otorgará a ambos sexos.
Otro de los sectores que en últimos años ha tenido un mayor aumento en el número de mujeres, es en el sector privado, más específicamente, en la creación y dirección de planes de emergencia y seguridad. Ya bien sea desde el diseño de las distintas fases del plan como en su puesta marcha.
De igual forma, cada vez son más las mujeres que se encargan del diseño de un plan de seguridad de instalaciones que necesitan de una especial protección, de eventos multitudinarios y que, además, en caso de una emergencia, son ellas las que organizan y gestionan todos los equipos de intervinientes.
Poco a poco y con gran esfuerzo y tesón, se van derrumbando algunos muros que sustentaban la desigualdad entre hombres y mujeres, pero aún hay muchos campos de actuación en los que se debe de concienciar y formar de forma correcta a todas las generaciones y en especial, a las futuras.
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