Daniel Sanz Martín, profesor del Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Isabel I.
1 de marzo de 2024. La revista European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education acaba de publicar un artículo sobre una investigación que analiza los estilos de vida de los estudiantes universitarios. El profesor Daniel Sanz-Martín, docente del Máster en Formación del Profesorado, en colaboración con un equipo de investigadores, ha clasificado a los estudiantes universitarios en función de sus niveles de actividad física, consumo de alcohol, adherencia a la dieta mediterránea y ansiedad. El estudio contó con la participación de 549 estudiantes (409 mujeres y 140 hombres), con edades promedio de 23 años.
Utilizando herramientas validadas como el Inventario de Ansiedad de Beck, el Cuestionario PREDIMED y el Test de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol, los investigadores identificaron cuatro grupos de estudiantes con diferentes patrones de vida. El análisis exploratorio destacó diferencias significativas en los efectos de las variables según el género.
“El consumo de alcohol se asoció positivamente con la adherencia a la dieta mediterránea, mientras que la actividad física mostró una asociación negativa con la dieta mediterránea y la ansiedad”, explicó el profesor Sanz Martín. Este hallazgo sugiere la complejidad de las interacciones entre el estilo de vida de los estudiantes universitarios y su bienestar emocional.
El estudio también revela que las mujeres tienden a ser más sedentarias pero con una mayor adherencia a patrones dietéticos saludables, mientras que los hombres presentan un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol. "La adherencia a la dieta mediterránea se muestra como un factor clave en la salud de los estudiantes universitarios, con beneficios evidentes en la presión arterial y otros indicadores de salud", destaca Sanz Martín.
La relación entre el consumo de alcohol y la ansiedad también fue un punto de interés en el estudio. Los investigadores observaron que, en situaciones de ansiedad, los estudiantes recurren al consumo de alcohol, lo que destaca la necesidad de estrategias de prevención y apoyo emocional durante la etapa universitaria.
Estrategias de salud personalizadas
Estos hallazgos abren la puerta a estrategias de promoción de la salud personalizadas para abordar las necesidades específicas de cada grupo.
En un primer grupo, caracterizado por mayores niveles de ansiedad, se sugiere un enfoque centrado en aumentar la actividad física para combatir directamente la ansiedad y, de manera indirecta, reducir los niveles de consumo de alcohol.
Para un segundo grupo, con niveles más bajos de ansiedad, se propone una intervención destinada a mejorar la adherencia a la dieta mediterránea, con el beneficio adicional de potenciar la actividad física.
El tercer grupo, identificado por menores niveles de actividad física, podría beneficiarse de sugerencias para mejorar la dieta mediterránea, con la meta indirecta de reducir la ansiedad y el consumo de alcohol. Además, posteriormente se enfocaría en mejorar los niveles de actividad física.