Claudio Moyano Arellano - Lun, 17/03/2025 - 11:01
La retórica es imprescindible en un sistema democrático. Imagen generada por Chat GPT.
Serie: 'El Reto del Profesor en Formación' (LXXXIII)
En el famoso discurso fúnebre pronunciado para honrar a los muertos acaecidos en el primer año de la Guerra del Peloponeso, que enfrentó a Atenas y a Esparta y a sus respectivas polis comandadas, Pericles realiza una alabanza extraordinaria del régimen democrático por el que han perecido los soldados honrados. Así, según nos ha legado Tucídides, el comandante ateniense exclama las siguientes palabras:
Somos, en efecto, los únicos que a quien no toma parte en [los] asuntos [públicos] lo consideramos no un despreocupado, sino un inútil; y nosotros en persona cuando menos damos nuestro juicio sobre los asuntos, o los estudiamos puntualmente, porque, en nuestra opinión, no son las palabras lo que supone un perjuicio para la acción, sino el no informarse por medio de la palabra antes de proceder a lo necesario mediante la acción (Guerra del Peloponeso, II, 40: 1-3).
Llama la atención la defensa que realiza Pericles de la palabra como medio para tomar una decisión informada, pero, también, como la vía por la que ha de convencerse a los demás de que esa decisión que uno ha asumido es la mejor y, por ello, la que debe seguir la comunidad. Hablamos de democracia, hablamos de convencer a través del discurso y de forma obligada tenemos que abordar el terreno de la retórica.
Aunque en la actualidad cargamos aún en nuestro lenguaje con las connotaciones negativas de la retórica ― no en vano, véase la tercera acepción que recoge el Diccionario de la Real Academia: ‘vacuo, falta de contenido’―, debemos ser conscientes de que el vínculo entre la retórica y la democracia es indiscutible, una retórica entendida no solo como el arte de construir un discurso público con el fin de persuadir al auditorio, sino como aquella disciplina que nos despierta ante el mundo discursivo en el que vivimos, esto es, ante la certeza de que construimos nuestra visión del mundo a través de los discursos que proferimos y que recibimos.
Cuando se establece el régimen democrático en la Atenas de los siglos VI y, sobre todo, V a.C. ―una democracia imperfecta, por supuesto, pero que instituye que las decisiones de la comunidad se tomen por consenso después de una deliberación―, se necesita aprender cómo construir los discursos políticos o judiciales de la manera más eficaz posible. En ello incide Mogens Herman Hansen, cuya extraordinaria obra, La democracia ateniense en la época de Demóstenes, ha sido editada y traducida al español por la editorial Capitan Swing. En dicha obra, Hansen pone de relieve la relación entre la democracia y la argumentación y afirma que, a diferencia de lo que sucede actualmente, donde no queda clara la relación entre el debate y la toma de decisiones por parte de los políticos ―y podría decirse que más aún en el caso de España, donde nuestros parlamentarios llegan a las cámaras con el sentido de su voto ya tomado―, en Atenas «el debate se celebraba en la Asamblea y desembocaba directamente en decisiones» (2022: 478).
Es evidente que cuando no existe la democracia, la retórica carece de sentido y, por ello, en las largas épocas en las que en Europa han primado regímenes autoritarios, la retórica quedó recluida al contexto escolar, pues su vertiente deliberativa carecía de sentido, al no existir nada sobre lo que hubiera que debatir. Por eso, suscribo de forma íntegra el juicio de Luis Alburquerque, quien sostiene que «la retórica es “un engendro de la democracia”. Donde no existen libertades, basta con vencer, no es preciso convencer, y, así, [el] florecimiento de la oratoria y [la] libertad manifiestan una ligazón indubitable» (1995: 19). No pasará desapercibido cómo resuenan en esta afirmación las palabras que don Miguel de Unamuno pronunció, según la versión no exenta de polémica que dio Luis Portillo, en la apertura del curso universitario salmantino en octubre de 1936.
La vuelta de la retórica a la enseñanza
Hoy más que nunca se antoja indispensable que la retórica vuelva a las clases, tanto preuniversitarias como universitarias, y más teniendo en cuenta el contexto actual en el que vivimos, en el que de forma constante estamos recibiendo discursos desde que nos levantamos y encendemos la radio, el televisor o nos asomamos a nuestras redes sociales, que nos permiten discutir de forma instantánea con habitantes de todos los puntos del mundo. Como afirma David Pujante (2024) en su último libro, estamos insertos en una nueva civilización oral de comunicación inmediata, mezcla al mismo tiempo de lo verbal y lo visual, pero donde el ágora de la antigüedad se ha sustituido por la totalidad del planeta.
Es cierto que la retórica nunca abandonó las aulas completamente, pero se vio reducida en la mayoría de las ocasiones a la parte elocutiva, entendida esta como aquella lista de recursos literarios ―o recursos retóricos―, muchas veces tediosa, que se comentaba por lo general de manera descontextualizada con unos estudiantes a los que no se les hacía ver el verdadero potencial de tropos como la metáfora, la metonimia o la sinécdoque.
La retórica debe volver a las aulas con todo su potencial y utillaje teórico-práctico, porque tenemos que ser competentes no solo en construir los discursos que vertebran y dan sentido a nuestra vida política y social, sino también en poder deconstruirlos críticamente, analizarlos y hallar la ideología inserta en ellos. Únicamente el sentido crítico que nos proporciona la retórica nos posibilitará actuar como ciudadanos conscientes y comprometidos con nuestra comunidad.
Bibliografía
Alburquerque García, Luis (1995). El arte de hablar en público. Seis retóricas famosas del siglo XVI. Visor.
Hansen, Mogens Herman (2022). La democracia ateniense en la época de Demóstenes. Capitán Swing Libros.
Pujante, David (2024). El mundo en la palabra. Retórica como antídoto de necedades. Ariel.
Real Academia Española. (s. f.). Retórico. En Diccionario de la lengua española (23.ª ed.). Recuperado el 6 de marzo de 2025 de https://dle.rae.es/retórico
Tucídides (1990). Historia de la guerra del Peloponeso. Libros I-II. Gredos.
Editor: Universidad Isabel I
ISSN 2792-1859
Burgos, España
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