Adolescentes en una clase de navegación a vela.
5 de septiembre de 2024. El último número de la Journal of Highter Education Theory and Practice ofrece un artículo publicado por el profesor Iago Portela Pino, docente del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Isabel I. Este artículo sobre el ‘Impact of sailing on the development of children and adolescents: a systematic review’ está elaborado en una colaboración internacional con los investigadores Pedro Danilo Ponciano, de la Universidad del Valle en Guatemala y Daniel Duclos-Bastías, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en Chile.
Beneficios de la práctica de este deporte
Este estudio ha destacado los numerosos beneficios que la práctica de la navegación a vela ofrece a niños y adolescentes, tanto en el ámbito físico como mental y social, ya que esta actividad contribuye al desarrollo integral de este colectivo.
“La navegación a vela fortalece los músculos, mejora la resistencia cardiovascular y potencia la coordinación y el equilibrio. Además, fomenta el trabajo en equipo en los barcos más grandes que necesitan más tripulantes, la seguridad marítima y la conciencia ecológica, aspectos esenciales en la formación de los jóvenes”, explicó el profesor Portela Pino.
El estudio, que incluyó una revisión exhaustiva de investigaciones publicadas entre 2000 y 2020 en las bases de datos Scopus y Web of Science, reveló que entre los beneficios físicos más destacados están la mejora de la coordinación y el equilibrio, así como el aumento de la fuerza de agarre. Mentalmente, la navegación a vela contribuye a una mejor regulación emocional, eleva la autoestima, reduce los síntomas depresivos y favorece un mejor autoconcepto entre la población infantil y juvenil.
Socialmente, la práctica de la vela está considerada como un deporte de aventura para niños y adolescentes debido a sus numerosos beneficios, proporcionando experiencias enriquecedoras e inculcando valores relacionados con el respeto, seguridad en el mar y conciencia ecológica. En este sentido, la navegación puede practicarse con fines educativos, recreativos y terapéuticos. Así, la navegación a vela ayuda a superar barreras a la participación y promueve el desarrollo de habilidades para la vida, como la comunicación y el trabajo en equipo. Estas actividades no solo integran a los jóvenes en un entorno comunitario de apoyo, sino que también fomentan la inclusión social.
Práctica de navegación a vela
La práctica de este deporte náutico suele comenzar alrededor de los 7 u 8 años, siempre que los niños posean la madurez y habilidades necesarias para comprender y seguir las instrucciones de seguridad. Hay muchos tipos de barcos de vela ligera en las modalidades costeras y de crucero, aunque los más populares son el Optimist, Laser, Finn, Vaurien o Snipe.
Programas de navegación
A pesar de estos hallazgos positivos, el estudio subraya la necesidad de más investigaciones que validen y amplíen estos beneficios, especialmente mediante estudios longitudinales a gran escala. Además, se hace un llamamiento a mejorar el acceso a programas de navegación por parte de las instituciones públicas, especialmente para comunidades desatendidas. Al mismo tiempo, se invita a promover la participación femenina en este deporte.
La investigación concluye que la vela es una herramienta poderosa para el desarrollo integral de los jóvenes, y sugiere que, con una implementación adecuada, esta actividad puede contribuir significativamente al bienestar y crecimiento de niños y adolescentes.