Irene Garrido en la Calzada del Gigante cerca de Belfast, en Irlanda del Norte.
23 de agosto de 2024. Después de dos meses en Dublín realizando prácticas extracurriculares, Irene Garrido Rubio, alumna del Máster en Español como Lengua Extranjera de la Universidad Isabel I, reflexiona sobre su estancia en el extranjero. A pesar de los desafíos iniciales, la experiencia le permitió descubrir su pasión por enseñar español a niños, superar retos personales y explorar la rica cultura irlandesa.
¿Cómo ha sido tu experiencia al realizar prácticas extracurriculares en el extranjero?
En septiembre de 2023, cuando me dijeron que tenía la oportunidad de hacer las practicas curriculares con la beca Erasmus+, dije que sí, y a partir de ahí me explicaron que yo era la que tenía que buscar dónde realizar mi estancia: el país al que quería ir, la academia con la que trabajar, el alojamiento… Y elegí Dublín. Contacté con una academia en la capital irlandesa y después de varias vicisitudes con el alojamiento y la propia academia, decidí cursar una asignatura más y hacer prácticas de forma extracurricular en una nueva academia que estaba a hora y media en autobús de mi alojamiento.
Irene con sus compañeras en un parque.
Fue la directora del Máster, Alicia Herráiz Gutiérrez, la que me explicó la posibilidad de hacer estas prácticas extracurriculares, a la que le estoy muy agradecida. Y en esta segunda academia, de verdad, todo muy bien. Me enseñaron un montón. Se mostraron superatentos conmigo, así que la experiencia con ellos fue buenísima.
¿Cuál era tu trabajo en esta academia de español?
Esta academia estaba enfocada para niños de primaria. Acudíamos a tres centros educativos y cada día trabajaba con un grupo distinto. Los más pequeños tenían cinco años, cuatro algunos, pero cinco años la mayoría. Y los más mayores tenían ya cerca de once.
¿Cómo era el nivel de español entre tus alumnos?
El nivel de español era muy bajo, la verdad, aunque había algunos niños que tenían algún progenitor español con un nivel bastante bueno y que querían aprender español por ese motivo. Y esos alumnos sí que tenían buen nivel. Sin embargo, la mayoría de los alumnos se había apuntado a las clases para explorar el idioma en una actividad extraescolar.
Irene Garrido en Irlanda.
¿Cómo te has sentido tú dando clase en estas prácticas extracurriculares?
Yo tengo el Máster en Formación del Profesorado, que acabé el año pasado. Como no podía hacer las oposiciones en estos meses, pensé en completar mi formación con el Máster de Español como Lengua Extranjera.
Anteriormente, había dado alguna clase particular y había realizado las prácticas del Máster del Profesorado, pero nunca había dado clase a niños tan pequeños en un centro. La verdad es que me gustó mucho la experiencia de dar clases de español, y me di cuenta de cómo es el aprendizaje de los niños. La mayoría de las clases estaban orientadas a actividades lúdicas, con muchos juegos. Los niños se lo pasaban muy bien, estaban muy contentos: les leíamos cuentos, había canciones… planteábamos actividades más dinámicas. Y de esta manera, aprendían también más rápido.
Entonces tienes el Máster de Español y el Máster en Formación del Profesorado. ¿Cuál es tu idea de futuro a partir de ahora?
A mí dar clases de español me ha encantado. Me gustaría trabajar como profesora de español más que de profesora de Historia, que es mi especialidad. Pero, poco a poco. De momento, voy a estudiar para presentarme a las oposiciones.
¿Tuviste la oportunidad de poder hacer turismo?
Conocí Dublín capital entera, y luego me fui con unos amigos a Belfast, en Irlanda del Norte. También estuve un fin de semana en una casa rural de Longford. Además, como mi academia daba clases en Dun Laoghaire, que es muy turístico, lo conozco bien. Además, visité Galway, Malahide y Howth, entre otros.
Irene disfrutando de un atarceder en la playa.
¿Recomendarías la experiencia que tú has tenido de hacer esas prácticas extracurriculares en el extranjero?
Sí que la recomendaría, pero con matices, porque, por ejemplo, yo tengo muchas amigas que fueron de Erasmus en la carrera y yo tenía la expectativa de su experiencia, no paraban de viajar, algunas de ellas ni iban a clase y yo tenía esa expectativa de una experiencia muy libre. Pero en mi caso no fue así. Al final, tienes un horario, un contrato y responsabilidades, hay que cumplir con el trabajo de las prácticas.
Pero a mí la experiencia me ha gustado. Si algo he aprendido es a valerme por mí misma. He afrontado un montón de retos. Es una experiencia increíble que me ha hecho sentir muy satisfecha conmigo misma.