Isabel María Salces Cubero - Jue, 04/11/2021 - 10:00
Las organizaciones impactan de forma directa en el desempeño individual de los trabajadores, lo que repercute en el rendimiento integral de la organización.
Serie: 'Gestión de Personas y Talento en la Era Digital'(IX)
En los últimos años, se ha producido un aumento del número de bajas laborales, absentismo y casos de suicidio motivados por la falta de confianza y autoestima laboral, los entornos profesionales demandantes, los bajos salarios, la ansiedad y estrés derivado del trabajo, los problemas de la conciliación familia-trabajo y el acoso laboral lo que supone un problema real grave con fatales consecuencias tanto para la organización como para el personal de la misma
Debido a ello, las organizaciones han tenido que adoptar un proceso de cambio hasta convertirse en lo que hoy conocemos como organización saludable. En concreto, podríamos definir una organización saludable como todo aquel organismo que, además de perseguir las metas económicas y financieras, aspira a aumentar el bienestar psicosocial y físico de sus trabajadores (Cordova-Cano & Loor-Colamarco, 2021).
Estas organizaciones dedican sus esfuerzos en adoptar medidas de cambio que favorezcan la desaparición de los factores negativos anteriormente mencionados así como la implementación de determinadas estrategias.
Algunas de las estrategias frecuentemente utilizadas por las empresas para aumentar el bienestar laboral son el recompensar a los trabajadores ante sus tareas cotidianas o cuando se consiga un objetivo, mantener un clima de trabajo positivo donde cada trabajador sea libre de expresar su opinión y sus ideales tanto con iguales como con superiores, llevar a cabo reuniones periódicas donde el personal pueda expresarse abiertamente sobre cómo podrían mejorar la empresa o su puesto de trabajo, dar a conocer cómo está la empresa en ese momento para generar un sentimiento de pertenencia y responsabilidad, crear un clima cultural positivo donde se participe en actividades corporativas y de inclusión de nuevos compañeros, fomentar los hábitos de vida saludables (p. ej., sala de ejercicio dentro de la empresa), formar al personal en la gestión de conflictos y en equipos de trabajo, e implantar un equipo de profesionales de la psicología que den cabida a la escucha de los problemas individuales de cada trabajador para fomentar la conciliación laboral (Basco de Luna et al., 2019; García Restrepo et al., 2020).
En conclusión, los ambientes tóxicos de trabajo conducen irremediablemente a una baja productividad, mayor desmotivación y altos problemas psicológicos en los trabajadores, lo que se traduce en un bajo rendimiento laboral y en pérdidas cuantiosas para la empresa. Por ello, es crucial invertir en la promoción de la salud laborar estableciendo y fortaleciendo la cultura del bienestar como objetivo primordial en una organización.
Fuentes
Blasco de Luna, F. J., Blázquez, E. M., Díez-Ordas, E., Durán, F., Gallifa, A. M., Guada, J. & Sánchez-Robles, B. (2019). VIII Informe Adecco sobre absentismo. Adecco.
Cordova-Cano, A. C., Loor-Colamarco, I. L. (2021). Marco conceptual para organizaciones saludables en el contexto ecuatoriano. Digital Publisher CEIT, 6(3), 16-39.
García Restrepo, L. G., Agudelo, D. G., Aguirre-Loaiza, H., Núñez, C., & Quiroz-González, E. (2021). Calidad de vida laboral y autoeficacia profesional en docentes de educación superior. Praxis, 17(1), 85-98.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1816
Burgos, España
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