Arturo Casado Alda - Lun, 31/10/2016 - 08:40
Después de un año complicado a nivel deportivo por las lesiones, pero exitoso en otras facetas de mi vida (defensa de mi tesis doctoral en el mes de mayo), comienzo una nueva temporada con ganas e ilusión.
Lo que fue una tendinosis en los tendondes tibial posterior y flexor del dedo gordo del pie izquierdo, que me tuvo cojeando los meses de febrero, marzo y abril, y sin correr los meses de mayo, junio y primera mitad de julio, las dolencias fueron desapareciendo gracias al mencionado parón y a un plan de fortalecimiento exhaustivo en el que estuve inmerso gran parte del verano. Sin haberlo olvidado del todo, parece que he podido volver a los entrenamiento con total normalidad.
Por otro lado, el pasado mes de septiembre comenzaba mi labor como docente universitario en la Isabel I, en la que estoy impartiendo las asignaturas Metodología del Entrenamiento y Planificación del Entrenamiento en el Grado en CAFD. Esta nueva etapa de mi vida como docente me llena de ilusión porque creo que hay mucho y muy apasionante trabajo por delante. Son abundantes las experiencias vividas como deportista de élite que me encantaría transmitir a mis alumnos, avaladas por muchas horas de estudio. No hay que olvidar que siempre me encuentro en proceso de aprendizaje continuo.
A estos retos he de añadir mi otra actividad: la de entrenador de atletas de élite. Esta nueva temporada, además de entrenar a Carlos Alonso (actual subcampeón de España de 3.000 metros en pista cubierta) y a Mauris Castillo (actual medalla de bronce en Campeonato de España al aire libre en 1.500 metros), se une al grupo David Palacio, un gran ochocentista sevillano que ha decidido ponerse en mis manos para que le pueda ayudar a conseguir que sus sueños deportivos se cumplan.
David es un chico que prácticamente no conocía, pero que me está demostrando día a día que su ilusión en el deporte mueve montañas y que nada ni nadie se va a interponer en conseguir sus objetivos. Es este tipo de ambición desmesurada y característica del alto rendimiento la que permite romper barreras prácticamente inhumanas, pero que con mucha fe y, sobre todo, con mucho trabajo y muy bien hecho son alcanzables para algunos.
Por último, no puedo dejar de lado, complementariamente a la docencia universitaria, mi labor investigadora. Mi tesis doctoral, que comparaba percepciones y tipos de entrenamiento de los mejores corredores de larga distancia kenianos y españoles, está llena de resultados fascinantes que, si no son publicados en revistas científicas, sería como que jamás se hubieran realizado. Por ello, junto a mi director de tesis, el catedrático Luis Miguel Ruiz Pérez, nos hemos puesto manos a la obra para ir redactando los artículos científicos que cuentan estos resultados. Después habrá que mandarlos a las mencionadas revistas y tener la esperanza de que sean aceptados para su publicación.
Por lo tanto, ¡vamos a por ello!
Añadir nuevo comentario