Facultad de Ciencias de la Salud Universidad Isabel I
Lun, 16/01/2023 - 13:46

Frutas y verduras que debes comer en una dieta equilibrada

Frutas y verduras que debes comer en una dieta equilibrada

Nutrición y sistema inmune deben estar muy bien coordinados para que nuestro grado de inmunidad sea de lo más elevado ante las amenazas a las que se pueda ver sometido nuestro organismo. Y es que, una buena alimentación implica un alto nivel de protección de nuestro organismo.

La Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU define el sistema inmunitario como “una compleja red de células, tejidos y órganos que juntos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades”. “Cuando los gérmenes como bacterias o virus invaden el cuerpo, atacan y se multiplican se conoce como infección, que es lo que causa la enfermedad. El sistema inmunitario lo protege de la enfermedad combatiendo los gérmenes”, especifica el organismo norteamericano. Resulta vital nutrir de forma adecuada el sistema inmune a través de nuestra alimentación. El exceso o la ausencia de ciertos alimentos en nuestro organismo puede afectar al sistema inmunológico haciéndolo más vulnerable ante las infecciones. Profundizar y especializarse en el ámbito de la alimentación pasa por estudiar Nutrición y Dietética.

Sistema inmunitario y nutrición

La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario se sustenta en que este último precisa de un consumo constante de minerales y vitaminas necesarias, por lo que hay que tener una dieta equilibrada con protagonismo de nutrientes, frutas y verduras, según explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organismo que pone de manifiesto que estos hábitos saludables en la alimentación fortalecen el sistema inmune y colaboran en la prevención de enfermedades como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer.

¿Cómo mejorar el sistema inmune con la alimentación? 

La inmunidad nutricional es un concepto estudiado y comprobado. Diversos estudios certifican que mantener las cantidades óptimas de diferentes nutrientes en el organismo es determinante para garantizar el buen funcionamiento del sistema inmune, así como la proliferación de células inmunitarias. 

Existe una relación entre nutrición y trastornos del sistema inmune, debido a que la las carencias de algunos nutrientes se relacionan con el aumento del riesgo de padecer enfermedades de tipo infeccioso, autoinmunes y alergias. De este modo, hay que vigilar qué nutrientes y compuestos bioactivos ingerimos. Los más importantes para el sistema inmunitario son los siguientes:  

  • Macronutrientes: Proteínas de alto valor biológico, omega-3, fibra o carbohidratos.
  • Micronutrientes: Vitaminas A, C, D, E, B6 y B12, hierro, yodo, selenio, cobre, magnesio y zinc, entre otros.
  • Compuestos bioactivos: Polifenoles, probióticos, péptidos bioactivos, flavonoides, ácidos fenólicos, estilbenos…

Las asignaturas de nutrición y dietética son claves para conocer en profundidad la relación de los nutrientes con los efectos beneficiosos o perjudiciales para la salud.  

Recomendaciones de alimentación para el sistema inmune

Para que el sistema inmune y la alimentación convivan en beneficio del organismo hay que cumplir una serie de recomendaciones en los hábitos alimenticios. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) apunta a 6 hábitos saludables en la dieta:

  • Combinación de alimentos. Consumir alimentos variados de cada grupo y de todos los grupos de alimentos a fin de asegurarse una ingesta suficiente de nutrientes importantes
  • Frutas y hortalizas en abundancia. Las frutas y hortalizas proporcionan gran cantidad de vitaminas y minerales, así como la fibra necesaria para una dieta saludable.
  • Legumbres, cereales y frutos secos. Las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos y las grasas saludables como las que contienen los aceites de oliva, sésamo, cacahuete u otros aceites insaturados pueden reforzar su sistema inmunitario y ayudar a reducir la inflamación.
  • Limitar las grasas, el azúcar y la sal. En momentos de estrés elevado, muchas personas consumen alimentos que les producen una sensación de bienestar o precocinados. Lamentablemente, estos suelen tener un elevado contenido de grasas, azúcar, sal y calorías, lo cual, como parte de una dieta desequilibrada, puede afectar con el tiempo a su salud general.
  • Higiene de los alimentos. Cocinar a temperaturas seguras, buena limpieza de manos y utensilios, y utilización de agua salubre.
  • Actividad física y agua en abundancia. Hacer ejercicio resulta importante tanto para la salud física y mental. La obesidad y el sobrepeso han aumentado significativamente en los últimos años.

De este modo, el concepto “más vale prevenir que curar'' adquiere un papel destacado en nuestra alimentación, ya que con una dieta equilibrada se refuerza el sistema inmunológico de tal modo que se pueden prevenir multitud de patologías al mantener nuestro escudo inmune a pleno rendimiento.  

 

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