María del Carmen Soria - Mar, 02/08/2022 - 09:19
Serie: 'Neurociencia educativa' (XXXIV)
Una conocida serie televisiva de una famosa plataforma digital ha puesto de moda el ajedrez, hasta tal punto que los tableros de este juego han sido uno de los regalos más demandados durante la pasada Navidad.
Sin embargo, el ajedrez es mucho más que un juego de mesa y, gracias a los beneficios que reporta sobre la cognición, numerosas escuelas lo están incluyendo en sus programaciones didácticas desde bien temprana edad. Aunque en los años 90 se observaron algunas experiencias educativas con este juego, no va a ser hasta esta última década cuando se va a determinar la importancia de implementarlo como estrategia didáctica dentro de las programaciones de aula. Y es que dentro del ámbito escolar la relación entre el ajedrez y las matemáticas parece particularmente bien establecida.
En un reciente metaanálisis realizado por Franklin et al. (2020) en el que analizaron 49 trabajos, quedaron patentes los beneficios del ajedrez sobre diferentes funciones cognitivas, como la memoria de trabajo, las capacidades de razonamiento, la velocidad de procesamiento, la atención o las capacidades visoespaciales.
Niño y niña jugando al ajedrez.
En España, autores como Aciago et. al. (2013) compararon las capacidades de un grupo de niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años, que jugaba regularmente al ajedrez con otro grupo que practicaba una actividad deportiva (baloncesto o fútbol). Ambos grupos fueron evaluados al inicio y al final del curso escolar. Los autores encontraron que quienes jugaron de forma regular al ajedrez experimentaban una mejora superior en las capacidades evaluadas, a la observada en aquellos que practicaban otra actividad. Así, entre los resultados destacados cabe subrayar los siguientes:
- Mejora de las capacidades de abstracción verbal y de organización perceptiva y mayor coordinación visomotora.
- Aumento de las capacidades atencionales, además de una mayor resistencia a las distracciones.
- Aumento de las funciones ejecutivas: planificación, análisis y síntesis y de resolución de problemas.
No obstante la influencia del ajedrez no se puede limitar a las funciones cognitivas, sino que también se observan beneficios desde un punto de vista psicológico y social como es el incremento de la entereza, responsabilidad, respeto del rival o mejor tolerancia a la frustración, desarrollando así, un mejor control atencional. Además, el esfuerzo realizado para conseguir los objetivos que el jugador o jugadora de ajedrez se ha propuesto, contribuyen a mejorar su autoestima.
Llegados a este punto, cabe preguntarnos ¿Qué ocurre con aquellos niños que presentan alguna dificultad de aprendizaje? En estos casos, parece que el ajedrez también presenta efectos positivos. Blasco-Fontecilla et al. (2015), llevaron a cabo un estudio con un grupo de niños y niñas de entre 6-17 años con un diagnóstico de trastorno por déficit de atención (TDA). Durante 11 semanas asistieron a un programa en el que se propuso un entrenamiento en ajedrez. Transcurrido este periodo de tiempo, los padres constataron una mejoría en el comportamiento general de estos niños, un aumento de la atención y una disminución de la impulsividad. Esta mejoría se tradujo en una reducción de la medicación y un aumento del rendimiento escolar.
A la luz de lo comentado hasta el momento se puede observar que el ajedrez aporta grandes beneficios a nivel cognitivo, aspecto que, sin lugar a duda, contribuye a mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Si además se tiene en cuenta que resulta relativamente cómodo incluirlo dentro del currículo puede llegar a convertirse en una excelente herramienta pedagógica muy útil.
Referencias Bibliográficas
Aciago, R., García, L. y Betancort, M. (2012). The Benefits of Chess for the Intellectual and Social-Emotional Enrichment in Schoolchildren. The Spanish Journal of Psychology, 15(2), 551-559.
Blasco-Fontecilla, H., González-Pérez, M., García-López, R., Poza-Cano, B., Pérez-Moreno, M.R., De León-Martínez, V. y Otero-Pérez, J. (2015). Eficacia del ajedrez en el tratamiento del trastorno por déficit de atención e hiperactividad: un estudio prospectivo abierto. Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 9(1), 13-21.
Franklin, G.L., Pereira, B., Lima, N., Germiniani, F.M., Camargo, C.H., Caramelli, P. y Teive, H.A. (2020). Neurology, psychiatry and the chess game: a narrative review. Arq. Neuro-Psiquiatr. 78(3), 169-175.
Editor: Universidad Isabel I.
ISSN 2697-0481
Burgos, España.
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