David del Val Maquinay Profesor del Grado en Ciencias de la Seguridad
Mar, 17/12/2024 - 13:05

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Serie: 'Seguridad a tu alcance' (XLIX)

El desarrollo de la sociedad moderna, con sus procesos innovadores y la incorporación de nuevas tecnologías, no solo supone oportunidades de desarrollo, también conlleva una mayor dependencia, e incluso una variación en la ponderación de necesidades postuladas por Maslow en los años 40. De esta manera, los riesgos sociales, políticos, económicos e industriales experimentan una tendencia creciente a escapar de instituciones de control y protección social (Beck,1996).

Los eventos climáticos también son de actualidad, la acción del hombre y los periodos de retorno que experimentan, parecen conducir a un aumento de su impacto con su consecuente afectación a grandes zonas y el aumento de vulnerabilidad de las personas que las sufren. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han reflejado esta realidad, indicando la necesidad de conseguir poblaciones más resilientes y de implementar sistemas de respuesta solidarios y sostenibles que posibiliten la optimización de recursos y con ello, la ayuda temprana a las poblaciones afectadas por situaciones de crisis (Gamez,2022). Este no es un planteamiento novedoso, ya que el Marco de Acción de Hyogo de 2005 y el Marco de Sendai en 2015 han reflejado una necesidad que ha tenido su eco en la Agenda 2030 ONU o en el Horizonte 2035 que la Dirección General de Protección Civil proponía en 2022.

Estrategia Nacional de Protección Civil

Los propios marcos normativos nacionales, han reflejado siempre el deber de cautela a adoptar por el ciudadano, avanzando al deber de participar en su autoprotección, recogido en la Estrategia Nacional de Protección Civil en 2019. Con ello, pretende el legislador, que la persona adquiera protagonismo en su autoprotección, adoptando conductas seguras y previendo situaciones en las que puede contribuir a su propia seguridad y la de su entorno, no solo disfrutando del derecho a ser asistido por los servicios públicos. Unos servicios establecidos y planificados para la denominada “emergencia ordinaria” pero con una adaptación difícil a la “emergencia extraordinaria”. Una planificación que contempla, dentro de los planes de emergencia, las situaciones operativas que pueden darse y que deben contar con recursos de todas las administraciones que garanticen la propia adaptación a eventos de alto impacto y baja frecuencia (HILF).

Generar conocimientos y habilidades para autoprotegerse

La resiliencia, viene definida como la capacidad de ciertos materiales para recuperarse y volver a su posición original tras un impacto, esta definición no difiere del sujeto que sufre la acción cuando se aplica a las poblaciones. Para lograr esta resiliencia, debe profundizarse en generar conocimientos y habilidades en las personas, que las empoderen ante situaciones de emergencia, que les den protagonismo, que les permitan autoprotegerse, e incluso contribuir a la protección de su grupo social o familiar mas cercano. Una acción con un efecto multiplicador que va asociada a un menor estrés de recursos públicos para asistirles, que permitirá la eficiente atención dirigida a las zonas y personas mas afectadas por la situación de emergencia.

Conocimientos básicos de primeros auxilios, deben pasar a impartirse en la educación primaria de forma global, como también debe gestionarse, el conocimiento sobre los elementos de primera necesidad que deben estar presentes en un hogar o en una comunidad de vecinos para garantizar su fortaleza de forma común ante las diferentes manifestaciones de riesgos, junto las conductas a adoptar. A ello debe sumarse, el conocer las fuentes de información para realizar el seguimiento de las situaciones de riesgo, ejerciendo la citada cautela. Esto requiere de un compromiso importante de todas las entidades educativas, públicas y privadas que, en su momento, debería ser requerido por las administraciones competentes.

Para lograr estas comunidades resilientes, pueden adoptarse estrategias como las indicadas por distintas empresas en materia de seguridad, como la Curva de Bradley aplicada por Du Pont desde 1994. Metodologías, que pueden ir mas allá de la empresa y formar parte del día a día de comunidades y asociaciones y donde, los Graduados en Ciencias de la Seguridad, deberán tener un protagonismo necesario.

Referencias

Arellano, A., & Cámara, N. (2017). La importancia de las TIC en las necesidades de la sociedad: una aproximación a través de la óptica de Maslow. Economía digital, 01-16.

Beck, U. (1996). Teoría de la sociedad del riesgo. Las consecuencias perversas de la modernidad, 201-222.

Gámez, M. J. (2022). Objetivos y metas de desarrollo sostenible - Desarrollo Sostenible. Desarrollo Sostenible.

Serrano Oliva, A. (2016). ¿Qué nos enseña la Curva de Bradley? Preven control.

 

Editor: Universidad Isabel I

ISSN 2697-288X

Burgos, España

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