José Martínez Vicente - Jue, 13/10/2022 - 12:56
Gorila con tablet
Serie: 'El reto del profesor en formación' (XXXIX)
En el ámbito educativo, los docentes (que también deberíamos, creo, ser discentes de por vida) tratamos a diario de abrir esas ventanas (en sentido figurado - ventanas en la pantalla del ordenador - y, literalmente, para que se renueve el aire en el aula) a la experiencia y a los conocimientos que hay ahí fuera (¡como la verdad!). Tenemos una obligación intrínseca de que los jóvenes y no tan jóvenes aprendan a ver la realidad y procesarla conforme a su visión e interpretación (lectura) con los filtros sociales, familiares, emocionales, morales, conductuales, ambientales y un largo etcétera que todos llevamos tatuados.
El uso de las tecnologías en el aula es otra herramienta más a disposición de los alumnos y de los profesores, pero ¿estamos preparados para enfrentarnos a esa "Matriz" ("Matrix")? El mundo virtual y el de las tecnologías es un gran almacén con vida propia y repleto de recursos que tenemos que aprender a identificar y a usar sabiamente en las aulas. Pero, llegados a este punto aparece la siguiente incógnita:
"¿Quién enseña a los que enseñan?"
Es como preguntar ¿quién vigila a los que vigilan? ¿quién cuida a los que cuidan? Estas y tantas otras son cuestiones muy pertinentes con las que se podría crear una serie de debates sin fin. Pero, creo, que una respuesta bastante simple podría contestar a todas esas cuestiones: "Cualquiera".... Cualquiera que sepa algo puede enseñar, cualquiera que tenga visión y/o capacidad auditiva puede vigilar (o incluso con estas capacidades mermadas), cualquiera que quiera puede cuidar.... pero ¿usaremos filtros de blanco y negro (¡qué bien! aquí no hay polémica), luminosos, oscuros y de saturación del color como en las redes sociales. O, por el contrario ¿usaremos una etiqueta con almohadilla como esta: #sinfiltros? (Digresión total: ¿sabéis como escribir la almohadilla en el teclado de vuestro ordenador? Confieso que yo he tenido que buscarlo en gúgol - altgr + 3).
En mi humilde opinión, el filtro en la enseñanza debe ponerlo el que aprende, no el que enseña. Se debe enseñar a usar filtros, no a filtrar lo que enseñamos ¿pulgar arriba o icono emotivo triste? De la misma manera, se debe enseñar a los que enseñan (cualquiera) a hacer uso de su experiencia, su vista, su lectura y su verdad a la hora de introducir el uso de nuevas tecnologías (¿hasta cuándo van a ser "nuevas"? ¿es la historia interminable? - perdón, mi órgano viscoso se va al filtro de mi experiencia cinematográfica como espectador). En palabras de Reig & Vilches (2013, p. 120): “Para los adolescentes, las tecnologías ya no son nuevas…. para ellos (son) tecnologías sin más… las que han visto y utilizado desde que nacieron…”
No se trata de cuanta más tecnología en el aula mejor
Debemos saber elegir qué herramientas tecnológicas nos van a ayudar en nuestra labor docente. No hay necesidad de innovar en todo momento y de seguir las tendencias (como en las redes sociales), si algo funciona ¿por qué cambiarlo? (¡pulgar arriba o icono emotivo triste?). Si algo se puede mejorar con el uso de ciertas aplicaciones y/o soluciones informáticas ¿por qué no usarlas? Pero eso sí, no deberíamos acomodarnos con la idea de que todos los jóvenes nacen sabiendo usar una solución informática (creencia muy extendida y referenciada en múltiples ocasiones basadas en la metáfora establecida por Prensky (2001, 2009, 2010, 2012) sobre los denominados nativos e inmigrantes digitales, así como del homo sapiens digital), hay que facilitarles el aprendizaje tanto a docentes como a pupilos, a madres y padres tanto como a sus descendientes y ascendientes. Facilitar el aprendizaje sin filtros y poniéndole algo de sabor a la vida (referencia televisiva, perdón) augurarán la llegada a un puerto (ni usb ni italiano - esta referencia ya es de nivel "pro", o más bien "viejoven") desde el que salir a navegar (me gusta más este término que el de "surfear") en busca de experiencias de enseñanza-aprendizaje fuera y dentro de la red informática.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1859
Burgos, España
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