David Mota Zurdo Coordinador del Grado en Historia, Geografía e Historia del Arte
Jue, 11/03/2021 - 10:20

Monumento a las víctimas del terrorismo

      Monumento a las víctimas del 11-M. Fuente: Vatican News.

Desde su propio nacimiento, pero sobre todo durante la contemporaneidad, las sociedades han precisado de símbolos y lugares de memoria para recordar a un determinado colectivo o comunidad, persona, nación, hito histórico, etc. Los símbolos han ejercido una enorme fuerza en la cultura política contemporánea. No en vano, Hans-Jürgen Puhle (2012) ha indicado que 'el uso y el significado de los símbolos y mitos, y la existencia de lugares de memoria, han sido fenómenos establecidos por la política desde las primeras civilizaciones de la antigüedad. Sin embargo, las nuevas constelaciones de la democracia moderna, a partir de las revoluciones americana y francesa, y el auge de los movimientos sociales masivos y de sus respectivas ideologías […] han dado mayor relevancia e importancia a las representaciones y los fenómenos simbólicos' (p.11).

Principalmente son tres los factores que han jugado un papel determinante en la gestación de efemérides memorialistas o conmemorativas que han servido para rendir honores o dignificar a determinados colectivos. En primer lugar, las experiencias con regímenes totalitarios o terroristas. En segundo, el auge de la sociedad de la información en clave mass-media. Y, por último, la preocupación que se ha producido en los ámbitos académico, político y social por la recuperación, salvaguarda y retroalimentación de la memoria colectiva.

La efeméride que se trae aquí a colación, a saber, el día europeo de las víctimas del terrorismo (11 de marzo), se entiende atendiendo a los factores señalados: es un símbolo de la memoria colectiva. Si bien, antes de profundizar en sus orígenes debemos definir qué se entiende por terrorismo.

¿Qué es el terrorismo?

A decir de la Fundación Fernando Buesa, una de las principales entidades memorialistas de España, que desde su creación se ha volcado en deslegitimar el terrorismo y a sus apologistas y hacer pedagogía de la necesaria visibilización de las víctimas para combatir la radicalización, ha señalado que 'el terrorismo es un procedimiento de acción política que no tiene que ver con el tipo de régimen en que se ponga en práctica', pues atender a que hay un terrorismo bueno (contra una dictadura, por ejemplo) y un terrorismo malo (contra un Estado de derecho democrático) podría legitimar moralmente ciertas prácticas.

La realidad es que el terrorismo, venga de una organización como Dáesh, Al-Qaeda o de las extintas ETA, IRA y Brigadas Rojas o de un Estado, cuyos instrumentos de acción hayan sido extralegales a fin de aplacar a la sociedad, como en las dictaduras de Chile y Argentina, o en regímenes democráticos como España, como ocurrió con el GAL, es un procedimiento que busca imponer unos determinados objetivos (nacionales, étnicos, religiosos, político, etc.) a una sociedad concreta.

Tomar de partida esta cuestión es fundamental, porque se debe dejar bien claro que el terrorismo venga de donde venga es un acto político deleznable. Sólo así podrán tener éxito los procesos de deslegitimación de la violencia. En este sentido, la labor pedagógica y memorialista, en las que se dignifica a las víctimas, es clave. Gracias a este tipo de actos se contribuye a poner en marcha los mecanismos conducentes a no dejar en el aire la idea de que el terrorismo no es tal cuando se aplica contra un régimen autoritario, dictatorial o despótico o cuando el fin justifica los medios, como sucedió con determinados grupos parapoliciales que asesinaron pretendiendo defender al Estado de Derecho, dañándole en la práctica.

Mapa del mundo de terrorismo

Mapa sobre el impacto del terrorismo en 2016. Fuente: Real Instituto Elcano.

Origen del día de europeo de la memoria

El 11 de marzo de 2004 la organización terrorista Al-Qaeda colocó varias mochilas bomba en cuatro trenes de cercanías de Madrid que explotaron entre las 07:36 y las 07:40: se trató de una explosión simultánea de diez artefactos compuestos con Goma-2 que se cobraron la vida de 192 personas e hirieron a casi dos mil. Las bombas estallaron en la estación de Atocha, El Pozo, Santa Eugenia y en la vía paralela a la calle de Téllez, junto a Atocha. Este atentado terrorista fue, en palabras de Pat Cox, presidente del Parlamento Europeo, 'una declaración de guerra contra la democracia […] El peor acto de terror en la historia de España, el peor acto de terror en la memoria de cualquier Estado miembro [de la Unión Europea]' (El País, 12-III-2004).

En el acto fallecieron personas de distintas nacionalidades, sobre todo europeas, siendo el mayor número españolas, seguidas en este orden, por rumanas, ecuatorianas, búlgaras, polacas, peruanas, colombianas, dominicanas, hondureñas, marroquíes, ucranianas, francesas, brasileñas, chilenas, cubanas, filipinas, senegalesas y guineanas. Así pues, este acto fue un claro ejemplo de violencia vicaria, uno de los métodos utilizados por los grupos terroristas que consiste en realizar un acto de violencia contra los más desprotegidos para socializar el sufrimiento sobre la sociedad: una agresión sobre una determinada persona o grupo de personas que se realiza en sustitución de otra.

Imagen del 11M europeo.

Día europeo en conmemoración de las víctimas del terrorismo. Fuente: Abogacía.

Al día siguiente del atentado, a propuesta del Partido Popular (en aquellos momentos partido en el Gobierno de España), el Parlamento Europeo declaró el 11 de marzo como el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. En un acto solemne, con la bandera de la Unión Europea a media asta, el irlandés Cox fijó esta efeméride con la aprobación unánime del pleno de la Eurocámara. Acto seguido, se convocó una concentración en la plaza Schuman de Bruselas en la que estuvieron presentes los principales representantes institucionales: Romano Prodi (presidente de la Comisión Europea), Javier Solana (alto comisionado de la Unión Europea) o Rockwell A. Schnabel (embajador de Estados Unidos en la Unión Europea).

Los días de la memoria

Desde 2004, el Día Europeo de la Memoria se ha venido celebrando de manera anual. Sin embargo, en España tenemos otras efemérides paralelas. En 2010, el Gobierno de España, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), impulsó un día de la memoria de las víctimas del terrorismo. Lo situó en el 27 de junio, pero esta fecha fue errónea en su justificación porque consideró que ese día de 1960 ETA había asesinado a la niña Begoña Urroz en San Sebastián. Hoy se sabe que la autoría de aquel atentado correspondió al Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, como han demostrado Fernández y Aguilar (2019, pp. 14-101).

Con todo, el establecimiento de esta fecha trajo consigo cambios sustanciales: se pasó de considerar víctimas del terrorismo a las asesinadas de 1968 en adelante (año en que se produjo la primera víctima mortal de ETA: el guardiacivil José Antonio Pardines falleció el 7 de junio) a señalar también esta condición a otras asesinadas por grupos como el DRIL desde 1960. Junto a esta efeméride, que se celebra también anualmente, hay otro día de la memoria que conmemora de forma unilateral el Gobierno Vasco cada 10 de noviembre. La institución autonómica tomó tal decisión en 2010, pocos meses después de que el gobierno español impulsara la del 27 de junio, porque se trataba de: 'la única jornada en el calendario en la que no ha habido personas que han sufrido atentados terroristas mortales' (EITB, 9-XI-2018).

En cualquier caso, la existencia de un día europeo de las víctimas del terrorismo, junto con otros días europeos como el de las lenguas, el de las víctimas del estalinismo y del nazismo, o el propio día de Europa, son una muestra de que los lugares de memoria no están constreñidos a un determinado Estado-nación. La Unión Europea también precisa de símbolos y efemérides conmemorativas por 'un síndrome social, cultural y político en sí, dado su historia llena de rivalidades, conflictos, atrocidades, pero también de algunos logros, esfuerzos comunes y cooperaciones' (Puhle, 2012, p. 25).

Los reyes de España con Sarkosy

El rey Felipe VI, junto a la reina consorte Letizia Ortíz, y los expresidentes de la República de Francia Nicolás Sarkozy y François Hollande en una de las últimas celebraciones del día europeo de las víctimas del terrorismo. Fuente: Europa Press.

 

Bibliografía

Cañas, G. Europa declara el 11-M día de las víctimas del terrorismo. El País, 12-III-2004. Recuperado de https://elpais.com/diario/2004/03/12/espana/1079046074_850215.html

EITB, 9-XI-2018. Recuperado de https://www.eitb.eus/es/noticias/politica/detalle/5980037/dia-memoria-10-noviembre-2018-euskadi/

Fernández, G. y Aguilar, M. (2019). Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz. Informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, nº 6, pp. 14-101. Recuperado de http://www.memorialvt.com/wp-content/uploads/2019/06/Informe06.pdf

Puhle, H.J. (2012). Símbolos, mitos y lugares de memoria en la política contemporánea. En Mees, L. (ed.). La celebración de la nación. Símbolos, mitos y lugares de memoria, Granada: Comares, pp. 11-30.

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